Hablamos con Pablo Huetos, actor y productor ejecutivo de Teatro de Fondo. [entradilla]
Por Ka Penichet/@KaPenichet
Teatro de Fondo, compañía de la que Huetos es actor y productor ejecutivo, preestrena en el Centro Cultural Paco Rabal este mes (21 de octubre) un nuevo montaje sobre Orlando, el texto de Virginia Woolf. Sobre dicha propuesta nos da unas pinceladas en esta entrevista
Cuando valoramos un montaje teatral, la mayoría de la veces nos olvidamos de uno de las patas más importantes a la hora de crearlo: la producción. Actualmente, es un oficio relegado, seguramente por la incesante crisis que, desde que tengo uso de razón, las artes escénicas vienen padeciendo.
De estas arduas labores de producción sabe mucho Pablo Huetos, productor de la compañía Teatro de Fondo, que lleva 15 años de trayectoria a sus espaldas y alrededor de un total de 20 montajes entre producciones propias y encargos. “Hoy en día a la gente no le cuenta la trayectoria que llevas, le cuenta mucho más si el proyecto es interesante, si la imagen es poderosa, si lo mueves por redes… más que la resistencia o la profesionalidad”.
Es curioso comprobar cómo algunas productoras de teatro que cuentan con similares cantidades de inversión y con unos montajes similares logran cosechar éxitos que para otros resulta un camino tedioso, teniendo en cuenta que todos parten con unas circunstancias bastantes complicadas. “La gente no se fija en nosotros por otros factores que no sean artísticos y en líneas generales, es muy poquita. Creo que somos más de trabajar que de aparentar. Seguro que tenemos alguna carencia porque a lo que le damos importancia es a crear”.
En la búsqueda de la fórmula mágica para hacer de un espectáculo, al menos sostenible, Pablo indica que “económicamente te tienes que cuestionar y buscar el equilibrio”. De hecho, si hacemos balance del tipo de montajes producidos a lo largo de su carrera, en sus inicios sus dramaturgias eran más transgresoras y contemporáneas que las que hacen ahora. Eso conllevaba que su público era más limitado, con lo que reconoce que en 2010 “estuvimos a punto de tirar la toalla”.
Precisamente por eso la compañía se llama Teatro de Fondo, porque es una profesión que hay que tomar como una carrera de fondo donde uno de los principales factores es el aguante. “Es muy triste porque en esta profesión los aciertos cuentan uno hacia delante y los fracasos cuentan 5 o 10 hacia atrás».
En la búsqueda de ese equilibrio económico y estabilidad es donde surge la importancia de la figura del productor que, según Pablo, “es alguien que da cohesión a una compañía; yo lo denomino como oficio de articultor, porque hay que generar arte”. Hablemos, pues, de Orlando, el último fruto de su huerto de articultura.
¿Cuéntanos un poco qué cosas nos plantea el texto?
La novela está escrita en 1928 y es híper actual. Virginia era un genio. Debió tener grandes momentos de inspiración y otros que la llevaron a suicidarse. Se llenó el vestido de piedras, se tiró a un río y se ahogó. Era una mujer muy extrema y en esta obra plantea que todos somos hombres y mujeres y que cada uno nos definimos a nivel hormonal, físico… pero que todos tenemos dentro una parte femenina y otra parte masculina. Orlando es ambas cosas. Digamos que para Virginia ser hombre es una rampa para ser mujer.
Entonces, ¿qué pasa cuándo una persona que ha tenido una vida siendo hombre pasa a ser una mujer?
Empiezas a perder privilegios. No puedes salir a pasear sola, ni salir por la noche a las tabernas, tienes que casarte, tener descendencia porque sino no puedes heredar… Es una cuestión que hoy en día nos seguimos preguntando. Esto se traslada tanto a nivel social como profesional.
La función abarca cinco siglos de la historia…
Sí, de 1586 hasta 1920. Orlando siente la necesidad de escribir y hasta que no logra escribir El roble no puede morir. Necesita poner en palabras quién es ella. Esa es la peripecia.
¿Vuestra propuesta es fiel al texto de Virginia Woolf?
Somos fieles a la peripecia. Ten en cuenta que es un texto que prácticamente no tiene diálogos. Es una novela. Hay mucho trabajo de generar escenas, diálogos… pero la obra respeta el espíritu del texto totalmente.
¿Recomiendas la lectura de la novela antes?
En este caso yo la recomendaría después. Hay que leerlo prestando mucha atención porque tiene muchos matices y a la vez es también una burla hacia el género de la biografía, porque el padre de Virginia Wolf fue el gran biógrafo de la época victoriana.
¿Qué cosas tiene en común con otros montajes de Teatro de Fondo?
Pues que está contado en clave de comedia. El espíritu de Teatro de Fondo se respira en la manera de contarlo. Es una crítica social.
Para finalizar, ¿qué expectativas tienen con respecto a este montaje?
No sé qué vida puede tener. Es un clásico de teatro que posiblemente a la gente no le genere interés. Si no consigues que te programen en un Kamikaze, en un Teatro Español difícilmente tenga recorrido. Hacer temporada en Madrid hoy en día es bastante es complicado.