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Los ecos de una muerte inesperada

“Con la obra queremos que se ponga sobre la mesa la palabra suicidio”

Diego Da Costa y Julio Viñuela Gavela son los creadores de Ayer intenté suicidarme, una obra que, como su propio nombre indica, aborda el tema del suicidio. Se trata de su primera dramaturgia en largo formato y se lanzan a escena con una obra que aborda un tema sensible y delicado, pero ambos buscan en este proyecto ahondar no solo en los motivos que llevan a una persona a querer acabar con su vida, sino en cómo este acto repercute en sus allegados y cómo lo enfoca la sociedad en general.

A pesar de lo que hemos venido escuchando años atrás, se sigue haciendo necesario hablar del suicidio, para romper tabúes y que seamos más capaces de empatizar con las personas que sufren a nuestro alrededor. Y es necesario hacerlo desde distintos ámbitos y el teatro es uno importante también. Recordemos que esta es la primera causa de muerte no natural en España (3.941 personas se suicidaron en España en 2020, el último año del que he podido encontrar datos). Es una cifra muy a tener en cuenta, muy llamativa y muy alarmante, porque detrás de cada uno de esos números había una persona que sufría y a la que quizá se hubiera podido ayudar mejor…

 

Foto de portada: Diego Da Costa y Julio Viñuela Gavela. ©Jose A. Fernández de Cordoba

 

Ambos venís de otros ámbitos, de otras trayectorias profesionales. ¿Escribir teatro es una pulsión que late en vosotros desde siempre?

Diego Da Costa: Yo siempre he tenido el impulso de crear historias, recuerdo que ya con 12 años escribía guiones, por lo que la pulsión para crear siempre ha estado ahí. He hecho cortometrajes previamente, pero sentía que tenía que lanzarme y encontré que el Teatro era donde quería hacerlo. Y la verdad, que yo creo que la pulsión sigue su camino, ha sido una experiencia reveladora. También en mi caso, desde hace unos años, sigo la actualidad teatral en Madrid muy de cerca como crítico teatral, lo que me ha dado la posibilidad de conocer también la manera de crear y fomentar un amor por el teatro que cada vez va a más, así que creo que era el paso lógico.

Julio Viñuela Gavela: Para mí también es esa pulsión interna a la que haces referencia. Llevo fantaseando con la idea de hacerlo desde niño a nivel de guión y a nivel de composición musical como hicieran en el pasado mis grandes ídolos de la historia de la música.

 

Esta es vuestra primera dramaturgia. Habéis elegido para empezar un tema como el suicidio. ¿Por qué este tema para estrenaros?

Julio Viñuela Gavela: Me considero dentro de las personas que piensan que los temas en la creación, muchas veces, no es uno el que los escoge, sino que son estos los que lo escogen a uno. De alguna manera, me encuentro ante esta enorme oportunidad de poner mi talento y mi cuidado al servicio de este guion. La problemática derivada del suicidio, desgraciadamente, convive con nosotros de manera acusada en los tiempos que nos ha tocado vivir.

Diego Da Costa: Así es, el suicido es un tema que nos afecta a todos, sea de forma indirecta o directa. Desde mi perspectiva, he vivido experiencias cercanas y no sólo con lo referente al suicidio, sino la salud mental. Pienso que este tema era importante para mí por la necesidad de expresar cómo en la sociedad todavía cuesta no sentir vergüenza si vives algo relacionado con una dolencia mental. Por ese motivo, creo que era sanador estrenarse con algo que realmente me tocase, que me hiciera sentirlo y así fue. El proceso de elección no fue fácil, daba un poco de vértigo abrir esa puerta, pero por suerte nos atrevimos y aquí estamos.

 

¿Es algo que os toca de cerca, hay referencias personales en el texto?

Diego Da Costa: Sí, en los dos monólogos de los que me he hecho cargo en la obra hay un bagaje personal y de terceras personas, ha habido un tratamiento muy personal en los personajes. Por lo cual, se puede decir que hay referencias personales, aunque no es una recreación de los hechos. Dicho de otra forma, hemos transformado las experiencias personales en ficción y que los personajes tomen vida propia.

Julio Viñuela Gavela: Hay algo de personal y también hay algo que me acompaña desde mis primeros tiempos de estudiante cuando descubrí a mis tres ídolos femeninas en la escritura: Virginia Woolf, Sylvia Plath y Alejandra Pizarnik. Siempre que me he visto imbuido en sus creaciones han vuelto los mismos interrogantes sobre el suicidio con diferente matiz en las diferentes etapas de mi vida.

 

En Ayer intenté suicidarme abordáis la perspectiva del suicidio desde cuatro puntos de vista. Habladme un poco de cada uno de ellos.

Julio Viñuela Gavela: Yo creo que los puntos de vista coinciden con lo que cada uno de nosotros podríamos preguntarnos ante una situación así. En primer lugar, nos preguntaríamos por la persona que lo intenta. ¿Qué circunstancias son las que le empujan a tomar esa determinación? En segundo lugar, de tener esa persona pareja, la atención se va directamente a esta por proximidad. Entonces, podríamos preguntarnos; ¿Espectador pasivo, o activo desencadenante? En tercer lugar, probablemente, nos preguntaríamos por sus seres más cercanos, por su familia; sus acciones, sus reacciones, su forma de llevarlo. En cuarto lugar, la atención se centra sobre nosotros mismos, como conjunto social, poniéndose de relieve algunos de los estándares de comportamiento frente al tema.

 

¿Cómo ha sido el trabajo creativo con los intérpretes? ¿Sois de dar instrucciones cerradas o dejáis que ellxs puedan investigar para enriquecer a sus personajes?

Julio Viñuela Gavela: Este trabajo ha recaído principalmente en Diego, que aparte de haberse esforzado por mantener la línea de identidad en cada uno de los actos, otorga a a los intérpretes la libertad de añadir la fluidez que nace de su naturalidad expresiva.

Diego Da Costa: Ha sido un proceso muy enriquecedor, es cierto que en este caso la dirección la he asumido yo, pero Julio ha estado presente en todos los ensayos. Comenzamos al principio con Pablo (Blanco) y Clara (Galán), en septiembre de 2021 y poco a poco se fueron sumando, primero Chema (Coloma) y luego Paula (Martínez). Yo soy más partidario de hacer un camino en el que los intérpretes comprendan y sientan al personaje, que aporten sus dudas, sus ideas, se marcan unas pautas claro, pero dejamos espacio a la reflexión y al trabajo colectivo. Solo puedo decir que ha sido un camino que nos ha acercado a todos y se ha creado una pequeña familia con este proyecto.

 

¿Qué lleva a una persona a querer acabar con todo?

Diego Da Costa: Creo que cada persona puede tener motivos muy distintos para querer acabar con su vida y no siempre tienen que ser comprensibles para el otro. No sabría decirte motivos reales, dado que pienso que cada cual es llevado a ese camino por razones que hacen que piensen que no se puede salir de ahí. Lo que sí puedo contestar es que no es algo circunstancial, algo que no ocurre sin más, sino que como dice una frase de la obra: «Todos hemos querido morir, al menos, una vez». Aunque no sea de forma consciente, hay momentos que el llevar al extremo a alguien puede hacer que se plantee si es mejor dejar de existir, aunque sea un pensamiento efímero. Para mí, es importante mostrar que no están solos en este proceso, que se puede batallar con ese sentimiento y que se sorprenderían de todas las personas que se pueden poner en su piel. Solo diré que vivir permite seguir creciendo y luchando, mientras que acabar con todo supone un final abrupto donde no hay segundas oportunidades.

Julio Viñuela Gavela: Es una pregunta complicada… existen tantos motivos de suicidio como personas. En un proceso tan doloroso como el que lleva el suicidio la decisión se toma cuando todas las vías de escape parecen estar agotadas y esta se muestra como la única salida posible del dolor. Es a partir de este punto, cuando la intervención de un profesional se hace imprescindible para atisbar las nuevas sendas de escape que existen pero que nunca se habían advertido. Lógicamente para llegar a este punto la comunicación juega un papel imprescindible. Hay muchas personas que no pueden, no saben o a las que les da vergüenza pedir ayuda. Y luego hay auténticas trampas de la mente en las que todo parece estar en contra del suicida. Laberintos mentales que crecen con los años dentro de uno de nuestros seres queridos sin que apenas nos demos cuenta de lo que está pasando.

 

Imagino que habréis investigado bastante sobre el tema para construir el texto. ¿Habéis hablado con asociaciones o gente que haya pasado por cada una de las situaciones que reflejáis?

Julio Viñuela Gavela: Hemos hablado con varios profesionales sobre el tema. También hemos contado con el feedback de varios psicólogos que han tenido la oportunidad de ver los dos primeros actos de la pieza cuando se estrenaron el año pasado en OFF Latina, bajo el título de Frágil, en formato microteatro.

Diego Da Costa: La razón es cuidar mucho la recepción y lo que buscamos que perciba el espectador. Por tanto, era imprescindible utilizar sendas herramientas.

 

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Todo el equipo artístico de Ayer intenté suicidarme

 

(Julio tiene que abandonar la conversación en este punto)

 

Muchas personas, en algún momento de nuestra vida, hemos pensado en acabar con todo aunque sea de una forma vaga. ¿Qué se necesita en ese trance para poder sobrellevar el dolor que nos acorrala?

Diego Da Costa: Es difícil saber lo que cada persona necesita, dado que cada uno tenemos distintas maneras de canalizar y de gestionar nuestras emociones. Por lo cual, hablándote en primera persona, puedo decirte lo que yo hago. Particularmente, antes de llegar a ese trance, intento buscar las señales antes de la explosión para poder poner remedio antes de que se produzca. No obstante, como me ha ocurrido, si se produce una sobrecarga y hay un nivel de dolor muy alto, es intentar que el impacto sea el menos doloroso para el que lo está pasando, apoyarte en ti mismo y en lo que necesites para poder evitar seguir en esa espiral y poder, a tu ritmo y con tus necesidades, ir poco a poco mejorando. No hay que obligarse a estar bien, creo que lo importante es aprender a estar mal y buscar como sobrellevarlo de la mejor manera para ir avanzando en los tiempos que te pida la mente.

 

¿Qué se hace desde las administraciones para intentar prevenir el suicidio? ¿Es suficiente?

Diego Da Costa: En mi experiencia personal no puedo decir que haya sido positiva en las administraciones, pero, al fin y al cabo, es mi experiencia. A nivel institucional creo que se empieza a hablar de ello de una forma más pública, pero queda muchísimo por recorrer, un ejemplo es lo que se ha tardado en funcionar el 024, el número de prevención del suicidio, lo que indica que todavía hay mucho por recorrer. El suicidio es la primera razón de muerte no natural en España.

 

¿Es el suicidio uno de los grandes fallos del sistema -junto a la violencia machista, quizás-?

Diego Da Costa: No puedo darte una respuesta categórica porque no tengo todos los datos, pero sin duda, la violencia machista y los suicidios son asignaturas pendientes del sistema, esto es así. Como mencionas, son grandes fallos, pero también exponen cuentas pendientes como la educación, la falta de cultivación emocional… Creo que estas dos urgencias sociales son el resultado de una sociedad que debe revisarse urgentemente y ver por qué sucede y no quedarse en el mero análisis de las consecuencias.

 

Desde hace mucho tiempo no se hablaba del suicidio en los medios para no generar efecto llamada, decían. Parece que ahora se va hablando más de ello, pero ¿dejará de ser el suicidio una palabra tabú? ¿Hablar del suicidio salva vidas?

Diego Da Costa: El conocido como ‘efecto llamada’ es un mito que se ha hecho popular durante años. Lógicamente, depende de cómo hables sobre el suicidio, puede influir en alguien, pero hablar del suicidio en sí no tiene efectos negativos. Es más, hablar del suicidio salva vidas al dar visibilidad y ver que hay más allá, que la gente se siente acompañada en este proceso, el cual es muy intenso. Por tanto, espero que la palabra suicidio deje de ser tabú y se desmitifiquen los clichés en torno a él. Por comparar, pasa algo parecido a la sexualidad, cuando se evitaba hablar de protección y salud sexual, al final, de lo que no se habla, no se existe. Es fundamental abordarlo para poder ofrecer soluciones.

 

¿Qué poso queréis dejar en el público que vaya a ver la obra?

Diego Da Costa: Queremos que haya una reflexión, que se abra el debate, que se ponga sobre la mesa la palabra suicidio. Podría decirte que más que respuestas, buscamos un diálogo con el espectador, que sea capaz de empatizar y se produzca esa conversación que muchas veces es difícil de comenzar. Ojalá el mensaje pueda llegar a muchas personas.

 

 

«Todos hemos querido morir, al menos, una vez»

 

 

¿Qué importancia tienen espacios independientes como La Sala y otros muchos en el inicio de carreras como la vuestra?

Diego Da Costa: Espacios como La Sala permiten a los creadores arriesgar en sus contenidos. Son de vital importancia para poder iniciar una carrera desde un ámbito más transgresor, íntimo, poder elegir un proceso más experimental. Además, ofrecen la posibilidad de dar la oportunidad a personas que no han tenido un recorrido profesional amplio en el ámbito teatral, lo cual es muy importante, si no se dan oportunidades, nos estaríamos perdiendo a grandes artistas. Por ese motivo, me gustaría pedir mayor ayuda a este tipo de salas, que, sin duda, mueven la escena teatral con auténticas joyas.

 

¿Es fácil construir un texto a 4 manos? ¿Hay que sacrificar grandes dosis de ego?

Diego Da Costa: No es nada fácil (risas), pero no por algo negativo, sino porque son horas de comunicarse uno con el otro. En nuestro caso, al ocuparnos cada uno de de dos monólogos, ha sido más fluido. Destacaría la importancia de la comunicación. Aun así, puedo decir que con Julio ha sido un placer poder disfrutar de su punto de vista, ver nacer este proyecto entre los dos es algo muy especial.

 

¿Seguiréis construyendo obras juntos o la sinergia acaba aquí?

Diego Da Costa: Sí, de alguna manera u otra sí, esta claro que no sólo a nivel de escritura, sino también en otros ámbitos en los que llevamos años de experiencia hemos formado un gran equipo. Por ejemplo, la banda sonora y producción musical es parte de Julio y creo que, de verdad, es una maravilla, combinado, por ejemplo, con la creación de audiovisuales que es más mi campo, hemos obtenido resultados con los que estamos muy contentos. Estoy encantadísimo, además al ser ambos co-creadores de la compañía, se augura que siga esa sinergia.

 

Este es el comienzo del camino. ¿Dónde te imaginas dentro de unos años?

Diego Da Costa: Como digo en mi descripción de Instagram, hoy aquí, mañana ya se verá. No soy muy fan de imaginar mi vida, ya que la experiencia me ha llevado a ver que te sorprende en cada momento. Me gustaría seguir contando historias, en teatro y en cine, poder tener la oportunidad de seguir creando y vivir esa emoción.

 

¿Por qué y para qué el teatro?

Diego Da Costa: El Teatro es arte, con todo lo que ello significa. Va más allá del entretenimiento, es un sentir, es un rito que pervive durante años por lo enriquecedor que es. Necesario, no, lo siguiente, sin Teatro el crecimiento social sería muy complicado. Una manera de expresarse, de sentir, de imaginar… En resumen, de vivir. El Teatro es para vivir.

 

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