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Tres amigos velando por la Amistad

«A fin de cuentas, la amistad es un tipo de amor, ¿y hasta dónde llega?»

 

Tres amigos de los de toda la vida ponen a prueba su amistad jugando al juego de la verdad, ¿serán capaces de decirse y escuchar lo que tienen que contarse o solo son capaces estando alguno de ellos de cuerpo presente? Esa es la premisa de la que parte Amistad, la nueva comedia escrita por Juan Mayorga interpretada por Daniel Albaladejo, Ginés García Millán y José Luis García-Pérez, quien además dirige la función y con quien conversamos sobre este estreno que llega a Naves del Español del 25 de enero al 5 de marzo.

 

 

¿La amistad es para toda la vida?

 

 

Por José Antonio Alba

Foto portada: Javier Naval

 

José Luis, si echamos un vistazo a tus últimos trabajos teatrales, descubrimos que han sido textos firmados por Juan Mayorga: El cartógrafo, El mago y, ahora, Amistad.

Es cierto. Tengo la inmensa fortuna de poder trabajar su teatro, formar parte de él y de su obra, y eso me hace muy feliz. La verdad es que a mi familia y a amigos muchas veces les digo que tengo la suerte de ser amigo de Leonardo da Vinci, que en este caso sería Juan Mayorga (Risas). Por supuesto que me gustaría trabajar otros textos y otros autores, pero tengo la inmensa fortuna de estar presente en la dramaturgia, en el teatro y, ahora en la dirección, de Juan Mayorga. No puedo pedir nada más.

 

¿En qué momento surge la idea de poner en escena Amistad?

Fue justo después del confinamiento. Yo estaba rodando una serie norteamericana, In front the call, y aunque estábamos rodando en Madrid, tenía que vivir encerrado en un hotel de la Gran Vía para que no hubiese posibilidades de contagio. Entonces, nos conectábamos online Juan Mayorga, Ginés García Millán, Dani Albadalejo y yo; y empezamos a darle vueltas a este texto y a leerlo entre nosotros. Era un texto que Juan ya había escrito y del que yo ya había tenido la oportunidad de leer fragmentos. Entonces, le dije a Juan que quería dirigir esta función y que se la iba a proponer al Teatro Español. A partir de ahí todo ha ido rodado.

 

En esta ocasión, como comentas, además de intérprete, también figuras como director y productor. ¿Cómo se desempeñan todas estas labores sin morir en el intento?

Está siendo un trabajo curioso, pero unitario, no me siento dividido. He crecido de esta manera. Tuve una compañía en Sevilla durante 12 años con mi compañero José María Peña, con la que giramos infinito. Siempre he estado metido en la producción, dirigiendo y actuando, porque me gusta y creo que no son cosas que estén reñidas y lo estoy disfrutando mucho porque cuento con la inmensa complicidad de Daniel y de Ginés, y el talento arrollador de ambos; y la inmensa fortuna de trabajar también con Germán Torres que, durante los ensayos, está haciendo de mi cover para que yo pueda estar fuera y dentro, dependiendo de las necesidades que tengan ese momento.

 

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José Luis García-Pérez, Ginés García Millán y Daniel Albaladejo, protagonistas de Amistad. Foto Javier Naval.

 

¿Quiénes son estos tres amigos de la función?

Ellos son Dumas, Manglano y Ufarte. Tres amigos desde el colegio que han decidido jugar un juego peligroso en el que la muerte está intrincada. Es un juego de verdades y de mentiras, y como todo juego saca a relucir lo más profundo de cada ser humano. A mí me gustaría que el público se sintiese reconocido de alguna manera en los tres o, por momentos, con alguno de ellos y, sobre todo, de lo que hablan. Creo que todos hemos pasado con nuestros amigos de verdad, los más cercanos, los más íntimo, hemos pasado por algún momento de decisiones importantes; y aquí están decidiendo qué ocurre en esta amistad, esta amistad antigua, que quizás esté en un momento de crisis. Pero las crisis sirven para mejorar o para terminar de irse al garete (Risas).

 

Aunque no es raro que Mayorga se apoye en el humor, Amistad cuenta con una comicidad inusual dentro de su dramaturgia.

Sí, evidentemente con la profundidad de Juan porque lo lees y te das cuenta de la cantidad de temas que saca este hombre, los mensajes y la filosofía que hay detrás de todo esto. Pero está claro que el envoltorio para hacer llegar ese mensaje te deja una sonrisa y espero que algo más, porque está muy trabajado. Yo creo que con el teatro de Juan Mayorga no te puedes quedar en la superficie porque entonces, no solamente se vuelve confuso, sino que no saca a relucir realmente los mensajes con carga de profundidad que tiene su teatro. Creo que hay que hacerlo siempre desde un planteamiento profundo, aunque luego tenga que llevar a la risa y espero que lleve a la risa. Estamos trabajando con Hernán Gené de asistente, con el que estamos trabajando mucho desde el clown más puro. Evidentemente sin narices y sin apayasar nada, pero la idea de un montaje ‘clownesco’ en el sentido de la pieza, de la estética. El clown tiene algo de musical y la música, elevada al máximo, llega donde no puede llegar ningún teatro y esa parte coreográfica, digamos, está muy presente en el montaje, porque creo que es la forma de llevar ese mensaje al público. El mensaje que está en la función.

 

Como comentabas, la muerte tiene una fuerte presencia, ¿qué simboliza dentro de la función?

En este caso la muerte habla sobre esta amistad porque es una amistad que revive o que muere definitivamente. Mi decisión como director es que los personajes están decidiendo si entierran, o no, esta amistad. Esto está muy presente a través del trabajo escenográfico de Alessio Meloni, lo hemos situado en un sótano, que tiene algo de nicho, algo de tierra y algo de tumba, además hay una escalera al cielo por la que podrán salir o no. De hecho, la muerte está muy presente hasta en la llegada del público.

 

La función es un juego de supuestos, parece algo banal, casi inocente, pero encierra una gran cantidad de capas que nos desvelan muchos aspectos de estos tres amigos que quizá de otra manera no hubieran surgido. ¿Cuáles son los temas principales de Amistad?

Bueno, para mí hay temas fundamentales. No solamente está la muerte, sino que también está el amor. El amor es muy importante en esta función, y ahí lo dejo, luego ya cada uno entienda lo que tenga que entender. (Risas) Pero me parece que tanto el amor, como la muerte, como las relaciones laborales, están muy presentes en esta función y sobre todo la confianza; hasta dónde estás dispuesto a llegar por un amigo, y qué le dices de verdad y de mentira a un amigo. Creo que ahí están los temas. ¿Qué es la amistad? A fin de cuentas, la amistad es un tipo de amor, ¿y hasta dónde llega?

 

Tres amigos velando por la <I>Amistad</i> en Madrid
Amistad de Juan Mayorga. Foto de Javier Naval.

 

Cuando alguien fallece parece que todo lo que hizo en vida fueron buenas acciones, es a lo que se tiende, al reflexionar sobre esto, me surge una duda. ¿Estos tres amigos juegan a decirse las verdades o a regalarse los oídos?

Yo creo que están jugando a decirse verdades y a mentirse. Están jugando, esto no hay que olvidarlo nunca. El juego es lo que te permite afrontar, Es afrontar un verdad o te atreves, y aquí se tiene que atrever a muchas cosas. Desde luego lo que tú acabas de decir también pertenece mucho al teatro de Juan Mayorga, que es el metateatro. En todas sus obras hay algo de metateatral. En las que yo he trabajado quizá todavía más, en El cartógrafo o en El mago, y ahora en Amistad, tienen algo de muy teatral porque son dos personajes que juegan a creerse que el tercero está muerto. Eso está siempre muy presente en ellos.

 

¿En los juegos aparecen las verdades que en la vida nos cuenta exteriorizar?

Absolutamente. En el juego sale lo más íntimo del ser humano, sale el niño y el niño, es el que dice las verdades.

 

Juan Mayorga no da puntada sin hilo, dentro de la ligereza aparente, ¿dónde radica el desafío de este texto?

El bucear y no quedarte en la superficie creo que es la clave fundamental, tanto en todos los niveles, a nivel visual, en este caso escenográfico, del espacio… entonces se genera este juego, los sonidos que los rodean, el exterior, todo esto son retos a afrontar y, sobre todo, ir eliminando capas cual cebolla e ir profundizando en el mensaje profundo que personalmente me gustaría dar sobre la amistad. Yo tengo la fortuna, la inmensa fortuna, de vivir a escasos metros de mis amigos de toda la vida, desde Sevilla, y sigo teniendo la misma fortuna de vivir junto a ellos, y sentirte acompañado es algo tan maravilloso que quería reflejarlo aquí también.

 

Me gusta mucho la sutileza con la que Mayorga va colocando pequeños aspectos que retratan la personalidad de cada uno de los personajes. Pequeñas pistas a las que el público tiene que estar atento para saber descubrir el perfil de cada uno de estos amigos.

Exactamente, estamos intentando conformar un espectáculo donde el público se sienta muy integrado y donde la cuarta pared desaparezca muchas veces. Y que el público se siente uno más, no solamente en la visión de lo que está ocurriendo, sino que de alguna forma participe y se sienta integrado, tanto hombres como mujeres.

 

La obra destapa una fragilidad en estos tres amigos que los cánones habituales de la masculinidad parecen no admitir.

Aunque hay un personaje femenino que está muy presente en toda la función y que rodea a todos, esta función habla sobre los hombres y habla sobre cómo somos, cómo nos comportamos, qué nos callamos, qué deseos ocultamos y cuáles exteriorizamos. Habla de masculinidades y creo que ahí Juan ha ido muy de frente con el tema. Fíjate que las últimas obras de Juan generalmente tienen una protagonista femenina y en este caso le da la vuelta radicalmente a eso y son exclusivamente tres hombres hablando sobre hombres como hombres, en su más amplio sentido, y espero que el público también lo sepa ver.

 

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