Lola Blasco ahonda en esta coproducción del Teatro Real y Teatro de La Abadía en la tragedia de la mujer contemporánea redimensionando el personaje icónico de Marie presente en la ópera de Alban Berg. Con música de Germán Alonso y bajo la dirección de Rafael Villalobos, el texto aborda temas como la lucha femenina por la libertad sexual o la violencia machista.
De Wozzeck a un club de striptease
Por Miguel Pérez Valiente
Foto portada Javier del Real
Hay una anécdota que refleja de forma elocuente la predisposición generalizada durante el siglo XX a descartar el sufrimiento de las mujeres. Se repite en las hagiografías sobre Mahatma Gandhi como este ponía a prueba su castidad durmiendo con una jovencita desnuda. La última de ellas su propia sobrina nieta de nombre Manu. Biógrafos y comentaristas alababan emocionados la dura disciplina que se autoimponía el admirado estadista, pero a nadie se le ocurría pensar qué pasaba por la cabeza de la joven obligada a meterse desnuda en la cama con un anciano que, además, era un miembro de su familia. Su destino, su repulsión o su deseo simplemente quedaban fuera de foco deslumbrados como estaban todos por el sacrificio del hombre que la sometía a la condición de mero objeto del deseo que pretendía suprimir.
Hacia 1915, justo cuando el bueno de Gandhi comenzó meter jovencitas núbiles en su cama, el compositor alemán Alban Berg se embarcó en la composición de la ópera Wozzeck con un libreto de su autoría a partir de la crucial dramaturgia de Georg Büchner Woyzeck. Büchner, a pesar de haber muerto en 1837 a la temprana edad de 23 años, dejó tras de sí una obra fundamental para el teatro occidental. Un texto inconcluso pero coherente en su afán por transmitir una mirada desgarradora sobre la condición humana en la que se denuncia el aniquilamiento moral de una persona –el soldado Woyzeck– por parte de otras personas que detentan el poder. La obra, que elimina cualquier posibilidad de esperanza o transcendencia religiosa, coloca la existencia de los débiles al borde de un abismo sin redención y a merced de los abusos de los fuertes. El brillante texto expresionista fue poco estimado por el público hasta casi un siglo más tarde y puede considerarse un antecedente directo del Esperando a Godot (1952) de Samuel Beckett.
Lo curioso es que, aunque en el imaginario colectivo Woyzeck se convirtió en una versión antipática y violenta del “varón de dolores” al que hace referencia Isaías 53:3, Marie, que muere asesinada por la mano de Woyzeck, es decir, que es el último eslabón de esa cadena de infamias, no pasa de ser un personaje objetualizado, contingente, como ocurría con Manu la sobrina-nieta nudista del Mahatma. Su tragedia solo nos interesa en cuanto aporta un capítulo extremo al relato de la destrucción del propio Woyzeck, que irónicamente no es otro que su asesino.
Reivindicar a las víctimas
En esta Marie que presenta el Teatro de la Abadía en su primera colaboración con el Teatro Real la dramaturga Lola Blasco ha querido rescatar del segundo plano a Marie. Blasco ha optado por una dramaturgia de nueva creación para reivindicar a Marie y al hijo de esta no solo como personajes con entidad propia, sino como las víctimas últimas de este drama.
El texto tiene su génesis en la beca Leonardo da Vinci en el área de creación literaria y teatro con la que la Fundación BBVA premió a la autora en el año 2018. Blasco decidió contar la historia de Marie alejándose de las convenciones del teatro social al uso. También trajo a Marie al presente situándola en el sanctasanctórum de la sordidez, un club de striptease.
Música electrónica
Será el director de escena del montaje, Rafael Villalobos, premio de la Fundación Princesa de Girona de las Artes y las Letras en el año 2019, el que propició que el texto de Blasco llegase a las manos del compositor madrileño German Alonso. Alonso es uno de los mejores exponentes patrios en música experimental y electroacústica y para esta propuesta escénica vuelve a colaborar con el Proyecto OCNOS Ensamble (Pedro Rojas-Ogáyar y Gustavo Domínguez Ojalvo) tras su primera colaboración la ópera de cámara The Sins of the Cities of the Plain (2019). Este montaje, que contó con el culturalmente inquieto Niño de Elche, fue una propuesta lírica vanguardista sin concesiones que noqueó al público más tradicional sevillano.
En lo vocal la producción de Marie presenta varios alicientes. Por un lado, será interesante ver como la soprano alemana Nicola Beller Carbone, que ha interpretado varias veces a la Marie de Alban Berg, se enfrenta a esta otra Marie de Alonso y Blasco.
No menos apetecible será ver una nueva incursión del contratenor Xavier Sabata fuera de su habitual repertorio barroco. La capacidad todoterreno de Sabata y su buena sintonía con el director de escena Rafael Villalobos ya quedó demostrada en el Festival de Peralada 2018 cuando ambos presentaron un maratoniano espectáculo llamado El Bis – Una noche de cabaret que mezclaba estilos, géneros y épocas y que tuvo una muy buena acogida por el público.