Pocos creadores supieron convertir el baile en relato, el gesto en emoción y la tradición en vanguardia como lo hiciera el maestro José Granero, protagonista absoluto de este programa. Leyenda pinta la pasión como un vaivén entre deseo y tormento, en el que el acercamiento solo conduce a la agresión, la desesperación y la soledad. En Bolero, el pulso inexorable de la música sostiene una hipnótica ceremonia de formas y sombras, multiplicadas por los espejos del escenario de inspiración ‘art noveau’. La música de Manolo Sanlúcar y la dramaturgia de Miguel Narros dan cuerpo a Medea, lectura superlativa de este mito de profundas raíces mediterráneas en el que la danza estalla en una catarsis de rabia y destrucción.
Medea, hechicera y maga, descendiente del sol, traiciona a su padre y a su raza, asesina a su hermano y ayuda a robar el Vellocino de Oro al aventurero griego Jasón, a quien ama y con quien huye. Jasón y Medea con sus dos hijos viven en Corinto, donde reina el anciano Creonte, que tiene una bella y única hija, Creusa. El rey Creonte ofrece su joven hija a Jasón, quien la acepta repudiando a Medea. Para Medea, mujer bárbara, consumida por los celos, no puede brotar justicia, sino una enloquecedora venganza. Comienza la larga noche de Medea.
El programa se completa con dos nuevas creaciones que miran al legado de Granero para reinterpretarlo y, a través del lenguaje del siglo XXI, mantenerlo vivo y reivindicar su actualidad. Dos estrenos absolutos, uno de Miguel Ángel Corbacho, Segunda piel y otro de Eduardo Martínez, Arriero.




