El próximo domingo 7 de diciembre de 2025, el Congreso de los Diputados sufrirá una alteración simbólica. A las 11h de la mañana, frente a su escalinata real, comenzará una acción que pretende cuestionar y celebrar la materialidad de los símbolos democráticos. No serán políticos ni funcionarios quienes protagonicen la jornada, sino una réplica a escala del edificio de la soberanía popular, cargada a hombros por los integrantes del Coro Fermín Gurbindo.

 

Roger Bernat junto a la maqueta del Congreso de los Diputados. Foto de Enrique Baró.

 

Bajo el título Desplazamiento del Congreso, esta intervención urbana lleva la firma de Roger Bernat, una de las figuras más destacadas de la escena contemporánea internacional, reconocido por trabajos que desafían los formatos tradicionales y exploran nuevas formas de participación del público. La propuesta se enmarca dentro de los actos de conmemoración de España en Libertad 50 años, una iniciativa impulsada por el Gobierno a través del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.

 

De la piedra a la madera: la fragilidad del símbolo

El centro de la performance es una maqueta elaborada por el ebanista Antonio Bachiller, construida a partir de los planos de cota de la última reforma del edificio original. Según explica Bernat, la acción busca celebrar con cierta ironía la «aparente estabilidad» que el monumento pretende representar. Al sacar el edificio de su cimiento y llevarlo a nuevos escenarios, se expone a la crítica pública y se rompe su hermetismo. «Trasplantando el símbolo, se introduce en su silencio la voz de todos», señala Bernat.

El recorrido, que tendrá una duración aproximada de tres horas, «haciendo distintas paradas en un recorrido por el centro de Madrid hasta su destino final, que se desvelará ese mismo día», está planteado con un carácter festivo, como una invitación a la participación del público, y de procesión laica. La imagen contará con 26 portadores, todos ellos integrantes del Coro Fermín Gurbindo, formación compuesta mayoritariamente por personas ciegas o con discapacidad visual. El hecho de que sean ellos quienes sostengan y guíen la «sede de la soberanía» añade una capa de lectura sobre quién sostiene realmente el peso de las instituciones y la importancia de lo colectivo en la construcción de lo común.

 

Imagen del Desplazamiento del Palacio de la Moneda en 2014. Foto de www.rogerbernat.info

 

Antecedentes: de Chiloé a La Moneda

Desplazamiento del Congreso no es un gesto aislado en la trayectoria de Roger Bernat. La pieza dialoga directamente con un proyecto anterior realizado en 2014 en Santiago de Chile, El Desplazamiento del Palacio de la Moneda. En aquella ocasión, más de 30 organizaciones sociales trasladaron una réplica del palacio presidencial hasta La Legua, el barrio con la renta per cápita más baja de la ciudad, en una acción que se extendió durante dos jornadas. «Cada colectivo se hizo cargo de llevar la maqueta a hombros durante un tramo, decidiendo qué comunicar desde el balcón del palacio y cómo acompañar el paso: con música, baile o en silencio».

La raíz antropológica de estas propuestas se encuentra en la «Minga de tiradura de casas», una práctica comunitaria tradicional de la región de Chiloé, en el sur de Chile. En esta costumbre, la comunidad se une para trasladar viviendas arrancadas de sus cimientos, arrastrándolas con bueyes y troncos hacia una nueva ubicación, culminando el esfuerzo con una celebración colectiva organizada por el propietario.

Bernat se apropia de esta tradición de cooperación vecinal para trasladarla al ámbito de los símbolos de poder estatal. «El traslado de uno se convierte en la movilización, el esfuerzo y la fiesta de todos», comenta el director, aludiendo a cómo el movimiento despoja temporalmente a la comunidad de un techo físico para protegerla bajo los «valores comunitarios».

 

Foto de Enrique Baro Ubach.

 

Un equipo multidisciplinar

Para la materialización de este proyecto en Madrid, Bernat ha contado con un equipo artístico que refuerza el carácter híbrido de la propuesta. La iniciativa ha sido comisariada por la periodista cultural especializada en artes escénicas Marta García Miranda.

Asimismo, destaca la colaboración de Juan Navarro, actor, performer y director escénico que ya formó parte del equipo artístico en la versión chilena de 2014. Navarro, colaborador habitual de directores como Rodrigo García y creador de piezas propias presentadas en festivales como el TNT de Terrassa o el Teatre Lliure, aporta su experiencia en la gestión de la performatividad dentro del espacio público.

Por su parte, el componente musical y humano recae en el mencionado Coro Fermín Gurbindo. Dirigido por Ignacio Parres García, este conjunto ha sido una presencia habitual en ciclos como la Semana de la ONCE y conciertos de la Federación Coral de Madrid. Su participación el próximo 7 de diciembre no se limitará al esfuerzo físico de portar la maqueta; su presencia convierte el desplazamiento en un acto de escucha y coordinación mutua, esencial para navegar la ciudad.

Carmina Gustrán, comisionada de España en Libertad 50 años, resume el espíritu de la intervención: «La democracia requiere participación, diálogo y gestos que nos recuerden que las instituciones se sostienen sobre la ciudadanía». El próximo diciembre, esa metáfora dejará de ser retórica para convertirse en un peso físico de madera que partirá desde la Carrera de San Jerónimo.

 

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