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Vida, libertad, belleza y muerte de Miguel Hernández

“Miguel Hernández sabía que estaba dejando un legado y eso le dio fuerzas para continuar y no desfallecer”

El actor Daniel Ibáñez encarna a Miguel Hernández en Para la libertad, espectáculo que recrea la vida y la obra del poeta con la música de Serrat como elemento vertebrador de la trama. Ibañez comparte protagonismo con Eva Rubio y Pablo Sevilla, que interpretan diversos personajes de la época, en una propuesta dirigida por Gabriel Fuentes que aúna texto y canciones en directo. La obra podrá verse hasta el 1 de diciembre en el Teatro Infanta Isabel.

Aparte de este montaje que nos ocupa, has enlazado este año varios proyectos importantes como protagonizar la película Segundo Premio (que se llevó tres premios en el Festival de Cine de Málaga, entre ellos la Biznaga de Oro a Mejor Película, y que representará a España en los Oscar 2025), y la serie de Ena de TVE, aún por estrenar. Se podría decir que es un año redondo para ti.

Completamente. Además, justo hace un rato, hablaba con una compañera de lo emocionados que estábamos con que ya quedara poco para que la gente la vea Ena. A ver qué tal sale todo, estoy deseando que le vaya bien.

 

Volvéis a Madrid con Para la libertad, una obra que se estrenó en mayo en Avilés y que regresa a Madrid, en esta ocasión al Teatro Infanta Isabel, tras haber estado unas semanas en verano.

Sí, es un proyecto muy especial, nunca había vivido una experiencia así, que a la vez te pudiera retar a nivel interpretativo y que me aportara tanto a nivel personal. Me ha permitido poder trabajar con grandes compañeros que tienen un talento inmenso, como Eva Rubio, Pablo Sevilla o Gabriel Fuentes, y luego poder enfrentarme a la música desde un aspecto mucho más descarnado y en directo gracias a la labor que ha hecho el director musical Daniel Molina.

 

Cuando te llega el proyecto, ¿desde el principio sabes que conlleva cantar?  

Sí, me lo aclararon desde el inicio y era uno de los aspectos más complejos para mí, pero había ganado algo de soltura y confianza rodando Segundo premio y no me sentía tan impostor.

 

Vida, libertad, belleza y muerte de Miguel Hernández en Madrid

 

¿Cuánto hubo de valentía y cuánto de confianza en ti y en el proyecto para meterte en la piel de Miguel Hernández y encima afrontar las canciones de Serrat?

Lo importante es saber que estás rodeado de buenos profesionales, eso es lo que te permite construir y no temblar tanto. Creo que desde el minuto uno, Gabriel y Daniel, me condujeron muy bien hacia la expresividad de las canciones y me permitió entender que eran parte fundamental del espectáculo porque, a través de ellas, también contábamos la historia de Miguel. Fue muy importante para mí que al hablar con Joan Manuel Serrat, cuando estábamos empezando, nos dijera: “Haced lo mismo que hice yo con él, responsabilizaos, coged lo que más os interese, lo que realmente os duela, lo que os motive”, eso nos tranquilizó bastante. Además, ha habido mucha libertad para modificar y reajustar elementos del texto durante los ensayos y eso nos hizo sentir muy cómodos a todos.

 

El mismo día que estamos hablando se ha sabido que el Gobierno otorgará el 31 de octubre a los descendientes del escritor una declaración de reconocimiento y reparación en la que se detallará que su condena a pena de muerte “por adhesión a la rebelión” es nula en virtud de la Ley de Memoria Democrática. Es algo que la familia llevaba décadas reclamando, pero la justicia siempre había denegado.

No tiene ningún sentido, en mi opinión, que no se haya producido antes. Sobre todo teniendo en cuenta que esa condena (conmutada después por 30 años de cárcel) fue la que le condujo a la muerte. Le dejaron morir y eso es lo mismo que matar. Miguel fue una persona que defendió siempre la justicia, la bondad y la belleza, lo mínimo que merece es justicia para su memoria.

 

¿Cuándo surge en Miguel ese compromiso irrenunciable con sus ideales que llevaron a un poeta de Orihuela (Alicante) a primera línea de la guerra?

No creo que surja en un punto en concreto, sino por la acumulación de muchos elementos. Intuyo que después de ver durante su juventud tantas desigualdades, tanto hambre, hubo un momento que ya no estaba dispuesto a no luchar contra ello. Su fuerza y determinación nos sirvió de motor e inspiración a todos para contar esta historia. Fue un hombre al que se le dio la opción de salir de la cárcel pisoteando su propia obra y decidió no hacerlo, aunque eso le condujera a la muerte.

 

Vida, libertad, belleza y muerte de Miguel Hernández en Madrid

 

Justo ese capítulo en el que le ofrecen salir de la cárcel si firmaba un documento arrepintiéndose de sus ideas no aparece en la obra.

Es inevitable que al intentar abarcar toda una vida se queden muchas cosas fuera y siempre es un momento supone un momento de crisis cuando te vas dando cuenta que ciertas cosas no van a estar. En la obra teníamos claro que lo que queríamos era enfocarnos en su relación con su mujer, Josefina Manresa, interpretada por Eva Rubio. A través de esta historia de amor vamos revisando muchos momentos de la vida de Miguel, pero otros no aparecen. De alguna manera, nuestra obra busca también ser un aliciente para que el espectador quiera conocer más de su historia, algo que es muy fácil de encontrar.

 

¿La dramaturgia se ha construido en el proceso de ensayos?

La dramaturgia como tal es de Gabriel Fuentes, pero el texto, efectivamente, se ha ido creando durante el proceso de ensayos. Okapi Producciones y José Velasco nos plantearon un primer esbozo de la historia, a modo de escaleta, casi te diría, para empezar. A eso sumamos como referencia la biografía de Miguel Hernández realizada por José Luis Ferris. Después, el equipo le hemos ido dando forma y contenido. Gabriel, que obtuvo el Premio de Teatro para Autores Noveles Calderón de la Barca en 2022 y ha estudiado dramaturgia, fue consolidando todas las ideas hasta encajar las canciones y lo que queríamos contar.

 

Felicidades entonces a todo el equipo porque uno de los elementos que más destacan de la obra es precisamente la manera en que el libreto mezcla la poesía de Miguel Hernández, su historia y las canciones.  

Fue muy complejo encontrar el tono porque era importante rendir homenaje a la obra del poeta y, al mismo tiempo, que esto no lo hiciera menos accesible para el público en general. Centrarnos en la historia de amor con su mujer, Josefina, permitió que todo fuera encajando y que las canciones entraran mejor, porque si no hubiera sido un poco raro entrar cantando desde un páramo yermo y seco, así, desabrido. Luego el texto está lleno de las propias palabras de Miguel, algunas recogidas de poemas, otras del género epistolar, de las cartas entre él y Josefina, principalmente. Gabriel también trabaja muchísimo desde lo actoral, entonces lo que no funcionara escénicamente no fue añadido y esa es una de las ventajas que también hemos tenido al crear el texto en los ensayos.

 

Vida, libertad, belleza y muerte de Miguel Hernández en Madrid

 

Otro de los elementos que va a sorprender al espectador es el dinamismo de la puesta en escena. Ver la obra es como subirte en un tiovivo que hace volar la imaginación y que no para.

Sí, de hecho ya habíamos trabajado juntos en otra ocasión y es algo que a Gabriel le gusta mucho, la funcionalidad múltiple de los elementos, porque eso también hace volar la imaginación del espectador. Como sucede habitualmente en el teatro, no cuentas con los medios para poder recrear siempre cada escena de manera realista, y creo que a veces no es oportuno, y en este caso se buscó un elemento que nos sirviera para mover la escena, o sea, poder darle este dinamismo y que a la vez enfocara a distintos elementos, en una escena podía ser una tanqueta de guerra y en otro una trinchera o una barra de un cabaret.

 

Para ti la obra es un maratón, pero para tus dos compañeros no lo es menos.

Sinceramente, pienso que hay pocos intérpretes en este momento que puedan hacer lo que ellos hacen. No es un maratón, ellos realizan un sprint constante con doce personajes, que creo que hace Pablo Sevilla, y luego los ocho que hace Eva. Sólo verles llevar esto a cabo es una delicia.

 

Supongo que durante los ensayos han tenido que trabajar mucho que cada personaje sea diferente con muy pocos elementos.

Muchísimo. Han conseguido llegar a extraer que color tenían los trazos de cada personaje para que fueran perfectamente identificables y, por otro lado, añade cierta comedia a una historia tan terrible. Es un juego escénico muy puro y creemos que muy disfrutable para el público. Además, impulsa constantemente la historia y te permite reengancharte constantemente a la obra.

 

Vida, libertad, belleza y muerte de Miguel Hernández en Madrid

 

En cuanto a las canciones, ¿la introducción de ritmos y músicas actuales es una apuesta por acercar las palabras del poeta a la juventud?

Era fundamental en el proyecto. Serrat marcó un hito con el disco de Miguel Hernández, fue una innovación en muchos aspectos y popularizó su obra. Daniel Molina, por su lado, creo que ha hecho un trabajo fantástico de renovación y de intentar traer a sonidos actuales el tono de las canciones, que son de los años 70, y la gente que venga a verlo y escucharlo lo va a poder apreciar.

 

¿Después de meterte en este proyecto, cuál es tu relación con Miguel Hernández?

Pues de un profundo amor y admiración y bueno, y me ha hecho pensar mucho en mi abuelo y en la gente que ha podido vivir situaciones similares de dolor y de abandono. Lo identifico con un corredor de fondo, porque creo que en los pocos años de vida que tuvo logró un nivel de comprensión inaudito y más teniendo en cuenta su origen humilde. Hay una anécdota que me llama mucho la atención de su biografía y es la de que antes de morir en la celda estaba estudiando inglés. Esto dice mucho de su tenacidad y la capacidad de asombro y de aprendizaje que tenía.

 

Una de las escenas de la obra refleja el viaje que hizo a la Unión Soviética para representar a España en un Festival de Teatro. ¿Fue un autor consciente de que obra iba a dejar una huella en la historia?

Creo que sí. No sé de la magnitud tan grande que iba a tener, pero sabía que estaba dejando un legado y eso le dio fuerzas para continuar y no desfallecer.

 

Como decías, la obra gira en torno a la historia de amor con Josefina, ¿es gracias a ello que una historia tan dramática está, al mismo tiempo tan llena de luz y vida?

Mucho de lo que rodea a Miguel es terrible y muy triste y el objetivo era que vertebrara la obra lo que a él le mantenía vivo y mirando al futuro, y eso era, sin duda, saber que Josefina siempre estaba esperándole. A pesar del final trágico, pienso que es una propuesta muy luminosa.

 

Vida, libertad, belleza y muerte de Miguel Hernández en Madrid

 

¿Por qué no debería echar para atrás a nadie el tinte político que tiene la historia de Miguel Hernández?

No veo el problema en que lo tenga. Porque la política está en la vida de todos, esta es la historia de un hombre que vivió y luchó por tus principios, por la belleza y por la cultura. La gente que venga a verla, más allá de las ideas que puede tener cada uno, va a ver a un hombre que toma partido respecto a lo que él considera justo. En este caso, básicamente, la protección de la poesía, la protección de su familia y que la gente no se muera de hambre. Cualquiera puede identificarse con eso.

 

¿Este es una de los personajes que siempre te acompañarán?

Sin duda. Tengo la impresión, además, que cuando piense en ello a posteriori todavía le daré más importancia. Ahora intento recordarme constantemente lo especial que es esta experiencia. El otro día, más de mil personas asistieron a la función en el Teatro Principal de Alicante y fue increíble. Fue de los momentos más emocionantes de mi vida, encima rodeado de personas que quiero y contando una historia de la que estamos orgullosos.

 

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