Estas son las impresiones que nos ha hecho llegar Marcos Fernández Alonso, gestor de Nueve Norte junto a María Segalerva, para compartir con nosotros cómo les está afectando la crisis del COVID-19.
Con la actividad escénica interrumpida, ¿estáis pudiendo desarrollar otras actividades: gestión, contacto con las instituciones, preparación y difusión de recursos digitales…?
Las actividades se han reducido de forma drástica: el espacio está sin actividad alguna y los procedimiento administrativos están detenidos. En este momento apenas estamos gestionando nuestra participación en Surge 2020. Todo lo demás, ahora mismo, está congelado.
Cuando escucháis lo del teletrabajo como recomendación gubernamental: ¿qué sentís?
Somos conscientes de que el mensaje no va dirigido a nosotros, la naturaleza de nuestro trabajo hace imposible teletrabajar. La crisis es de tal magnitud que no podemos hacer nada al respecto. Las iniciativas que hemos visto en plataformas digitales no ofrecen una remuneración suficiente para mantener los costes de realización. Algunos han subido sus obras gratuitamente a la red. Poco más se puede hacer.
¿Cuántas personas trabajaban en vuestra sala habitualmente? ¿Qué ha supuesto esta situación para vosotros a nivel de puestos de trabajo de forma directa? ¿Habéis tenido que prescindir de alguien o podéis mantener todos los puestos?
En la sala trabajamos solamente tres personas, dos en el equipo de dirección y un taquillero. La dirección se está realizando gratuitamente en este momento. En abril finaliza el contrato del taquillero y no podremos renovárselo. Vamos a hacer el esfuerzo de mantener su contrato vigente sin acudir al ERTE hasta su finalización el próximo mes y entonces valoraremos la situación. En este momento no podemos hacer más. No sabemos qué va a pasar después, la situación es muy preocupante.
E indirectamente ¿Cuántos espectáculos vamos a dejar de ver en vuestra sala y cuántas compañías se ven afectadas?
Antes del parón, la sala estaba programando 7 funciones de compañías diferentes, algunas con enorme éxito y con una producción suficientemente ajustada como para que los actores y actrices consiguiesen una buena remuneración por su trabajo. Enero y febrero fueron meses espectaculares, los mejores desde que abrimos la sala hace 5 años. La llegada del virus la hemos vivido como una puñalada en plena temporada alta. Hay 7 grupos de trabajo, 8 si contamos el de la sala, sin ingreso alguno para los próximos meses.
¿Qué impacto económico mensual va a tener para vosotros?
Somos una sala pequeña y, aun así, dejaremos de ingresar una media de 15000 euros mensuales. El alquiler y demás gastos fijos se pagarán con lo ahorrado de diciembre a febrero. Por otra parte, es imposible predecir el comportamiento de la taquilla una vez vaya remitiendo el virus. Nos tememos que, en realidad, la temporada está acabada hasta septiembre.
A nivel de instalaciones, ¿estáis de alquiler o el local es vuestro? ¿Supone uno de los grandes gastos a mantener aunque no haya actividad?
Nueve Norte está en un local alquilado. Quisimos hacerlo todo correctamente desde el principio, así que se realizó un gasto muy fuerte de insonorización y acondicionamiento para obtener la licencia oficial que finalmente conseguimos hace un año. Quien ha intentado conseguir una licencia nueva de teatro sabe el coste económico (y no económico) que supone. Todavía estamos amortizando esa inversión, que se suma al gasto del alquiler y conforman la partida de gasto más onerosa en nuestros presupuestos.
¿Cuáles creéis que van a ser para vosotros las repercusiones a largo plazo de esta crisis del COVID-19? ¿De qué forma lo vais a sufrir de cara al futuro?
Nadie está en condiciones de hacer pronósticos. Es imposible saber cuántas salas cerrarán, si es que cierra alguna. También es imposible predecir el comportamiento del público. ¿Querrá volver al teatro después de un confinamiento como el que estamos viviendo? ¿Preferirá pasar el día entero de terrazas? ¿Acudirá a ver comedias que le despreocupen? ¿Querrá asistir a espectáculos que traten sobre esta crisis específicamente? Imposible saberlo. No podemos adelantar el tipo de programación que puede atraer a un público que sale de un shock como este. Cabe esperar que la llegada del otoño que viene sea el momento en que comience a normalizarse la vida. Va a ser un camino largo.
Se está hablando mucho de las medidas que ha tomado el Gobierno. ¿Crees que son suficientes para la cultura a nivel general y para vosotros en particular?
Nada es suficiente, ni para la cultura ni para los autónomos ni para los miles de despedidos de todo tipo de empresas, para nadie. No creemos que las artes escénicas estén en peor situación per se que otras empresas. Depende del tamaño, de lo ahorrado, de la capacidad de resistencia… La hostelería, con la que tanto compartimos, va a sufrir un impacto incalculable. Habrá bares en peor situación que muchos teatros y muchos teatros en peor situación que otros tantos bares. O mercerías. O zapateros. Es muy difícil afirmar tajantemente cualquier cosa en este momento.
La cultura va a pasar un calvario, sin duda. Pero también da apuro reclamar en este momento nuestra situación cuando lo que faltan son mascarillas, camas y respiradores. Hay gente perdiendo el trabajo, pero también hay gente perdiendo la vida. No es el momento de jugar al victimismo. La situación para todos es durísima, extrema. Nada es suficiente para ninguno.
Eso sí, cuando lleguen las ayudas, la cultura debe recibir la parte que le corresponde, como es obvio. No se le puede dejar de lado en ningún caso. Su papel social ha quedado más que refrendado en estos días. ¿Qué hubiese sido de nosotros sin música, sin cine, sin narraciones, sin poesía, sin pintura,…?
Nueve Norte es una de las salas con menos subvenciones de Madrid. Siempre hemos estado orgullosos de nuestra capacidad de financiación y, desde luego, de resiliencia. Confiemos en ambas. Ayuda mucho que la dirección esté acostumbrada a limpiar los baños. En sentido literal y metafórico.
¿Qué necesitáis vosotros particularmente de las instituciones en un momento así?
Moratorias en los alquileres y exenciones tributarias. Las ayudas económicas sin duda también, pero nunca a costa de lo prioritario.
¿Tenéis concedida alguna ayuda pública reciente? Si es que sí, ¿tenéis ya el dinero o todavía no? ¿Os han dado las instituciones alguna previsión en este sentido?
No tenemos ninguna ayuda concedida en este momento ni hay previsiones de tenerla. Surge 2020 puede suponer un alivio, pero será mínimo porque la dotación económica para las salas participantes es muy, muy pequeña. Aun así, la agradecemos, toda ayuda cuenta. Si el ayuntamiento no convoca las ayudas a salas de pequeño formato, no tendremos financiación pública alguna este año excepto Surge.
Para atacar a este sector siempre se habla de que la cultura está muy subvencionada, pero llega una situación como esta o una crisis económica y vemos que es un sector que sufre mucho y en casi todos los niveles. ¿Por qué la sociedad no reconoce al sector como debería? ¿Por qué siempre le dan de lado?
En la identificación entre cultura y subvención hay intenciones maliciosas, sin duda, pero nosotros también creemos que el sector tiene cierta responsabilidad de la relación que el público establece entre teatro y subvención porque nosotros mismos no paramos de hablar de ellas en voz alta. Hay cientos de actividades subvencionadas que, simplemente, mantienen un perfil más comedido, menos llamativo. Un perfil bajo, como se dice ahora, para no llamar la atención. No es el caso de las industrias culturales. La gente acaba identificando al que grita con el grito, como es normal.
Quizá lo que se necesita sea algo de didactismo desde los poderes públicos, explicar a los ciudadanos porqué su contribución a la cultura es fundamental y por qué merece la pena apoyarla. Porque merece mucho la pena. Ocurre que es un asunto difícil de tratar porque está tan profundamente ideologizado en este momento que cualquier conversación se convierte en disculpa para la reyerta politiquera, que no política.
Vosotros también tenéis formación. ¿Cómo os ha afectado ahora y cómo os afectará de cara al futuro? ¿Cuántos cursos (talleres, laboratorios, etc.) habéis tenido que parar?
En realidad Nueve Norte no tiene su propia escuela, sino que ha establecido vínculos con otras escuelas para ser sede de sus cursos y muestras. El impacto económico es brutal, muy similar al de cancelar la programación, porque la taquilla y las colaboraciones con escuelas son los dos pilares en los que se sustenta nuestra financiación.
¿Qué impacto económico creéis que supondría para vosotros no poder reanudar actividad hasta septiembre?
Nosotros confiamos en nuestra capacidad de resistencia, pero el sacrificio va a ser grande. Los puestos de trabajo se van a perder y las compañías que estaban programadas perderán sus ingresos. Se priorizarán los gastos ineludibles, como es obvio: alquiler, luz, agua y gestoría. Mientras se les pueda hacer frente, la sala permanecerá abierta.
¿Tenéis formación online? ¿Creéis que puede ser una salida? Si no la tenéis, ¿Os lo estáis planteando?
No la tenemos y no está entre nuestros planes por ahora, pero, viendo cómo gira la vida en estos días, nos resulta imposible afirmar con seguridad nada que pueda suceder más allá de las siguientes dos horas. Y eso, con dificultad.