La propuesta plantea una reflexión sobre el papel del arte como vía hacia la libertad en un entorno social donde el pensamiento crítico ha sido reemplazado por la evasión y el entretenimiento superficial.
La trama arranca con la muerte del director de la compañía del Gran Teatro del Mundo, lo que obliga a sus veteranos actores Cristino y Don Fiasco a abandonar su vida anterior y enfrentarse a un nuevo escenario: el desempleo. Tras años de dedicación a las tablas, ambos se ven forzados a buscar trabajo en un mundo distinto al que conocían. El arte ha perdido su esencia para convertirse en simple distracción, mientras que los avances tecnológicos han transformado la forma de relacionarse, los gustos del público y hasta los criterios morales de la sociedad.
A través del periplo de estos dos intérpretes, el público presencia una sátira cargada de humor pero también profundamente crítica, que pone en evidencia las contradicciones y los riesgos de la sociedad contemporánea que todos estamos ayudando a construir.



