El jueves 11 de abril la CNTC estrena Calderón, un espectáculo de Xavier Albertí, nuestro último estreno de la temporada en Madrid, cerrando, además, nuestros Diálogos contemporáneos, un ciclo compuesto por piezas originales que dialogan con nuestro legado clásico desde una óptica actual. En esta ocasión, de la obra de la que se parte es El monstruo de los jardines, de Calderón de la Barca, que desde el 5 de abril se representa en la sala principal del Teatro de la Comedia con versión y dirección de Iñaki Rikarte.

 

Antecedentes: El eterno periplo de la osamenta de Calderón de la Barca

¿Los versos o los huesos de Calderón? en Madrid
Xavier Albertí. Foto Sergio Parra.

En la obra Calderón tiene especial presencia la atribulada historia que hay detrás de los restos óseos de Don Pedro Calderón de la Barca, y los múltiples traslados y pérdidas que ha ido sufriendo a lo largo de los años.
Don Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) falleció en Madrid. Fue enterrado con todos los honores, y su cadáver, revestido de sus ornamentos sacerdotales y del hábito de la Orden de Santiago, fue llevado, de acuerdo con las propias palabras de su testamento, «descubierto, por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida». Cumpliendo su deseo fue enterrado en la Iglesia de San Salvador de Madrid, sin embargo, a lo largo de los años sus restos fueron desenterrados y enterrados hasta en cinco ocasiones más, unas veces para ponerlos a resguardo de edificios a punto del derrumbe y otras, escondidos para evitar su saqueo durante la Guerra Civil.
En uno de esos traslados, en el año 1840, de la urna funeraria se extrajeron dos huesos supuestamente de la mano derecha, que curiosamente fueron regalados como «recuerdo». De uno de los huesos se perdió el rastro y del otro se sabe que acabó en manos del arzobispo de Toledo y de ahí recabó en 1923 en el Museo de las Artes Escénicas del Instituto de Teatro de Barcelona, donde actualmente todavía se conserva.
En diciembre del 2020 se reanudó la búsqueda de la osamenta de Calderón de la Barca en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores de Madrid, lugar en el que un sacerdote en su lecho de muerte, aseguro haberlos emparedado en uno de sus muros. Al ir sin urna, los restos no se han podido localizar mediante cámaras infrarrojas ni georadar.

 

El argumento

La pieza es una aventura a partir de los restos óseos que se conservan en el Museo de Artes Escénicas del Instituto de Teatro de Barcelona y de la labor de investigación cuasi policiaca que se está llevando a cabo desde el año 2020 para poder encontrar los restos óseos del dramaturgo.
Bajo un prisma surrealista e hilarante la pieza cuestiona la «reliquiomanía», que teniendo inicialmente su origen en la veneración de los restos de los mártires en los primeros tiempos del Cristianismo, y sostenida durante siglos por la Iglesia Católica, ha ido integrándose e invadiendo todos los ámbitos de la cultura popular. Un intento de convertir cadáveres ilustres en paradigma de una acción cultural más propia de la cultura pop. Al hilo de esto se desliza también una reflexión acerca del significado y el peso del relicario en la cultura actual y a la par, se lanza una cuestión acerca de la conveniencia de destinar los fondos públicos a la búsqueda de una osamenta, o si no sería mucho más enriquecedor dedicar esos fondos a la investigación y divulgación de las obras de uno de los dramaturgos más inmensos y prolíficos de la literatura universal.
En definitiva, en Calderón la dicotomía se resume en si son más importantes los huesos o los versos de Don Pedro Calderón de la Barca.

 

El montaje

El montaje lleva a las tablas una sintaxis escénica poco convencional, acercándose a la biografía de Don Pedro Calderón de la Barca desde la irreverencia y el humor, desde una perspectiva del cabaret literario y no del género literario biográfico propiamente dicho. Es un diálogo estrictamente vinculado al de su obra literaria en el que Calderón de la Barca es un personaje más en el montaje.

 

El equipo artístico

El montaje está interpretado por Xavier Albertí y Alejandro Bordanove. La dirección musical corre a cargo de Xavier Albertí quien interpretará en directo piezas del compositor barroco Johann Sebastian Bach.

 

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