Pedro va a ser padre primerizo y en una cena familiar se expone a las críticas “constructivas” que su hermana, su cuñado y su amigo de la infancia le plantean a cerca de su futura paternidad, los cambios que eso supondrá en su matrimonio y el posible nombre del bebé. Pero esto último más les hubiera valido no tocarlo, ya que desata un sinfín de discusiones.
A través de esta comedia francesa adaptada al más puro estilo español, los actores nos van llevando por todos los recónditos lugares por los que pasa una familia normativa. Desde la intromisión en las decisiones ajenas, ya que nadie está de acuerdo en la decisión del nombre del futuro bebé (no es para menos), pasando por el ‘cuñadismo’ escenificado a la perfección, siguiendo por los prejuicios y ‘apelativos’ en tono sarcástico, y acabando por las confidencias que desencadenan una auténtica cólera y acaban con las ideas preconcebidas sobre aquellas personas que creían conocer mejor que nadie.
Bajo los mandos de Olivares, un soberbio elenco formado por Leo Rivera, David Carrillo, Violeta del Campo, Isa Dugo y Raúl Peñalba, nos sitúan un espejo donde vernos reflejados mediante situaciones cotidianas constantes que nos generan risas, reflexión, empatía y amor hogareño.
Sensación que nos produce la propia escenografía, ya que todo acontece en un salón minimalista con paredes blancas y un sofá gris con detalles amarillos, testigo de todo lo que ocurre durante una hora y media en la que nadie puede apartar la mirada del escenario. La diana de las risas la sitúa David Carrillo, quien comparte una sonora complicidad en el tablero de juego con Leo Rivera. En este viaje también nos encontramos a Isa Dugo a través de la sororidad femenina, frente a Violeta del Campo reflejando la insatisfacción en un matrimonio que hace aguas y a un Raúl Peñalba claramente supeditado a los prejuicios que sus amigos tienen de él, nada más lejos de la realidad.
Esta es una obra para pensar acerca de las familias, de sus problemas intrínsecos, de sus secretos, de las imperfecciones de cada uno de sus miembros, pero, sobre todo, de la esencia de cada una.
