"Intentamos ofrecer a cada ciudadano alguna propuesta de calidad que le pueda interesar"
Narcís Puig, el nuevo director del festival Temporada Alta, que tiene lugar en Girona y Salt hasta el 12 diciembre, nos atiende para hablarnos de las diversas iniciativas que alberga esta cita y de su capacidad para atraer por igual a público, profesionales, instituciones y empresas. 92 espectáculos y 62.326 entradas son algunas de las cifras de esta XXXIV edición.
Hablamos a tres días del comienzo del festival y supongo que es momento de mucho estrés y trabajo.
Sí, pero siempre digo que nuestro festival es una maratón, no es como correr los cien metros lisos. Tenemos que llegar en buenas condiciones a mediados de diciembre y todavía estamos en septiembre. Estamos sin parar, pero a un ritmo adecuado. Es una de las grandes diferencias con otros festivales mucho más cortos.
Esta es tu primera edición como director del festival, pero llevas quince años formando parte del equipo. ¿Cambian las sensaciones y la responsabilidad?
Llevo muchos años involucrado en el festival y estoy muy contento de poder dirigirlo, pero lo cierto es que no ha supuesto un gran cambio para mí. A nivel de responsabilidad, ya me sentía igual de responsable antes. No es lo mismo que si hubiese llegado un director de fuera.
Cuando se habla de continuidad, a veces, puede llevar a pensar en estancamiento.
Para mí, significa que me quedo en el mismo sitio que estaba: en un festival que ya lleva un camino que siento muy propio. Por otro lado, Temporada Alta está concebido para crecer y proponer cosas nuevas continuamente y así va a seguir siendo. Cada año aporta algo diferente.
¿Dónde está el techo en un festival como este?
El techo está, en lo que respecta a Girona y Salt, en la capacidad de espacios de los que podemos disponer, que es limitado, y el tiempo que tenemos para programar, que ya es mucho, no vamos a hacer que dure todo el año… Lo que tiene aún más recorrido es el crecimiento a través de proyectos paralelos, como el caso de Flaix de tardor – BCN en Barcelona, que es una novedad de este año. En este caso, montamos una cosa que ya no es Temporada Alta como tal, pero organizamos nosotros.
¿La variedad y amplitud de la programación y la proyección internacional del festival serían dos de los grandes valores de esta cita?
Son dos aspectos que hemos trabajado desde el inicio del festival. La variedad que comentas es la forma que tenemos de ofrecer a cada ciudadano alguna propuesta de calidad que le pueda interesar, porque somos muchos y cada uno distinto. Intentar albergar toda clase de propuestas, como este año el concierto Patti Smith and her band, es uno de los motivos por los que el festival se alarga casi tres meses.
¿Hay una obsesión por mostrar la mayor cantidad de estrenos posible?
No la hay, pero en nuestro caso hay más de una veintena de montajes entre producciones del festival y coproducciones y, por tanto, normalmente se estrenan aquí. Diría que la obsesión es ayudar a las compañías para que puedan hacer su trabajo y estar al tanto de los nuevos nombres para echarles una mano y puedan sacar adelante sus propuestas. Por otro lado, cada año hay compañías que nos llaman directamente para estrenar en el festival y nosotros estamos encantados de que así sea.
Sois uno de los festivales que más produce en España. Para eso es muy importante el presupuesto. En este sentido, habéis conseguido que un numeroso grupo de instituciones y empresas os apoyen.
Es fundamental. Además, tenemos un buen equilibrio entre la aportación pública y privada. Hay, por ejemplo, una red de patrocinadores privados, de sponsors, que en muchos casos son medianas y pequeñas empresas de Girona, que ponen su granito de arena para que el festival sea posible. Una buena parte del dinero va a las nuevas producciones del festival, lo que conlleva también cumplir uno de los objetivos que tiene el apoyo de las instituciones: beneficiar a compañías y artistas.

¿Los empresarios de Girona han entendido que un evento cultural puede ser también muy lucrativo económicamente?
Hay un tema evidentemente de movimiento económico en Girona, sobre todo en el sector de restauración, porque viene mucha gente, entre espectadores y artistas. Pero también, hablando con la gente que nos da soporte, hay algo del orgullo de tener en Girona, que es una ciudad pequeña, un gran festival como temporada alta. Están un poco las dos cosas.
Este salto que comentábamos antes a Barcelona con el Flaix de tardor – BCN, que tendrá espectáculos internacionales de primer nivel, ¿de dónde nace?
Ya habíamos organizado alguna actuación puntual allí y ahora ha surgido la oportunidad de crear un evento al margen de Temporada Alta. Nace de nosotros, pero tiene un presupuesto aparte con el soporte de la Generalitat de Catalunya, el Ajuntament de Barcelona y la complicidad de seis teatros de la capital catalana. A pesar de que el teatro funciona muy bien en Barcelona, detectamos que la programación internacional es limitada y hablamos con el Ayuntamiento y le propusimos llevar piezas que no se habían visto allí.
Son muchas las patas que tiene un evento tan grande. Una de ellas, es la que se orienta a profesionales del sector. Este año, el Big Bang, el fin de semana para ellos, será del 20 al 23 de noviembre. ¿Funciona como una pequeña feria de Artes Escénicas?
Es básicamente una fiesta, no diría que es una feria. No nos dedicamos a contabilizar cuántas ventas y contactos se hacen durante esos días. La idea es, simplemente, facilitar que haya un encuentro entre profesionales internacionales y los propios artistas, tanto internacionales como del país, y que a partir de ahí se puedan conocer y seguir. Poco a poco, tras los duros años de después de la pandemia, estamos consiguiendo más participación y volver a la afluencia de 2017 y 2018.
Otra iniciativa que a lo mejor no es tan conocida, es el proyecto A Tempo, que involucra a la ciudad y a los centros escolares.
Es de las cosas que no se ven tanto del festival, porque pasa fuera de los días en que el público acude a los teatros, pero es una parte importante. Ya llevamos varios años y se realiza tanto en Girona como en Salt, que son ciudades muy distintas. Llevamos el teatro a escuelas e institutos, o traemos a los alumnos a los espacios de exhibición. También incluye otra línea, que es trabajar con artistas para que, junto a alumnos, puedan crear la base para un espectáculo que se presenta luego en el festival. Este año tenemos un espectáculo, Serà un dia que durarà anys, con los artistas chilenos Hermanos Ibarra Roa que se verá en noviembre y que reúne a más de 90 participantes de tres centros educativos de Salt en un proyecto escénico colectivo, impulsado por la Fundación La Ciutat Invisible junto con ConArte Internacional.
No quiero ponerte en la tesitura de elegir algo de la programación para destacar, pero lo dejo a tu criterio.
Simplemente, animaría a la gente a que se miren con especial atención la programación iberoamericana, además creo que alguna propuesta luego pasará por Madrid. Hay una selección de espectáculos, muchos de pequeño formato, con mucho talento.