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Dos hermanas, Laura y Ana, se reúnen después de varios años, en la casa familiar. Los padres han muerto y ellas tendrán que hacer frente a un pasado que les ha condicionado la vida y su forma de ser. Por muy doloroso que resulte, tendrán que repartirse el legado familiar, entre contraste de gran comicidad y profunda amargura.
Ambas son víctimas de una educación autoritaria, muestran sus diferentes formas de afrontar un conflicto. Laura y Ana, alcohol y huida. Laura utiliza el alcohol para aferrarse a unos recuerdos que le vendieron como entrañables y, Ana elige la huida para deshacerse de ellos. A ninguna de las dos les ha servido para nada. Con el paso de los años vuelven a encontrarse en el mismo lugar, los padres, aunque ya fallecidos, siguen presentes como fantasmas que deambulan tanto en el espacio escénico como dentro ellas.
Comedia y drama de la mano en una obra con unas interpretaciones llenas de fuerza escénica que van de la risa al llanto, del amor al odio. Una obra de Sebastián Junyent que habla de la importancia de la familia en nuestra cultura.
