La herencia es una obra que está triunfando cada fin de semana en la cartelera de los Teatros Luchana. José Carretero, Isabel Torrevejano, Fernando Coronado y Stany Coppet son los intérpretes de esta comedia negra. Los cuatro nos hablan de sus personajes y de lo que nos vamos a encontrar en este espectáculo escrito por David Barreiro y dirigido por Pepe Ocio.

 

Por Francesca Todeschini

 

Mi padre tiene dos hermanas, con las cuales en general se lleva bien. Con una mejor que con la otra. Tras una infancia de juegos y de compartir habitación, hoy cada uno vive su vida en una ciudad diferente, y se hablan nada más que para felicitarse la Navidad, el cumpleaños y rememorar con cariño los difuntos padres. Pero cuando el invierno pasado su tía, la de la casa en el campo, la de las joyas lujosas y de la abultada cuenta bancaria, dio las primeras señales de pasarse a mejor vida ¡ojo con las hermanas! La repartición de la herencia es un ‘todos contra todos’. Parte de tu destino va a depender de la voluntad de alguien que ya se habrá muerto. Esto a los vivos nos vuelve locos.

 

 

En esta sorprendente comedia negra es precisamente la difunta tía Enriqueta la que verdaderamente mueve la acción gracias a la ayuda de su albacea, don Federico (Stany Coppet), que cumple el protocolo con paciencia y exactitud incluso en el momento de mayor tensión. La tía muestra haber sido buena conocedora de la naturaleza humana y con bastante sentido del humor como para redactar un testamento indudablemente sui generis, que pondrá a la prueba a sus nietos Bruno, Raquel y Sergio (José Carretero, Isabel Torrevejano y Fernando Coronado). Los tres hermanos se reúnen después de muchos años sin verse y sabiendo poco o nada el uno del otro, solo para rescatar su parte del rico botín de una tía igual de olvidada. Están citados en la mansión que pertenecía a Enriqueta, una casa antigua y recargada, situada en un pueblo perdido en La Mancha. Es verano y el calor es asfixiante: una razón más para cerrar rápidamente el asunto y volver cada uno a su propia vida.

 

 

El sustrato sobre el que se construye la obra es dramático, un retrato de como degeneran las relaciones humanas y familiares, del individualismo que impregna hasta el olvido de nuestros mayores. Todo se sitúa dentro del contexto igualmente espeluznante de la desruralización de nuestro país. Pero algo en el testamento hará que los tres se detengan más de lo que habían previsto y que se ponga en escena el espectáculo de la vida misma, donde la tragedia cede el paso a la comedia y viceversa. No hay nada, se ha dicho, que un humor inteligente no pueda convertir en carcajada. El ser humano rehúsa dejarse imponer el sufrimiento por realidades externas, rehúsa consentir que los traumatismos del mundo exterior puedan afectarle; y aún más, finge, incluso, que pueden convertirse para él en fuente de placer. David Barreiro, autor de la obra, consigue manejar egregiamente la intriga, el conflicto, los momentos surrealistas y meta-teatrales invitándonos a reírnos de las debilidades humanas, de nuestra mezquindad, de lo previsibles que somos cuando hay intereses de por medio.

 

 

La herencia es una producción de Miller Producciones teatrales, que con este montaje confirma uno de los principios básicos desde que impulsa su trabajo: la ficción como espejo de la realidad, que es decir la verdad de la creación artística a través de la ‘mentira’ del teatro. En la primavera de 2018 la obra obtuvo el Premio de Textos Teatrales Ciudad de Castelló y al año siguiente fue seleccionada en Cimientos del IATI Theater de Nueva York. Firma el texto David Barreiro y los interpretes son: José Carretero, Fernando Coronado, Isabel Torrevejano y Stany Coppet, bajo las ordenes de Pepe Ocio, que se estrena como director.