Maxi Legnani: "Buscamos que en Espacio Mistral haya un hecho artístico y que eso genere la posibilidad de que el público se conmueva"
La fundadora de la Librería Mistral, Andrea Stefanoni y el violinista y escritor Aaron Lee Cheon son los impulsores de Espacio Mistral, un nuevo escenario para la creación y el encuentro situado en el barrio de Puerta del Ángel.
El periodista, gestor cultural y poeta, Maximiliano Legnani, será el director artístico de este lugar que nace con las ideas muy claras.
La apertura de un nuevo espacio escénico en nuestra ciudad siempre es motivo de alegría y jolgorio para esta revista. Y más si es un espacio independiente, que parte de unas premisas claras y que está situado fuera de la almendra central de la ciudad de Madrid. La fundadora de la Librería Mistral, Andrea Stefanoni y el violinista y escritor Aaron Lee Cheon son los impulsores de Espacio Mistral, un nuevo escenario para la creación y el encuentro situado en el barrio de Puerta del Ángel.
Han elegido a nuestro interlocutor al otro lado del teléfono, Maximiliano Legnani, como director artístico. “Yo he trabajado mucho tiempo en medios de comunicación en Argentina, además de mi trabajo como gestor cultural en diversos proyectos y como poeta. De esas labores ya conocía a Andrea. Yo ya había visitado su librería y teníamos buena relación gracias a la Literatura. Aaron y Andrea se conocieron un día hablando de Copi, un dramaturgo argentino, y cuando Andrea y Aaron empezaron a proyectar la idea de levantar Espacio Mistral estaban buscando una persona que quisiera colaborar para encargarse de la programación de la sala y pensaron en mí”. Así que esta relación entre los tres pilares de Espacio Mistral está tejida gracias a los libros y al amor al teatro, fundamentalmente. Empezamos muy bien.
Sobre cómo está siendo su vida ahora mismo, en un nuevo país y al cargo de un nuevo proyecto, Maxi me comenta que: “Están siendo días muy estimulantes, muy felices, con mucho trabajo, pero también con muchas satisfacciones que tienen que ver con lo que estamos logrando en estas primeras semanas, con espectáculos de calidad, que son bien recibidos por el público, con una buena afluencia, en el que estamos pudiendo combinar las diferentes artes que nos interesan… Y Madrid es una ciudad maravillosa, que bulle de cultura y de ofertas para conmover y ser conmovidos”.
Le pregunto a Maxi si la elección de abrir la sala en un barrio como Puerta del Ángel ha sido algo deliberado o es fruto del azar inmobiliario. “Ha sido totalmente deliberado”, nos dice. “Abrir la sala en este emplazamiento tiene un significado especial porque Aaron conoce el barrio desde que es muy pequeño, ya que sus padres tienen aquí una escuela de danza y música que lleva abierta 40 años. Y sumar esta sala al barrio es una idea predeterminada para ofrecer otra opción cultural de calidad también en estos barrios periféricos, que no siempre haya que ir al centro de la ciudad. Había interés y necesidad entre el público del barrio de poder disfrutar de espectáculos así sin tener que desplazarse demasiado, así que por todos estos factores creímos que este lugar era el ideal para abrir Espacio Mistral”.

UN ESPACIO CON ÁNGEL
Al preguntar a Maxi sobre lo que es Espacio Mistral, su alma de poeta toma el control de la conversación: “Es una sala que tiene ángel (risas), y no solo porque esté en el barrio de ese nombre, lo digo porque de verdad creo que hay una energía muy bonita aquí dentro. Lo veo en los rostros de las personas que vienen a vernos. No sé si son las butacas traídas de un viejo cine de Soria que cerró y que han sido rescatadas y restauradas, no sé si es la apuesta lumínica, que parece que seamos un teatro del Centro, probablemente sea la programación, puede que sea la posibilidad que ofrecemos de un encuentro tan cercano entre el público y los artistas… no sé lo que es, pero tiene algo muy especial. Creo que es un lugar en el que van a suceder cosas, se van a contar historias y se va a salir de aquí con la emoción a flor de piel”. Y es que tienen muy claro lo que quieren ofrecer y la identidad que quieren forjar para Espacio Mistral. “No buscamos un teatro solemne, pero tampoco buscamos ser un lugar que ofrezca un entretenimiento que no deje nada. Buscamos ofrecer espectáculos para todos los públicos, para los diferentes públicos, pero que haya un hecho artístico, y que ese hecho artístico genere la posibilidad de que el público se conmueva. Ya sea desde la risa, desde la emoción… pero que se dé un acontecimiento, ese es nuestro objetivo”.
Creo que abrir un espacio escénico independiente es un gran acto de valentía. Lo he pensado siempre y se lo repito siempre a lxs impulsorxs de estos lugares que propician encuentros culturales necesarios. Tienen mi total admiración, porque también hay un punto de ‘locura’, en el sentido de modelo de negocio. Ante esta reflexión, Maxi Legnani me comenta que: “Abrir espacios así que es una ‘quijotada’ (risas), una feliz ‘quijotada’, pienso yo. Andrea y Aarón, que son los creadores de este lugar, son personas que ponen todo en favor de soñar, que piensan que sigue habiendo hueco en una ciudad como Madrid y en un barrio como este para abrir un lugar como Espacio Mistral, en el que tienen la intención de que sucedan cosas reales, tangibles y verdaderas en una época atravesada por las pantallas. Vivimos un momento de cierta indiferencia hacia determinados estímulos, pero todavía hay quienes creemos que se pueden seguir contando historias que toquen el corazón de los espectadores, y hacerlo merece la pena”.

LÍNEAS DE ACTUACIÓN
Pero una cosa es el discurso que todxs tenemos, y otra distinta es sostenerlo con hechos. Y Espacio Mistral, en estas pocas semanas que lleva abierto, está demostrando con creces que el tipo de oferta cultural de la que hablan es la que se plasma sobre el escenario. “Nosotros nos sostenemos sobre el teatro, la música, la danza, los encuentros con el público y próximamente el cine. Todas nuestras propuestas serán muy cuidadas y de alta calidad. En lo que respecta a la danza, en los primeros días de programación y de apertura del espacio ya tuvimos por aquí a Marco Flores, lo cual es un buen indicativo de cómo queremos hacer las cosas y vamos a seguir por esa línea. En teatro ya hemos tenido propuestas muy interesantes. Ahora estamos programando Okasan (hasta el 6 de dic.), una obra de mucha belleza de Carola Reina. En diciembre tenemos El Bululú (12 y 13 de dic.), de Osqui Guzmán, una propuesta teatral que conecta el esplendor del Siglo de Oro Español, con las raíces y la memoria de la cultura boliviana. Y estará también con nosotros Lucila Gandolfo por partida doble. Primero con La maestra serial (11 de dic.), y después con un espectáculo llamado Una película sin Julie (19 y 20 de dic.), un viaje musical para celebrar a la gran Julie Andrews que ha sido todo un éxito en Argentina. En cuanto a la música estamos haciendo El Carnaval de los animales (26 de dic.), con una orquesta de cámara en escena que suena como los dioses, y donde yo hago el rol de narrador, acercándome así a mi faceta de poeta. Y sobre los encuentros, que creo que es algo novedoso que estamos aportando, hace unos días tuvimos con nosotros a Leonardo Sbaraglia y también nos ha visitado Ana Milán, así que las grandes figuras de las Artes Escénicas y visuales vienen a nuestro espacio a hablar sin tapujos sobre su universo y sobre su vida creativa”.
Le pido a Maxi que me desarrolle un poco más sobre estos encuentros que tanta expectación han generado: “Son encuentros muy únicos en los que pedimos que la gente no use el móvil, porque eso provoca que estas grandes figuras puedan hablar con más tranquilidad y puedan decir cosas que a lo mejor en radio o televisión no dirían, debido a la mayor exposición mediática. Así se generan momentos de mucha franqueza y de mucha intimidad y es algo maravilloso, porque permite que figuras de esa talla se encuentren de forma muy cercana con el público, sino también la posibilidad de que digan y se expresen de una forma distinta de la que estamos habituados a escucharlos. No son charlas que vayan a la novedad ni vienen a hacer promoción de sus trabajos, son encuentros que buscan la profundidad”.
Fueron poco más de 20 minutos de conversación telefónica con Maxi. Ya me habían advertido de que era un encanto y lo pude comprobar durante nuestra charla. Es muy gustoso hablar con personas que se arriesgan, que creen en lo que hacen y que se sacrifican por ello (y aquí hablo también de Andrea y Aaron). Ojalá sigamos hablando mucho en estas páginas de Espacio Mistral. “Que nuestro espacio perdure lo dirá el tiempo y el público, pero lo que sí puedo decirte es que estamos trabajando denodadamente para que este teatro aporte algo y deje huella”, concluye Maxi.