¿Cómo estás, Lluís? Porque la temporada pasada se ha alargado con la gira este verano de La discreta enamorada y ahora en septiembre toca ya meterse de lleno en un nuevo curso.
Es verdad que cuando se supone que llega el momento de acabar nosotros como que volvemos a empezar, pero bueno está yendo tan bien todo que eso ayuda. Hemos estado presentes en varios sitios este verano y hemos visto al público entusiasmado, así que nos encontramos cansados y contentos, a punto de tomar unos días de vacaciones antes de tener que volver en septiembre a nuestra sede en Madrid.
¿Vas midiendo tus fuerzas?
Claro, hay que dosificarse, es una palabra que es muy importante. Lo que pasa es que cuando, no ya a nivel personal, sino toda la casa (la CNTC), echa el resto como lo ha hecho, y lo que recibes a cambio es una conexión tan especial con el público es algo maravilloso. No siempre pasa, uno lo intenta en cada proyecto, pero a veces no surge. Esta obra nos ha hecho sentirnos jóvenes, algo que conecta con el lema de la nueva temporada del Clásico.
También ayudará girar con los intérpretes que forman la nueva generación de la Joven Compañía de Teatro Clásico.
Totalmente. El otro día yo hacía la comparación con el momento en que fui padre. Tenía 43 años y supuso una reconexión con una energía primaria. Nos está pasando a toda la casa (la CNTC), estos jóvenes nos han contagiado a todos. Hemos realizado una apuesta muy fuerte con ellos produciendo un montaje que les sitúa casi como compañía titular de la entidad y va a ser así de nuevo con el otro montaje con ellos esta temporada, El monstruo de los jardines. También son parte fundamental del lema (el Clásico es joven), imagen y video promocional de la temporada. Esto es muy necesario de vez en cuando, tener una especie de revulsivo que te lleve a los orígenes de la CNTC. Hay que tener en cuenta que se presentaron más de mil personas para formar parte de este grupo y fue un proceso de selección muy duro y largo para quedarnos con seis actores y seis actrices. A partir de ahí, hemos buscado que haya una implicación encima del escenario no sólo de la parte artística, sino de todo el equipo técnico. Puede parecer trivial, pero luego cuando estás tomando algo con personas que tienen diferentes funciones dentro del grupo y ves cómo se difumina la línea entre lo técnico y lo artístico, recuerdas que así fue el inicio de la compañía con Adolfo Marsillach.
¿Cómo es la relación de los más jóvenes con autores y textos clásicos?
Tiene mucho que ver con las reacciones del público cuando termina la función de esta obra. El entusiasmo es tan grande que cualquier persona que no lo haya visto no se creería que un texto tan antiguo pueda estar tan vivo y fresco, que nos interpele en la época que estamos viviendo y que nos haga reír como lo hace. Sin duda, hay un factor sorpresa que juega a nuestro favor porque el público, a priori, tampoco se lo espera así. Pasa lo mismo con los jóvenes cuando se sumergen en estos autores, en este caso con la ayuda del inconmensurable Vicente Fuentes. Cuando asistes a algo así no puedes dejar de pensar que queda mucho camino por hacer para poner a nuestros clásicos en el lugar que les corresponde. Evidentemente desde el año 1986 que se fundó la CNTC ha realizado una gran labor en ese sentido, pero nos llevan mucha ventaja la Comédie-Française o la Royal Shakespeare Company para hacerles justicia a la altura que lo hacen ellos con los suyos. Trabajando en La discreta enamorada, un día tras otro, uno se quita el sombrero por la inteligencia que contiene. ¡Es que Lope de Vega es el autor de Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo, El castillo sin venganza, de esa obra que a mí también me vuelve lo loco que es Lo fingido verdadero…! Como ocurre con Shakespeare, son personas que venían conectados a otra cosa, con un saber hacer y una capacidad mágica que no se aprende, debes nacer con algo así. Los ingleses han hecho un enorme trabajo para poner a su autor en el sitio que se merece en todo el mundo y nosotros parece que vamos muy atrasados ahí con Lope… y con Calderón también.
Hablas de Vicente Fuentes y me gustaría pararme en la importancia de la figura del asesor de verso.
Hay otros nombres que suelen acompañarnos también, como Ernesto Arias, que lo ha hecho en Valor, agravio y mujer… Es fundamental para la CNTC. A mí no me gusta mucho eso de asesor de verso y le hemos puesto como encargado de Voz y Palabra para dar más sentido a todo lo que nos aporta, en este caso, alguien como Vicente Fuentes, que ha dedicado toda su vida a estudiar y comprender a los clásicos. Además, es alguien que se amolda al equipo con el que trabaja y es permeable a lo que puede aportar. Hay que recordar que el verso barroco no es tan accesible como el verso libre inglés. Sin embargo, estamos convencidos que esa dificultad puede convertirse en un valor añadido si conseguimos trascender las formas, que no quiere decir modificar el verso, y hacerlo reconocible y entendible. Eso es posible, es un trabajo enorme, pero muy satisfactorio. Ves a estos chicos decir esos versos de La discreta… desde su verdad y cercanía y tienes la prueba de que se puede lograr.
¿Ha cambiado tu relación con los clásicos desde que eres el director de la compañía?
Lo dije en su momento, yo tenía mucha experiencia en los clásicos universales, pero muy poca relación con nuestros autores del Siglo de Oro. He tenido la gran suerte de realizar este descubrimiento con un fantástico equipo y, poco a poco, voy siendo consciente de su dimensión y cómo me está enriqueciendo a todos los niveles.
¿Contar con un personaje femenino tan contemporáneo en su carácter y sus decisiones fue uno de los motivos que te llevaron a elegir este texto?
Hay dos cosas que me llevaron a elegirlo: que los protagonistas son los jóvenes y la otra, sin duda, el personaje que da nombre a la obra, esa discreta enamorada llamada Fenisa. La obra empieza con la madre diciéndole que debe bajar la cabeza y sólo mirar al suelo y ella contesta: “¿Qué no he de mirar al cielo?”. Desde el inicio se define muy bien ese no sometimiento de Fenisa ante la norma o lo establecido y, más allá, de todos los jóvenes a la tradición o lo viejo. Montan una revolución hecha desde el amor y la vitalidad encabezada por mujeres, , ya que son ellas las que tienen estas cualidades por naturaleza. Hasta la peor persona del planeta ha llegado al mundo por el acto de generosidad y amor de una mujer.
Lope presenta una Fenisa muy inteligente, le da mil vueltas a todos los hombres.
Más allá de un personaje es una entidad, es el amor, y el amor tiene la capacidad de modificar a todos los personajes que estén a su alrededor, incluso en la obra pasa por encima del honor, algo impensable en la época. Lope era un enamorado de la mujer, no como Don Juan, sino que estaba fascinado por ellas y su universo, eso hace que lo describa tan bien. Por eso, no es sólo Fenisa, sino también es el personaje de otra joven, como es Gerarda, el otro personaje que sabe como conseguir lo que quiere. Su encuentro es una de las escenas que más me gustan porque Gerarda, a pesar de ser su rival, se queda fascinada por Felisa.
Sorprende como Lope no quiere explotar una rivalidad, que hubiera sido lo más sencillo y lógico en esa época.
Es que Fenisa va a ser capaz de transformar todo lo que se da por sentado en los personajes. Descoloca a Gerarda aceptando rápidamente que se quede con Lucindo al saber que tenía una relación con él antes y ella se da cuenta de lo especial que es Fenisa.
El texto es básicamente una comedia de enredos, ¿el valor es cómo los soluciona y lo rompedor de muchas situaciones?
Lope hacía teatro para el gran público, por eso utilizaba mucho la comedia, pero lo hacía de una forma muy inteligente. Cuando aborda enredos, los hace más complicados y, sin embargo, es capaz de hilar todo al final perfectamente. Sólo puedes quitarte el sombrero y disfrutar el trabajar con una partitura así. Yo siempre les digo: “Aquí el protagonista se llama Lope de Vega, todo lo que hagamos por intentar ponernos por delante de él, vamos mal”. Hay que saber escucharle con atención porque nadie lo hace mejor que él.
Otro tema presente en la obra son las diferentes clases sociales. Es curioso que Hernando, el siervo y amigo de Lucindo, sea el único que es capaz de comprender los tejemanejes de Fenisa y Gerarda.
(Risas) Me encanta que hagas esta lectura, porque sigue la línea que hemos trabajado: no centrarnos sólo en la comedia, si no dar importancia a esa otra dimensión que tiene que es, además, lo que hace que sea una obra maestra. Cuando Fenisa utiliza en varias ocasiones la estrategia de que el Capitán regañe al hijo (Lucindo) por ciertas cosas es el único que sabe leer entre líneas. Por decirlo de alguna manera, sólo la suma de Lucindo y Hernando pueden llegar a la altura de Fenisa. Además, sirve para hacer ver a su señor que la vida es otra cosa que los celos y los enfrentamientos, que se puede vivir de cara y buscando simplemente la felicidad. No es gratuito que alguien de su clase social sea el que exprese esa visión de la vida.
La música va tener una presencia muy importante en el montaje, ¿es más fácil con estos jóvenes tan preparados?
Tener la música en directo y que sean los mismos intérpretes quienes la hagan es algo que el público valora mucho. Ellos bailan, cantan, interpretan y tocan instrumentos. Nosotros no los elegimos por eso, ha sido una vez hemos empezado a trabajar cuando lo hemos descubierto. En el proceso de formación hicimos estancias fuera de Madrid y fue entonces cuando fueron saliendo las habilidades de cada uno. Fue un período de darles espacio para que desarrollasen cosas y estar muy a la escucha de todo lo que podían aportar. Marc Servera, uno de ellos, es el compositor de la música y ha hecho un trabajo exquisito. La propuesta que hemos armado sitúa a una especie de tribu urbana en medio de un descampado y desde ahí narran la obra. Hemos querido que hagan suya la historia a todos los niveles.
Te has reservado el papel del Capitán, padre de Lucindo, un hombre rico y poderoso al que van a engañar constantemente.
Es un personaje que era perfecto porque es un papel pequeño que me permitía centrarme en la dirección y cederles el protagonismo a ellos. Es que eso de la autodirección tampoco me veo capaz, cuando estaba dentro yo tengo que ponerme en manos de alguien para actuar, ahí he contado con la ayuda de Oscar Valsecchi y Vanessa Espín. Quizás haya algunos actores que han sido capaces de hacerlo, y hacerlo bien, pero son grandes como Laurence Oliver, Kenneth Branagh u Orson Welles. El Capitán es un hombre prepotente que utiliza su dinero y prestigio para pretender casarse con la joven Fenisa. El tema es que según va conociéndola su fascinación por ella va a más y está completamente ciego con lo que realmente pasa.
La obra contará posteriormente en la programación con un diálogo contemporáneo, en este caso dirigido por Xus de la Cruz y titulado Recatadas S.L. (El arte de mirar al suelo).
El título como ves ya refleja el sentido del humor que va a recorrer esta propuesta para la que Xus ha tenido completa libertad. Para nosotros los diálogos es algo de lo que nos sentimos muy orgullosos en la CNTC porque es modificar esa idea de que lo clásico forma parte del pasado y es intocable. Por poner un ejemplo, hace poco tuvimos De haber nacido sobre la obra La vida es sueño que es una exquisitez de mirada desde la danza de la que se encarga el grupo de creación Mal Pelo.
También es una forma de atraer a ciertos creadores actuales muy interesantes a los clásicos.
Exacto, sería difícil crear ese puente sin esta iniciativa. Buscamos que los nuevos dramaturgos y dramaturgas simplemente se inspiren en unos textos para crear algo diferente. Este año vamos a tener a Lucía Carballal o Gabriel Calderón, es maravilloso.
¿Te ves prorrogando tres años tu mandato? Es una opción que tienes por contrato cuando acabe tu período como director de la CNTC el próximo agosto.
Existe esa posibilidad, pero no solo depende de mí. Nosotros estamos haciendo un trabajo del que estamos muy orgullosos y a día de hoy la idea es continuar y hacer ese más tres, pero cuando llegue el momento veremos que ocurre.
¿Cuánto tira poder volver a hacer vida en Barcelona?
(Risas) Mucho. Yo tengo 66 años y mi vida personal está allí. Es indudable que hay que hacer equilibrios con eso y pesaría mucho más si no fuera por el equipo y la forma de trabajar tan gustosa que he encontrado en la CNTC. Hay un proyecto de vida que continua trasladándome al campo en Cataluña lejos del ruido de la ciudad, pero eso conlleva una decisión importante que cuando termine en Madrid seguramente llegará. Empiezo a sentir que estoy entrando en una fase en la que quiero otro ritmo de vida diferente.
La sede de la CNTC es el Teatro de la Comedia en Madrid. ¿Crees que la presencia de la compañía fuera de la capital se queda corta?
Está claro. Somos una compañía nacional y nunca será suficiente el esfuerzo para llegar a más lugares. Hemos intentado sacar estrenos a ciudades de como Sevilla, Málaga, Almagro o Barcelona. Me parece que es algo fundamental, en algunos momentos de la CNTC existió una compañía estable en gira y otra al mismo tiempo en la sede. Al final, esto tiene que ver mucho con el presupuesto que cuentes, pero también con la voluntad de todos los agentes involucrados a la hora de llegar a acuerdos con teatros en cada provincia. Nosotros hemos incentivado coproducciones que facilitan la movilidad, aunque soy consciente de que hay que conseguir llegar a más sitios.
¿Y fuera de España? ¿Esa es otra asignatura pendiente?
Con La vida es sueño conseguimos que por primera vez estuviera la compañía en el Barbican de Londres, también hemos estado en Sofía y en noviembre se podrá ver en Buenos Aires, pero es algo muy puntual. Esto habría que tomárselo muy en serio y hacer una apuesta fuerte, debería ser una cuestión de estado porque depende de varios ministerios, el de cultura, el de exteriores… Es que fíjate que proyección podría tener en Latinoamérica, y estoy seguro de que sería un éxito. No sabemos proyectar un patrimonio que no existe en otro lado en la historia de la humanidad.