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COMO TODA LA VIDA

Por José Antonio Alba

Pocas frases hay que me crispen los nervios tanto últimamente como la que da título a este editorial. Que cualquier situación se quiera justificar diciendo que así se ha hecho siempre, me parece de un inmovilismo tan cerrado y cazurro que me saca de quicio. Y es algo que cada vez encuentro con mayor frecuencia, da igual el ámbito en el que me mueva, incluso en el de las Artes Escénicas… Sí, sí, con lo ‘modernos’ que decimos que somos, aquí también huele a cerrado.

Esta reciente oleada de conservadurismo rancio que lo está cubriendo todo como un manto apolillado es sofocante. No podemos entregarnos a la cerrazón y negarnos a ver más allá ni impedir el avance, por poco o mucho que lo compartamos, no es sano, es asfixiante. Hay que abrir las puertas y las ventanas, dejar que corra el aire, que entre y conviva, y se convine con lo anterior. Es cierto que tampoco debemos deshacernos de lo que nos precede porque es lo que nos ayuda a saber cuál es nuestra raíz, nos da asideros, pero hay que permitirse cuestionar, reinterpretar e incluso rebelarse. ¿Por qué no? ¿Quién no lo hizo antes?

Si estamos dando por hecho que ‘lo de siempre’ es lo que está bien, ¿qué nos queda? ¿Qué lugar se está dejando a la curiosidad, a lo rupturista, a la experimentación? ¿Cómo hacemos entonces para aprender y descubrir? ¿Por qué esta resistencia ante la novedad? ¿Qué nos asusta?

No sé, a mi me preocupa más la soledad a la que nos precipitamos con esta tendencia a insistir en quedarnos en lo anterior, y justificarlo con vaguedades, en vez de intentar entender y abrirse a lo siguiente.!

 

Este mes Los Pilares de la Tierra, El Musical invade literalmente nuestra portada para presentarnos el estreno mundial de la ambiciosa adaptación de la exitosa novela de Ken Follet. Estará a partir de noviembre en el Teatro EDP Gran Vía de Madrid. También os traemos, entre otros contenidos, entrevistas a Joan Yago, Marta Pazos, Jesús Carmona, Rafaela Carrasco y Eduardo Vasco; y un repaso a los festivales de este mes de octubre.

Por su parte en Godoff, es El Método Grönholm quien protagoniza la portada. El equipo de El Pasillo Verde Teatro estrena una versión sobre el conocido texto de Jordi Galcerán. Además, hablamos con Pilar Massa, Paloma Merello, Aurora Navarro e [in]constantes; y repasamos algunos estrenos de Surge Madrid en Otoño 2024.

 

VOZ EN OFF: LA SUPERVIVENCIA COMO LÍNEA DE PROGRAMACIÓN

Por Sergio Díaz

Recojo el testigo del artículo de mi compañera Pilar G. Almansa de la página 38. Estoy muy de acuerdo con lo que dice y, por supuesto, también estoy muy de acuerdo con el artículo que menciona de Marta García Miranda, a la que admiro y leo con devoción. Sin intentar ahondar más en lo que ambas escriben (mucho mejor que yo), la línea de programación que yo vengo observando últimamente en los espacios independientes de nuestra ciudad es la mera supervivencia. Y para sobrevivir hay que llevar público de la forma que sea. Darle al público lo que quiere. ¿Y qué es lo que quiere? Pues no pensar, no arriesgar, no sufrir, no llorar. Por eso, mucho espacio de esas programaciones se lo lleva el stand up comedy o comedias ligeras fácilmente vendibles. Y en esa tendencia de sobrevivir y darle al público lo que quiere creo que nos estamos dejando por el camino la esencia del verdadero teatro off: espacios en los que se arriesga, se crea, se investiga, se apuesta… y, como sucede cuando apuestas, también se pierde. Y yo entiendo que no quieran perder (porque en ningún caso es un negocio ganador a nivel monetario).

No quiero que vean aquí una crítica a la programación de las salas. No soy quién para hacerlo y respeto mucho su trabajo y su valentía como para criticar nada. De hecho, es una crítica hacia el público, hacia mí mismo si quieren, que también miro lo primero cuánto dura la obra, y si es demasiado experimental tuerzo el morro (aunque luego me encante). Las salas lo intentan de todas las formas posibles, y claro que ofrecen iniciativas para mostrar el trabajo de jóvenes creadorxs, y nos traen propuestas muy interesantes, pero luego el público no las apoyamos y el porcentaje de ocupación de butacas baja estrepitosamente cuando nos ofrecen algo arriesgado. Y al final, espectáculos que deberían estar programados al menos un mes para que se pudieran disfrutar en condiciones, sólo están un par de días porque no hay demanda. Así que la culpa es nuestra porque nuestra gestión del ocio es un poco nefasta (ocio fácil, cómodo, borreguil, ligero y superficial), como buen reflejo de la sociedad en la que vivimos. Pero siempre hay una luz al final del camino y en esta columna no podemos dejar de felicitar al Teatro del Barrio por haber sido galardonados con el Premio Nacional de Teatro 2024. Si a este le sumamos el que recibió Cuarta Pared en 2020, vemos que, a pesar de todo, la escena independiente de Madrid sigue avanzando, aportando y sobreviviendo.

 

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