Cirque du Soleil llega a Madrid a partir del 24 de octubre y lo hace trayendo a la capital por primera vez su carpa original, la azul y amarilla. No puede ser mejor ocasión ya que el espectáculo que trae, Kooza, es un asombroso y colorido regreso a sus orígenes.
Estrenado por primera vez en Canadá en 2007 esta producción ha girado ya por 20 países de todo el mundo y ha sorprendido a más de 7,5 millones de personas. Pero sus impresionantes números no acaban ahí: 150 personas viajan junto a la carpa; 50 de ellos son acróbatas, músicos, cantantes y actores de hasta 25 nacionalidades; se han diseñado y fabricado más de 1000 artículos entre disfraces, sombreros, calzado, pelucas; además, al llegar a cada ciudad crean más de 120 puestos de trabajo para personas de la localidad y realizan una notable inversión en proveedores locales de alimentos, combustible, maquinaria, servicios de reparto o de reciclaje y manejo de desechos. Una auténtica e impresionante comunidad ambulante formada para regalarnos uno de los mejores espectáculos del mundo.
La unión de dos tradiciones circenses
Como decíamos Kooza es un viaje a los orígenes de Cirque du Soleil, una aventura en la que se combinan dos tradiciones circenses: las acrobacias y el arte de los payasos. El espectáculo pone de manifiesto la exigencia física de cada número, todo su esplendor y su fragilidad, a través de una colorida mezcla en la que destaca el humor más bufonesco. “Kooza versa sobre la conexión humana y el mundo de la dualidad, sobre lo que es bueno y lo que es malo”, explica David Shiner, autor y director del espectáculo. “El tono es divertido y gracioso, ligero y abierto. Es un espectáculo que no se toma a sí mismo demasiado en serio, pero que tiene mucho que ver con las ideas. A medida que se van desgranando los números, explora conceptos como el miedo, la identidad, el reconocimiento social y el poder”. El hilo conductor de la historia será uno de los personajes principales, el Inocente, que nos mostrará su camino hacia el autodescubrimiento a través de un reino cómico de emociones electrizantes, sorpresas que se salen de lo habitual y personajes excéntricos tales como el Rey, el Trickster, el Heimloss, el Carterista, el turista detestable y su Perro Malo.
Un espectáculo portentoso
Ambientado en un exótico mundo, lo primero que llama la atención en el escenario es una torre viajera llamada Bataclan con una estética inspirada en la cultura hindú, los autobuses pakistaníes y la joyería india. La Bataclan alterará la configuración del espacio escénico a medida que se mueva y zarandeará a los artistas dentro y fuera del foco de atención. Ésta escenografía está acompañada en todo momento por un portentoso despliegue de sonido e iluminación y fastuosos vestuarios inspirados en fuentes tan diversas como las novelas gráficas, la pintura de Klimt, Mad Max, las historias de viajes en el tiempo, la India y Europa del Este.
Por su parte, la música es otro de los grandes protagonistas para ilustrar el espíritu del show. Las composiciones de Jean François Côté beben tanto de los sonidos de la cultura pop occidental y el funk de los años setenta como de la música tradicional india. Durante cada actuación, seis músicos y dos cantantes les darán vida en directo para completar ese maravilloso lienzo de fantasía que es Kooza.
Pero la pregunta es: ¿qué contiene esta maravillosa e hipnótica puesta en escena? Pues una enorme variedad de espectaculares números circenses: alambre alto, teeterboard, rueda de la muerte, trapecio individual, aros, báscula, charivari, contorsionismo, dúo de monociclo o equilibrismo sobre silla.
Cirque du Soleil nos demuestra una vez más su capacidad para hacernos soñar con experiencias únicas y mágicas.
Kooza. Casa de Campo. Del 24 de oct. al 5 de enero.