Con el propósito de impulsar y apoyar la creación de nuevos textos dramáticos que contribuyan al enriquecimiento del panorama teatral y apoyar así a los/as autores/as dramáticos, la Fundación SGAE concede anualmente 4 premios dotados con 24.000 euros en total. Este 2022 se entregan el XXXI Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela (8.000 euros), el XXIII Premio SGAE de Teatro Infantil (8.000 euros); el XVI Certamen Internacional Leopoldo Alas Mínguez para textos teatrales de temática LGTBIQ+ (4.000 euros), y el IV Premio SGAE de Teatro Ana Diosdado (4.000 euros) para textos escritos por mujeres.
Además, estos galardones reconocen la inclusión de los textos en el Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas y su posterior publicación, dentro de las colecciones que edita la Fundación SGAE. En años anteriores, autores/as de la talla de Javier de Dios, Sara Pinet, Paco Bezerra, Antonio Álamo, Ruth Gutiérrez, Pablo Remón, Rocío Bello, Angélica Liddell, Alberto Conejero, Nieves Rodríguez, Paco Gámez o Iñigo Guardamino, entre otros, han sido premiados.
XVI Certamen Internacional Leopoldo Alas Mínguez
Los dramaturgos Juan Carlos Mestre González (Elda, Alicante, 1974) y Celia Morán (Toledo, 1990) se han alzado con este premio que concede la Fundación SGAE y la Asociación Cultural Visible con el objetivo de apoyar y estimular la creación de nuevos textos teatrales que otorguen visibilidad al colectivo LGTBIQA+. Los autores han logrado el galardón con Vagos y maleantes, un texto que revela la historia oculta de los homosexuales represaliados durante la dictadura franquista. El jurado ha querido reconocer esta obra por “haber apostado por un tema poco comercial, como es el de las personas mayores, y hacerlo además a través del reconocimiento de la memoria histórica, la memoria de los represaliados del franquismo por tener una sexualidad desviada respecto a lo que el régimen y la iglesia consideraban aceptable”.
XXXI Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela
Primera Sangre, de la dramaturga María Velasco (Burgos, 1984), es el texto ganador de este premio que reivindica la figura del escritor y dramaturgo madrileño Enrique Jardiel Poncela. Fundación SGAE convoca este galardón con el objetivo de fomentar la creación de nuevos textos dramáticos que, tanto por la buena calidad y originalidad de sus diálogos, como por su visión escénica, ayudan al desarrollo del teatro. El jurado ha destacado “la capacidad de riesgo y la poeticidad de esta propuesta. Una obra muy personal donde se conjuga lo realista con lo onírico, a partir de una estructura ambiciosa y valiente. Las temáticas -la violencia y el abuso de poder sobre el cuerpo de las niñas, la infancia femenina, el miedo…- resultan muy poderosas y están abordadas con un lirismo y una contundencia que logran conmover al receptor”.
se hizo entrega del galardón a María Velasco. Copy: Cristina García Zarza/SGAE.
XXIII Premio SGAE de Teatro Infantil
Por primera vez un texto escrito en gallego, Mambrú volveu da guerra, gana este certamen. La obra del dramaturgo Carlos Labraña Barrero (Cedeira-A Coruña, 1969) se ha impuesto por su trasfondo de reconocimiento a la memoria histórica con una gran dulzura literaria y escénica. Labraña confiesa que la mayor dificultad “era tratar la historia con delicadeza, pero sin ocultar nada”. El jurado ha explicado que no son muchos sus personajes y, sin embargo, el relato se enriquece con “todas las voces que el mismo autor deja hablar desde las profundidades de esas cunetas o tapias de cementerios; esta vez, de un parque infantil”. El texto se publicará dentro de la serie editorial Sopa de Libros que la Fundación SGAE coedita junto con el Grupo Editorial Anaya.
IV Premio SGAE de Teatro Ana Diosdado
La dramaturga ilicitana Laura Aparicio (Elche, 1972) ha obtenido este premio para textos escritos por mujeres 2022, certamen convocado por la Fundación SGAE con el objetivo de impulsar y visibilizar la creación y dramaturgia contemporánea femenina de excelencia. La última función de Silvia K. es el título de la pieza con la que ha convencido al jurado, que la define como una propuesta “valiente, arriesgada y profunda”, y añade: “Rebosa teatralidad y complejidad, y apuesta por un lenguaje performativo y una narrativa fragmentada muy sugerentes que la alejan de los códigos escénicos tradicionales”. Envuelta en una atmósfera violenta y fanática, la obra presenta un mundo distópico sirviéndose de diversos acontecimientos y realidades de máxima actualidad, como la pandemia o la guerra de Ucrania.
