Esta obra se articula a partir de dos hechos violentos sucedidos en París: el crimen caníbal cometido por el escritor Issei Sagawa contra una estudiante holandesa y la masacre en la sala Bataclan. Una rebelión contra el racionalismo. Una guerra por la belleza en busca de lo inaprensible y lo sagrado. Un enfrentamiento entre la prosa del Estado y el arrebato del Espíritu.
«Del mismo modo que los científicos investigan el origen del universo, colisionando protones, es necesario regresar al origen de la tragedia para descubrir la fuerza, la energía, los nervios, antes incluso de que apareciera el sentimiento, esa sensación pura y sin nombre. Solo se puede crear al hombre destruyéndolo, es decir, quebrantando la ley, y esto se puede hacer mediante la ‘supermoral’ de la poesía». Angélica Liddell