¿De dónde te viene el amor por las Artes Escénicas?
Desde muy jovencita. Recuerdo que en EGB me encantaba la literatura y siempre me ponían a leer en voz alta. Yo soñaba con ponerme delante de un escenario. Me encantaba escribir mis historias. Recuerdo esa Olivetti que me regalaron mis padres desde pequeña para escribir. Los cómics me fascinaban. Y ya fue en 2 de BUP cuando conocí a un compañero Oscar Bosch que también le apasionaba las artes escénicas. Y me habló de un grupo de teatro de barrio (Esplugues del Llobregat, Barcelona, de donde soy yo y de donde salió también Oscar Jaenada,de esa misma compañía) y nos apuntamos ahí. Cada martes íbamos por la noche, nos enseñaron a vocalizar y a enfrentarnos a un texto. Mi primer estreno fue tan bonito. Aun recuerdo como se me puso la piel de gallina, al terminar y todo el mundo aplaudiendo. Era tan feliz!!!!
¿Cómo recuerdas la decisión de estudiar Arte Dramático? ¿Recibiste apoyo por parte de tu entorno?
Lo tenía muy claro desde los 15 años. Mi miedo era mi familia. No lo iban a aceptar. Así que tuve que estudiar las dos carreras a la vez y trabajar para poder pagármelas. No descansaba, Fue duro pero la mejor decisión que pude haber tomado
Estudiaste en la escuela de Cristina Rota. ¿Cómo recuerdas esa época?
Cuando yo llegue a Cristina Rota yo ya tenía 25 años. Ya había estudiado con los profesores de Institut de Teatre en Barcelona, con lo que iba con mucho aprendido. Es más, fui a esa escuela para enfrentarme a otro método y tener otras herramientas a la hora de trabajar. Fue maravilloso todo el proceso. Me sirvió mucho a nivel interpretativo.
Cuando terminas de estudiar allí, ¿hubo vértigo por saber dónde te encaminarías? ¿Sabías hacia dónde dirigir tus pasos?
Si te soy sincera, para nada tuve vértigo, porque yo he sido y soy muy trabajadora. No dependo nunca de lo que los demás me vayan a dar. Si alguien me ofrece algo fenomenal, sino me busco yo mis castañas. Siempre me busqué la vida sola. Es verdad que no vendí mi alma al diablo por ceñirme a los pasos que me hubiera gustado seguir como estar en el CDN, ser como El Brujo o una ‘chica Almodovar’). Creí más en trabajar y trabajar y no estar esperando a una llamada o a que la suerte llamara a mi puerta. Sé que eso también ha hecho que perdiera oportunidades
¿Cuál fue ese primer trabajo con el que sentiste que podrías ganarte la vida siendo actriz?
Mi primer trabajo remunerado fue en TV3 a los 16 años en la serie Pret a porter, de Joan Pera y Paco Morán. Aunque ya estaba en esa edad en la que sabía que me quería dedicar a esto, ese trabajo fue un espaldarazo.
En esta trayectoria que llevas, ¿quiénes son los directores y directoras de teatro que más te han marcado?
El año pasado estuve a punto de trabajar con Juan Carlos Rubio, uno de mis directores preferidos en la actualidad y al final no pudo ser, ¡una lástima! Independientemente de eso, todo director y directora te marca para lo bueno y para lo malo. El respeto, el buen trato y la confianza es lo mejor que te puede aportar la persona que te dirige en cualquier proyecto, así se logra que todo sea fluido y que se pueda llegar a lo que se quiere. Esos, para mí, son los mejores directores y directoras.
También has trabajado en algunas de las series más vistas en nuestro país. ¿Cómo es el trabajo en la tele? ¿Se trabaja a un ritmo tan alto como parece?
La verdad que sí. Todos ansiamos un papel fijo en una serie pero el ritmo de trabajo diario es brutal y agotador. Ahora, el poder disfrutar de un personaje en la pequeña pantalla es algo maravilloso.
Y en cine has participado en bastantes proyectos, como por ejemplo en El árbol de la sangre, una película de Julio Medem, ¿cómo viviste esa experiencia?
Pues fue una experiencia maravillosa. Julio Medem es increíble, esa seriedad que transmite siendo a la vez un trozo de pan, su forma tan meticulosa de trabajar… es alguien único y por eso hace obras maestras.
En octubre vamos a poder verte en la cartelera teatral por partida doble, (Orgásmicas y Aventura Pirata), e imagino que con otros proyectos también a la vez. ¿Cómo se lleva compaginar tantas cosas?
¡Pues voy como las locas! (risas). Es mi vida y mi pasión y como me encanta trabajar lo llevo mas bastante bien. Hay más proyectos por ahí a punto de salir y luego he empezado -y espero seguir siendo- la cover de uno de los personajes de Campeones.
Háblanos un poco de Orgásmicas. ¿Cómo te está yendo con este espectáculo?
Está siendo un proceso chulísimo y me lo estoy pasando muy bien haciéndolo. Este show requiere de un público que venga con ganas de divertirse y montar una fiesta. Cuando hay esta sinergia es una explosión de risas.
¿Qué tipo de público va a verte?
Pues hay de todo, suelen ser parejas, grupos de amigas, fiestas de despedidas de solteras, cumpleaños… El público sabe lo que va a ver y está muy dispuesto a entrar en el juego.
Es un texto de Claudia Morales. ¿Te sientes identificada con las cosas que cuentas o es todo un divertimento ficcionado?
La verdad es que hay un poco de todo. El texto lo adaptamos a la actualidad y a nuestro día a día. Hay cosas exageradas pero por supuesto muy reales por las que hemos pasado todos y todas y por eso el publico se ríe porque se siente identificado con todo lo que ve y escucha en el escenario.
¿Hace falta que se hable más de sexo sobre los escenarios
Sí, claro, siempre hace falta. El sexo sigue siendo un tema tabú, aunque creamos que no. Al terminar el espectáculo a mí me vienen señoras mayores y yo les veo en los ojos todo aquello que no han podido expresar pero que sí han sentido al ver la obra y eso es algo increíble.
¿Hacerlo de forma desenfadada ayuda a que la gente comprenda ciertas cosas o reflexione sobre ciertas actitudes que a lo mejor no ayudan a tener una sexualidad sana?
Por supuesto. Con la diversión de por medio yo creo que se hace todo más fácil y uno está dispuesto a hablar y compartir más experiencias. De una forma seria y en un entorno más formal resultaría más complicado.
En un momento de tu carrera, allá por 2015, decides embarcarte en la aventura de tener un teatro propio y reabrís Teatro de las Aguas. ¿Qué balance haces de todos estos años de gestión?
Pues es duro y pesado por momentos y hay que lidiar con muchos frentes, pero supongo que no más que en cualquier otro trabajo, así que puedo decir que estoy feliz de poder gestionarlo y sacarlo adelante.
Teatro de las Aguas es un templo de la comedia y el stand-up en Madrid. ¿Sientes que tenéis ese espacio conquistado dentro de la cartelera?
Totalmente, creo que somos un referente tanto para el público que va a ver los espectáculos y que sabe lo que va a encontrar aquí como para los cómicos y cómicas que trabajan con nosotras.
Sin embargo, yo creo que los grandes hitos de Teatro de las Aguas hasta el momento han sido Shock y La vida a hostias, dos obras de las que tú formabas parte. ¿Qué os han dado esos dos montajes como espacio escénico?
Estos montajes no han dado calidad y ser un escaparate para muchas compañías de poder hacer algo bueno con pocos medios y con unas criticas por parte del publico y la profesión maravillosas.
¿Estás programando por convencimiento o por necesidad?
Sinceramente, por necesidad. Yo aún no recibo ayudas públicas con lo que no es fácil pagar el alquiler y las nóminas de los compañeros, lo cual te obliga a programar lo que más va a vender. Espero que llegue el día en el que eso cambie y poder meter otras cosas en la sala más personales también.
¿Cómo ves la salud de las Artes Escénicas desde la perspectiva de una sala de teatro independiente?
Por suerte, seguimos resistiendo muchas salas y lo que es más importante, el público acepta sin problemas estos espacios y sabe que va a poder ver cosas tan buenas como en una sala grande.
¿Cómo se compagina la carrera de actriz con la de gestora?
Pues bien y mal, todo tiene sus pros y sus contras. La gestión de un teatro lleva mucho tiempo y más que eso, para mí el problema es que parece que te merma la creatividad. Me explico, un artista necesita estar relajado con la mente abierta, libre para poder crear en escena… y el hecho de estar pensando en fechas, horarios y montajes de otras compañías para sacar a delante el teatro a veces hace que tengas la mente en otras cosas y sientas que no puedes concentrarte. Así que hay que hacer un gran esfuerzo para saber dónde estas en cada momento. Pero a la vez gestionar un teatro es algo muy interesante. Conoces a muchos artistas, compañías, trabajos maravillosos, te contagian de las ganas de trabajar… Es muy bonito también.
¿Crees que tener una sala de teatro propia, con la energía que lleva, ha podido ir en detrimento de tu carrera personal?
Por supuesto. Es lo que te comentaba antes, tanto trabajo a todas horas te quita de otras cosas. Pero no lo cambio, prefiero eso a estar en casa esperando o viendo qué hacer, así que no me importa ni me arrepiento. Además tengo otra empresa Eventos Mágicos Madrid con otro socio (Roberto de la Fuente) que funciona de maravilla y también nos da su trabajo, así que ya ves, 24 horas al día los 7 días a la semana trabajando casi (risas).
Susana, ¿a qué sabe un aplauso?
A chocolate, a orgasmo, a felicidad, a lágrima, a satisfacción, a ¡¡¡vida!!!
Si echas la vista atrás, desde ese instante en el que saliste de Rota y mirabas al futuro… ¿Qué balance haces hasta el momento de tu carrera? ¿Estás cumpliendo con los objetivos que te marcaste en ese momento?
Creo que es un balance muy positivo. Por supuesto que me gustaría estar arriba del todo como actriz, pero soy feliz con lo que tengo. Nunca nadie me ha ayudado y todo ha salido gracias a mi esfuerzo. N puedo estar más feliz de ir consiguiendo cosas pasito a pasito. Si te pones objetivos muy altos lo mas seguro que te estrelles, así que siempre con los pies en el suelo, así se escalan mejor las montañas…