“Somos 5 mujeres, actrices, de entre 50 y 60, y tenemos nuestra vida encauzada, resuelta, pero aún así nos sentimos embarazadas de Bernarda”. Con estas palabras, Gemma Martínez convenció al dramaturgo y director Andrés Lima de llevar a cabo Todas las hijas. Se inició un proceso de trabajo junto al dramaturgo David Caiña en el que no hablaron tanto de Lorca como de ellas mismas, pues no estamos ante una nueva adaptación del clásico. “Dos pequeñísimas pinceladas de Bernarda nos daban pie a que cada una lo hiciera suyo y reflexionara sobre qué tiene que ver ese retrato de mujeres que hizo Lorca, con ellas mismas”.
Así, el proceso de creación de la obra destapó las cinco confesiones de las actrices, que Andrés Lima categoriza de “exorcismos”. Todas las hijas relata abusos, pasados religiosos y la complicada relación de madres e hijas, así como su relación con los hombres. Hay desde alegría y comedia hasta el terror absoluto, porque todos los integrantes de la obra tienen claro que La Casa de Bernarda Alba es una obra de terror.
“Vimos que siempre hay una película de terror para cada miedo femenino”, relata Lima al hablar del tema principal de la obra. Si Carrie hablaba de la menstruación y La semilla del Diablo del miedo al embarazo, Todas las hijas trae todos esos miedos a la actualidad como dice Gemma Martín: “Soy una mujer empoderada, pero sigo teniendo esos miedos. ¿Por qué? Porque los hemos heredado”.
Para superar un miedo hay que hablar de ello, y es lo que han hecho estas mujeres primero en País Vasco, y ahora en Madrid. “Es una obra muy dolorosa y muy divertida. Hay momentos en los que te ríes y momentos en los que te sientes incómodo, pero de eso va”, dice Gemma, y aclara que a pesar de partir de testimonios personales, es una obra universal.
Todas las Hijas llega al Fernán Gómez acompañada de un extenso programa de actividades para ampliar la experiencia. Habrá una mesa redonde con Ane Garabain, Alfredo Sanzol y el propio Andrés Lima este 12 de marzo, así como un encuentro con el público los días 14 y 22. Se ofertan además varios talleres, incluso una masterclass con el director. La obra en sí podrá disfrutarse en Madrid hasta el día 31, y no planea desaparecer después.