Ruth Rubio: "El humor es una de las pocas herramientas que tenemos para abrir grietas en el sistema"
Cuarta Pared inaugura un ciclo teatral comprometido con el medioambiente y el cambio climático. La iniciativa, que se desarrollará desde noviembre de 2025 a marzo de 2026, presentará tres montajes que apuntan al corazón de la crisis ecológica desde perspectivas muy diversas. Con esta iniciativa que nace del laboratorio dramatúrgico Verde del ETC, Cuarta Pared aspira a dar voz artística a esta urgencia social.
La primera obra será Solarpunk, un texto de Ruth Rubio, dirigido por Mario Hernández e interpretado por Natalia Cobos Chapman, Sara Mata, Pilar Gómez y Jose Fernández, que podrá verse del 13 al 29 de noviembre.
“La Temporada Verde surgió de una conversación con Borja Ortiz de Gondra, que es el asesor de los Laboratorios de Investigación que hacemos regularmente en Cuarta Pared. En esa conversación intentamos detectar cuáles son las necesidades en el escenario, en la profesión… y una de las cosas que vimos es que toda la temática sobre emergencia climática estaba muy poco representada en escena. Entonces decidimos que los Laboratorios ETC (Espacio Teatro Contemporáneo) de ese año 23/24 tuvieran esa línea. Y tras un largo proceso de trabajo que ha durado dos años, ahora podremos ver tres montajes hasta marzo de 2026 que son con los que hemos conformado esto que hemos llamado Temporada Verde de Cuarta Pared”. Esto nos lo explica Javier G. Yagüe, uno de los fundadores de la sala de la Calle Ercilla, 17. Un proceso cocinado a fuego lento, como les gusta hacer las cosas por aquí, para que las ideas vayan cogiendo poso y en escena se vean espectáculos con todo el sello de calidad que otorga el haber sido creado bajo el auspicio de Cuarta Pared.
Se hizo una primera convocatoria pública para que dramaturgos y dramaturgas llevaran a cabo la escritura de los textos. Los que fueron seleccionados pasaron a la primera fase del proyecto que consistió en una serie de encuentros con científicos expertos en la crisis climática sobre los que pivota el firme deseo de conectar ciencia y arte como herramientas de reflexión colectiva. A ello le siguió un programa de tutorías a cargo del dramaturgo Borja Ortiz de Gondra, asesor artístico de ETC. En una segunda fase, ETC abrió una convocatoria dirigida a compañías interesadas en afrontar los retos que planteaba alguno de esos textos y llevarlo a escena. Las compañías interesadas presentaron un proyecto con los motivos de su elección, el plan de trabajo, el equipo artístico y técnico. Cada una de las seleccionadas recibiría una aportación a la producción de 10.000 euros. El resultado del proceso se ha materializado de la mano de tres compañías: Hernández & Fernández que estrenará en noviembre Solarpunk, un texto de Ruth Rubio; Colectivo Trance que estrenará en diciembre Animales en apnea de Juan Asego; y La Rueda Teatro Social que estrenará en febrero de 2026 Viernes I’m in Love, un texto de Sandra Arpa.
MOTOR DE CAMBIO
Ruth Rubio será la primera en presentar propuesta y lo hace tras haber ganado recientemente el 34º Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela precisamente con el texto que ahora se estrena en Cuarta Pared: Solarpunk. “Ganar este premio ha sido una alegría inmensa, es un chute de energía muy bueno de cara al estreno pero, sobre todo, es un alivio proletario”, nos comenta la propia Ruth entre risas.
Sobre cómo se gestó este proyecto ella nos dice que esos primeros encuentros con científicos expertos le dio mucho en qué pensar: “Durante las primeras sesiones con ellxs salíamos de allí con lo que después comprendimos que se llama ‘ecoansiedad’. Era abrumador todos los datos y escenarios que nos planteaban. Para mí, fue especialmente revelador el último encuentro con Kois Casadevante, experto en ecología social y soberanía alimentaria, que nos habló de ecotopías. Dijo algo que a mí me sacudió: ‘hasta que no tengamos tiempo para cocinar, no será posible una transición ecológica’. Es una afirmación rotundamente personal y política. A partir de ahí empecé de nuevo a armar mi proyecto de obra, porque ya no sería una obra distópica de un futuro devastado, como era mi intención al principio, sino una que jugara con la tensión del presente y que, de alguna forma, buscara invitar a la acción sintiendo la esperanza como un deber”. Y además, intentará provocar todo eso a través del humor, “nos gustaría que la gente se divirtiera, porque es una comedia y sentimos que el humor es una de las pocas herramientas que tenemos para abrir grietas en el sistema. Y nos gustaría que el público saliera de la obra sintiéndose interpelado, preguntándose por cuál es su relación con la esperanza, o qué necesita para activarla”. La compañía Hernández & Fernández ha dado forma a la propuesta de Ruth, Solarpunk, que parte de la premisa de: ¿Qué pasaría si la luz del sol dejara de ser un bien común y pasara a estar privatizada? Podría parecer la temática de un capítulo de Black Mirror, pero ya hemos visto que la serie sólo anticipó cosas que al final han ido sucediendo, y con esto seguramente pasará lo mismo (igual que ocurrirá con cualquier masa de agua dulce).
Sobre cómo ha sido el proceso de trabajo durante estos dos años en los que se ha ido gestando, Ruth me comenta que “ha sido un viajazo teatral. Dos años dan para repensar mucho una obra, para testearla y hacerla dialogar con el presente. Una de las grandes suertes que he sentido con este proyecto es la posibilidad de escribir acompañada, no solo por Borja Ortiz de Gondra, con quien nos juntábamos semanalmente y que siempre tenía la pregunta precisa, la invitación para probar por otros derroteros, también he estado acompañada por el resto de compañerxs que han formado parte de este proceso y que también iban armando sus historias sobre la crisis climática y quienes han prestado su mirada generosa a este proceso y a los de las propias compañeras. Es realmente excepcional convivir en un espacio donde poder compartir material sensible, aún en construcción. La forma que hemos tenido de cuidarnos, aconsejarnos y de crear este lugar donde mostrarnos vulnerables ha sido esencial para que esta obra acabara siendo la que es”.
Para terminar, le pregunto a Ruth si este proceso de creación ha modificado ideas, comportamientos o creencias personales. “Siempre he tenido claro que mi lugar para la militancia es el teatro. Este proceso ha supuesto un cambio drástico en mi relación con las ficciones. Después de nuestro encuentro con los científicos y ahondar en la crisis climática hemos sentido, y lo digo en plural porque fue un sentir común de las dramaturgas que formamos parte de estos encuentros, la urgencia por usar las ficciones para pensar futuros posibles”.
Una vez más, el teatro como motor de cambio. Una vez más, Cuarta Pared logra, con este ciclo, reforzar su compromiso con la creación contemporánea y los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo. Una vez más, vuelven a demostrar con creces lo que implica ser un teatro independiente.