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Una radiografía de nuestro mundo

Paloma Pedrero: “Los llamados seres civilizados somos raros, raros, raros”

¿Quién dijo que Madrid no tenía playa? Todo es cuestión de imaginar. Estos días, Paloma Pedrero ha convertido el Teatro Fernán Gómez CCV en una isla virgen con una playa inmensa en la que el público descubrirá lo que sus hermanos de tribu les tienen que contar del llamado ‘mundo civilizado’.

La obra se llama Isla, y es una propuesta inmersiva escrita por Paloma Pedrero y dirigida por la propia autora y Pilar Rodríguez, dentro del ámbito de la ONG Caídos del Cielo, dedicada a hacer teatro con personas en riesgo de exclusión y en especial vulnerabilidad.

Paloma Pedrero nos habla de cómo han llevado a cabo esta fiesta de descubrimiento a la que todxs estamxs invitadxs.

 

 

¿En qué momento la antropóloga en la que te convertiste decidió que su carrera profesional se cruzaría con el teatro y por qué?

Desde niña, como casi todos los que nos dedicamos a esto, hacía teatro. Y no sólo actuaba, con seis o siete años ya dirigía a mis hermanos y primos a los que torturaba con mis pretensiones. Les decía que eso era un juego, sí, pero que no era un juego de reírse.

A los catorce o quince ya comencé con el teatro más en serio. Era la actriz del colegio del Pilar de la calle Reyes Magos. Entonces, era sólo de chicos y yo iba a partir de abril a hacer Compañía con ellos. Tenían un teatrito espléndido. Compaginé la facultad con el teatro, y elegí sociología, especializándome en antropología, porque siempre me ha interesado vislumbrar el misterio del ser humano tanto individual como colectivo. Era como querer encontrar una explicación a todo lo que no entendía. Y que, por cierto, sigo sin entender.

 

¿Qué le aporta la antropología al teatro y viceversa?

 La antropología mira lo humano desde un prisma colectivo, la psicología, algo que también he estudiado con interés, analiza al individuo; el teatro ahonda en ambas cosas desde una mirada poética.

 

Una radiografía de nuestro mundo en Madrid
Paloma Pedrero durante los ensayos de Isla.

 

Ahora estrenas Isla, en el Teatro Fernán Gómez. ¿Es quizás este proyecto el que más acerque la antropología al teatro? 

Seguro, una primera versión de este texto la escribí para un trabajo de la facultad, imagina hace cuántos años. Me pusieron un notable ‘pelao’.

 

Este montaje lo abordaste a partir del texto Los discursos del jefe de los mares del Sur Tuiavii de Tiavea, ¿cómo llegaste a él y por qué lo escogiste?

Lo leímos en la facultad y me dio la vuelta la cabeza. Entendí lo esencial de mi carrera y, seguramente de la vida, que no existe una verdad objetiva, que para entender algo tienes que conocerlo, experimentarlo y nunca juzgarlo, que todos somos ‘el otro’.

 

 

Los discursos del jefe de los mares del Sur Tuiavii de Tiavea, es un texto de 1920, ¿cómo fue el proceso de adaptación? ¿Las críticas que hace el texto siguen vigentes hoy en día o adquieren una nueva dimensión?

Creo que lo básico de esos discursos de Tuiavii sigue totalmente vigente hoy en día, y es lo que te digo, que nosotros los llamados civilizados somos raros, raros, raros. Además, ese viejo jefe samoano es incisivo y ve lo que es invisible a los ojos. Así que sí.  Pero Isla es un texto teatral muy alejado de la narrativa y está muy jugado teatralmente. Los indígenas no nos cuentan cómo somos los civilizados, nos representan, nos estudian el alma desde su mirada ingenua y fascinada.

 

Desde tu punto de vista, ¿quiénes son los papalagis (palabra samoana que significa ‘el blanco’ o ‘el extraño’) de nuestra sociedad actual?

Todos los llamados seres civilizados, o sociedades desarrolladas… En general, todos los que vivimos en sistemas capitalistas.

 

Llevas más de 25 años trabajando con personas en riesgo de exclusión social, ¿qué dificultades existen a la hora de trabajar con actores y actrices no profesionales? 

Escribo para ellos, porque ellos están por encima de todo en este proyecto, hasta de la obra. Los Caídos del Cielo suelen ser personas a las que siempre les ha gustado el teatro, pero no han podido hacerlo y justo, cuando por algún motivo caen en riesgo de exclusión, tienen la oportunidad de levantarse haciendo algo que les gusta. De modo que la actitud está asegurada. La formación actoral que hacemos con ellos es larga e intensa. Cuando llegamos a montaje ya son actores y actrices noveles. Y lo que ofrecen es tan auténtico que supera la llamada ‘profesionalidad’ de muchos.

 

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Las dos directoras de Isla durante un ensayo: Paloma Pedrero (con camiseta de rayas rojas) y Pilar Rodríguez (de negro).

 

¿Qué trabas les pone la sociedad a estas personas para dejarlos fuera del sistema?

Todas las trabas del mundo. Si eres una persona que se sale del caminito establecido, la sociedad hace muy poco para volver a acogerte. Los excluidos dan cierta serenidad de conciencia a los incluidos. Les confieren un falso equilibrio. Pero las personas rotas por algún motivo suelen tener una enorme sensibilidad que les hace muy propicios a las Artes. Y las Artes, en especial el Teatro, la más social de todas las Artes, es una herramienta poderosísima para conseguir levantar el vuelo.

 

¿De qué manera podemos colaborar para facilitar la inclusión social?

Es una pregunta difícil. Creo que cada uno sabe cómo. Otra cosa es que tenga disposición y coraje para pasar a la acción. La compasión sin acción no sirve para nada. La verdadera empatía es ver, sentir y hacer. Y pasando a lo práctico, también se pueden hacer socios de nuestra ONG, ayudarían a mucha gente maravillosa y necesitada.

 

Repites codirección con Pilar Rodríguez, en esta ocasión, apostáis por una puesta en escena interactiva e inmersiva, ¿cuáles son los motivos que hizo decantaros por ella? 

Queríamos  poner en escena un texto en el que pudiesen participar muchos Caídos del Cielo, que fuese muy divertido para ellos, que tuviese una mirada crítica a nuestro mundo occidental, capitalista salvaje y que, a la vez, hiciese partícipe al público de la experiencia. Hay 19 intérpretes en escena. Es una maravillosa locura.

Respecto a Pilar Rodríguez, llevamos trabajando muchos años juntas y tenemos una comunicación prodigiosa. Con mirarnos ya sabemos qué piensa la otra. Además, Pilar es también del mundo de la piscología y tiene una sensibilidad increíble con los Caídos.

 

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Imagen de ensayo.

 

¿Qué nos puedes desvelar de la Isla que ha diseñado Alessio Meloni?

Creo que es una puesta fundamentalmente lúdica y original. Con Alessio hemos convertido el patio de butacas en una preciosa playa de una isla virgen. Todo arena, palmeras, antorchas, estrellas… El público será la tribu de esa isla, los intérpretes los embajadores que han viajado al mundo occidental y que contarán a sus hermanos ‘Kuavis’ (el público) cómo son y cómo vive la gente en mundo civilizado.

 

Si haces balance de tu carrera, ¿qué evolución ves en la visibilidad de la mujer en el mundo del teatro?

Pues fíjate, cuando yo empecé en el 1984 era, junto con Ana Diosdado, una rara avis de la autoría teatral. Ahora hay muchas e interesantes dramaturgas estrenando. A ver si diseminamos ya nuestra cultura por este triste mundo patriarcal. Hasta que los hombres conozcan a fondo el tuétano mental de las mujeres, estaremos discriminadas en el mundo de la cultura. Ellos siguen teniendo mayoritariamente el poder y son los que juzgan, entonces prefieren lo que conocen, con lo que se identifican, lo suyo.

 

 

Toda la cartelera de obras de teatro de Madrid aquí

 

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