Théâtre de la Guimbarde se fundó en 1973, siendo pioneros en la creación y la investigación en el teatro para los más pequeños. ¿Cuál es su filosofía?
Yo llevo en la Guimbarde 20 años. No creé la compañía, sino que me fue pasada. Desde sus inicios, el objetivo de la compañía ha sido poner en marcha la imaginación y despertar su curiosidad a través de creaciones auténticas.
Buscáis generar nuevos imaginarios en los niñxs y darles herramientas para construir un futuro mejor. ¿Por qué pensáis que las artes escénicas son útiles para este propósito?
Lo son, ¡por supuesto! Nos centramos en lxs niñxs desde una edad temprana porque creemos en su capacidad para construir una vida interna, una identidad y una inteligencia emocional desde los primeros años.
El título Tiébélé viene del nombre de un pequeño pueblo del sur de Burkina Faso. ¿Has estado allí?
Voy a Burkina Faso regularmente, he estado más de diez veces. A Tiébélé no pude llegar por el terrorismo, pero tres mujeres de allí vinieron a verme a Uagadugú y me dieron las canciones en su idioma. Me mostraron en una pared cómo pintan e, instintivamente, se pusieron a bailar y cantar. De ahí nació el proyecto.
La obra investiga la transmisión femenina de las canciones. ¿En esta tarea, la mujer tiene el mismo peso en todos los países?
Realmente creo que, cuando las mujeres se convierten en madres, se reconectan con la herencia oral que tienen dentro de ellas, compuesta por canciones infantiles, canciones de cuna y cancioncillas aprendidas en la escuela infantil. Pero hay comunidades en el mundo donde el canto es todavía más importante y acompaña las diferentes facetas vitales. Estas canciones para niñxs pequeñxs pueden no parecer mucho, pero involucran a todo el cuerpo y proporcionan una valiosa base psicológica.
Al final de vuestros espectáculos, dejáis a los niños que exploren el espacio y, si la edad lo permite, dialogáis con ellos. ¿Cómo es esa experiencia?
Después de la obra, a veces dejamos que los niños exploren los materiales, toquen la arcilla y rehagan los gestos si lo desean. Es increíble ver cuánto quieren tocar, en lugar de hablar, aunque depende del show, a veces hablan en voz alta de lo que ven, sin barreras.
La cultura orientada a la infancia no siempre es una prioridad en nuestra sociedad. ¿Por qué piensas que es?
Básicamente, porque vivimos en una sociedad basada en el consumo. Damos prioridad a los bienes individuales sobre las emociones compartidas colectivamente.
Según los diferentes modos de vida, ¿se crea de la misma forma un espectáculo infantil en Bélgica, en España o en Guinea?
Sí, creo que sí. Además, considero que nuestros espectáculos no son sólo para los niños, sino también para los adultos que los acompañan. Tiébélé se puede representar en cualquier parte del mundo pero, si tuviera que crear un espectáculo en España o Guinea, primero me interesaría especialmente por algún aspecto de la cultura de esos países.
¿Puedes darnos alguna recomendación musical o artística para padres que buscan ofrecer referencias artísticas a sus hijos?
Lo más importante es que los padres sean curiosos y ayuden a sus hijos a descubrir lo que les gusta. Me encanta la música africana, por ejemplo, Rokia Traoré, Baloji, Imany, Jawhar y otros muchos, pero también música francesa, música pop… y la he escuchado con mis hijos. No obstante, cada uno es diferente. Lo más importante es compartir lo que te gusta.
¿Cómo es hacer un espectáculo ‘sin texto’?
Considero que en nuestros espectáculos hay texto porque hay ritmos y canciones infantiles. Incluso si el público no entiende el idioma en el que se canta, los textos siempre están vinculados a lo que se está diciendo en el escenario.
Estáis involucrados en varios proyectos sociales como Small Size o Mapping. Cuéntanos un poquito de cada uno.
Personalmente estoy más involucrada en el proyecto Mapping, que coprodujo mis dos últimos espectáculos: Tiébélé y Walangaan. Es una oportunidad increíble para estar en contacto con otros artistas que crean para niñxs pequeñxs en otros países. Nos permite comparar nuestros puntos de vista, nuestras prácticas y nuestras creencias sobre la infancia.
Según tu experiencia, ¿qué países crees que dan más importancia a la cultura para la infancia?
Sin duda, los países nórdicos.
¿Qué es lo más bonito de tu trabajo?
Tener la posibilidad de realizar creaciones que son como yo, viajar a África Occidental para diseñarlas y ¡compartirlas con tantos niñxs como sea posible en todas partes!
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