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Reivindicando el espacio para el reencuentro

Colectivo Fango regresa a los escenarios, a Teatros del Canal, para ofrecernos una nueva oportunidad de poder ver su trilogía sobre la búsqueda de la identidad a través del tiempo: F.O.M.O., Tribu y La espera. Hablamos con Camilo Vásquez, su director, sobre lo que supone recuperar estos títulos y conocer la trayectoria de la compañía.

 

La trilogía de Colectivo Fango en Teatros del Canal

 

 

Por José Antonio Alba

Foto portada: Danilo Moroni

 

“Es osado, arriesgado. Es motivador” nos dice Camilo Vásquez, director de Colectivo Fango, con la alegría de ver cómo (casi) todo el repertorio de la compañía va a tener la oportunidad de poder volver a verse en Madrid. “Somos conscientes de que somos una compañía de cinco años de cara al público”, un periodo corto de tiempos que, sin embargo, ya les ha dado para contar en su haber con una trilogía, nacida involuntariamente, que abarca el presente (F.O.M.O.), el pasado (Tribu) y el futuro (La espera) a través del lenguaje multidisciplinar seña identificativa de la compañía y una pieza, Limbo, creada por encargo para el Festival de Otoño.

Charlamos con Camilo centrándonos en el recorrido de la compañía y en esa trilogía que ahora podemos recuperar dentro de la programación de Teatros del Canal. Una oportunidad para que la compañía vuelva sobre estos títulos con una mirada más madura y con ganas de pasarlo bien, “ser igual de punkarras, pero teniendo el punto de vista más claro. Cada una tiene su historia y cada una va a ser reivindicada por nosotros”.

 

 

HACIENDO DEL FANGO UN HOGAR

Reivindicando el espacio para el reencuentro en Madrid
Camilo Vásquez, director de la compañía Colectivo Fango. Foto Sergio Lardiez.

El nombre de Camilo Vásquez comenzó a resonar en los oídos teatrales, aunque no fuera el comienzo de su carrera, en la época de La Casa de la Portera, donde sus espectáculos Periodo de reflexión y Transrealidades llamaron la atención de un público interesado en descubrir nuevos nombres y formas de hacer teatro. Pero lo que parecía que iba a ser una carta de presentación que impulsara la carrera de este director de origen argentino, se quedó en un inexplicable silencio que le obligó casi a regresar a la casilla de salida. “Te quedas en un vacío absoluto”, dice este creador que tras pasar un tiempo reponiéndose de la desilusión y lamiéndose las heridas, decide poner en marcha Colectivo Fango. “Tomo la decisión, no de crear una obra, sino de llamar a amigos y tener un espacio de libertad creativa pagándonos una sala de ensayo -Explica Camilo-. Dejar la exigencia que siempre hay en esta profesión posibilitó todo lo que no había conseguido los años anteriores. La clave de Fango, además del factor suerte, tuvo que ver con el tiempo y el placer de crear sin ningún tipo de expectativa”.

Si hablamos de la forma de trabajar de la compañía, Camilo explica que la horizontalidad y los laboratorios de creación forman parte de su ADN. “Ha sido nuestra manera de trabajar desde siempre. Un trabajo colectivo, novedoso para todos. Un laboratorio de ensayo y error donde nos íbamos pasando el mando de las tareas. Nos gusta mucho el exploratorio. Me gusta mucho que haya tiempo, con la paciencia, con la mirada, aparecen grandes hallazgos”. Y para ello son piezas fundamentales compañeros de viaje como Ángela Boix, Fabia Castro, Trigo Gómez, Rafuska Marks o Manuel Minaya, el dramaturgo Sergio Martínez Vila que “aupó la calidad y la excelencia de la compañía”, Silvia de Marta, escenógrafa, Juan Miguel Alcarria, director técnico y Eli Vidal, vestuarista. “Es realmente sorprendente el voto de confianza que tuvieron para lanzarse al fango y embarrarse cuando no había un duro”.

 

Reivindicando el espacio para el reencuentro en Madrid
Escena de Tribu de Colectivo Fango. Foto de Danilo Moroni y J.C. Toledo.

LAS CLAVES DE LA TRILOGÍA

De ahí nace su primer espectáculo F.O.M.O. (Fear Of Missing Out), un espectáculo con diferentes piezas que ahondan en el miedo, cada vez más generalizado, a no estar al tanto de cuanto sucede. Un temor fomentado por el auge de las redes sociales y la hiperconectividad; un montaje que pasó de representarse en El Umbral de Primavera, “fue el primer espacio que quiso apoyar nuestro trabajo”, a ser programado en el mismísimo Centro Dramático Nacional, algo que situó a esta compañía en el radar de muchos aficionados. Una propuesta que verla en 2022 va a suponer presenciar una pieza diferente. “Su lectura ya no es igual, no podemos contar lo mismo que en 2018, no podemos hacer una réplica -señala Camilo-, estando vinculada a la hiperconectividad, a las redes, lo que parecía marciano cuando investigábamos en aquel momento, hoy es el día a día. Hay dramaturgias y reflexiones que hemos querido revisar porque somos las mismas personas, pero con seis años más”.

Tras ella, llegará Tribu, un giro radical en cuanto a lenguajes y narrativas que nos descubre otro aspecto de Colectivo Fango. “Cada vez me enamoro más del trabajo físico y de la danza -explica Camilo-, después de haber pasado por la experiencia de F.O.M.O., donde habíamos trabajado la obra de una manera muy individual, de repente nos apetecía justo lo opuesto, trabajar en grupo como desafío”, explorando en las raíces y en el concepto de grupo de una manera más primigenia, creando una especie de rito donde poner a prueba los niveles de consciencia y compartiendo placeres. Una propuesta casi animal que experimenta con los límites.

El final del camino llegará con La espera, espectáculo hijo de la pandemia que, lejos de suponer un escollo en el camino, fue terreno abonado para la experimentación. Las ganas de volver a salir a escena, del reencuentro, cambió el ánimo de la compañía, el cuerpo les pedía pasarlo bien, hallar comedia dentro de su código de trabajo, “había un deseo de ser lúdicos” a través de cuestiones tan propias del momento como: ¿Qué pasa mientras esperamos que pase algo? ¿Cómo llenamos ese tiempo?; después de la individualidad y de lo grupal, ahora toca averiguar cómo es vivir a través de un avatar. El metaverso hace acto de presencia en el imaginario de Colectivo Fango y se inventan una serie de roles con los que jugar a superar pruebas, ¿con qué fin? El de matar el tiempo mientras esperan. Llamándonos Godot, lo último que vamos a hacer es desvelar el sentido de esa espera, ¿no creen?

 

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La espera de Colectivo Fango. Foto de Danilo Moroni y J.C. Toledo.

LOS MISMOS DESDE OTRO LUGAR

La posibilidad de retomar las tres obras, con una semana de diferencia entre ellas, nos dice Camilo: “es un trabajo enorme, pero estamos encantados de poder hacerlo”, a la vez que supone una nueva oportunidad de revisarlas y comprobar qué sucede al revisitarlas siendo los mismos, pero con más años y en circunstancias diferentes, por ejemplo, la actriz Rafuska Marks, ahora está embarazada, ¿cómo será volver a pasar por esas energías y esos códigos que plantean las propuestas de Colectivo Fango?. “Le propuse como deseo a todo el equipo el pasarlo bien. El estrés está, pero el cuidado y el pasarlo bien me parecen fundamentales, es un premio que nos hemos ganado y ahora nos toca disfrutarlo”.

Mostrar la trilogía completa supone para Camilo el cierre de una etapa y el disfrute de la incertidumbre: “Hemos trabajado mucho tiempo sin descanso y necesitamos parar de crear porque si creamos no producimos. Con prisas no funcionamos. Ideas siempre hay, pero si te soy sincero, estamos reencontrándonos con el trabajo, queremos disfrutar. Lo sentimos como el fin de una etapa, el cierre de la trilogía y después escucharemos los deseos de cada uno. Colectivo Fango continuará, pero con otras ideas”.

 

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