¿Qué tienen en común Cervantes, unas grabaciones anónimas encontradas en Japón y el teatro tras la pandemia? Los dramaturgos Gon Ramos, Luis Sorolla y Carlos Tuñón nos invitan a descubrirlo en un paseo íntimo por Madrid con Quijotes y Sanchos, una propuesta de teatro inmersivo iniciativa del Teatro de la Abadía.
Escuchar Madrid con los ojos de Quijote y Sancho
En tiempos en los que el teatro se transforma y explora nuevas formas, es interesante dirigir nuestra atención a compañías como [los números imaginarios] que, desde hace más de un lustro, apuestan por transformar la experiencia teatral extrayendo de ella todo el jugo (y juego) posible. Desde la ruptura de espacios convencionales, pasando por la palabra, hasta acabar involucrando al espectador como parte activa del espectáculo, incitándole a abandonar el rol de mero observador para ser quien decida qué y cómo ver cada una de sus propuestas. La cena del rey Baltasar, Hamlet entre todos, Hijos de Grecia, LEAR (Desaparecer) o La noche de Don Juan, y ahora Quijotes y Sanchos, dan fe de ello.
Una carambola del destino de miles de kilómetros y cientos de años
Con el estrecho vínculo que siempre ha mantenido la compañía con Alcalá de Henares, tarde o temprano, la obra más importante de Cervantes tenía que hacer acto de presencia dentro de su repertorio: Una experiencia inmersiva para 20 personas que tuvo su primera versión en el 2018 y que con la llegada del coronavirus, las ganas de llevar más allá la experiencia teatral y unas cintas encontradas accidentalmente, bajo el título Quijote, por el dramaturgo Gon Ramos en una librería de Tokio, han acabado por dar forma a esta versión ‘evolucionada’ que podemos ver en Teatro de la Abadía.
“Es un elemento mágico que pensaba que se iba a quedar en el fondo de un armario, como otras tantas cosas, y que al final se ha convertido en parte principal a nivel emocional” nos confesaba el dramaturgo haciendo referencia a este curioso (y remoto) hallazgo de autor anónimo. Unas cintas que, a modo de narración, ofrecían una mirada ‘quijotesca’ de las calles de Tokio y que, como una carambola del destino, se materializó en las manos de Gon Ramos para acabar formando parte de esta dramaturgia confeccionada en una inesperada colaboración entre autores tan fortuitos que, separados por miles de kilómetros y cientos de años, han acabado por dar a luz Quijotes y Sanchos.
Además de Gon Ramos encontramos dentro del proyecto, y formando parte del equipo creativo, a Carlos Tuñón, responsable de la dirección, y a Luis Sorolla, poniendo la voz a la narración que acompañará a los espectadores/oyentes/caminantes de esta propuesta sin actores que llega para explorar las nuevas formas de hacer teatro tras el confinamiento “Creíamos que podía funcionar muy bien en estos tiempos” nos cuenta Gon sobre el planteamiento de la experiencia “Lo hemos hecho pensando en toda la situación de ahora, tratando de poner la mente en algún lugar creativo aunque no pueda ser en un patio de butacas”.
Un viaje en solitario que nos lanzará por las calles del barrio de Chamberí para experimentar la misma sensación de deriva vivida por Quijote y Sancho en la novela: “Es una experiencia individual, personal e íntima con la ciudad y con estos audios. No se les va a decir que tengan que ir a lugares específicos” nos cuenta el dramaturgo, “queremos que vayan encontrándose con la aventura y con la propia ciudad en una relación distinta con la realidad”.
Un nuevo punto de vista para un clásico universal
¿Cuándo he sido Quijote, cuándo Sancho? ¿Qué significa serlo ahora? ¿En qué momento de mi vida me siento más Quijote o más Sancho? Son preguntas que nos invitan a plantearnos durante la experiencia. “Nos hemos centrado bastante en nuestro punto de vista, pero respetando el amor que nos suscitan los mecanismos de la novela, está todo el universo personal, psicológico y literario, pero no es una definición explícita”, la transformación de la realidad, la justificación para ver lo que queremos ver “ese tipo de mecanismos son los que van a estar puestos en juego a la hora de transitar la experiencia” nos explica Gon, “todas estas líneas de voluntad que tienen los personajes son las que van a estar atravesando el discurso de la obra”, que arrancará en nuestras propias casas y que seremos libres de poder prolongar durante horas. “Nos motiva mucho poder replicar todos los mecanismos que Cervantes planteaba a la hora de construir la novela, no como algo lineal si no como algo que tiene múltiples visiones”, concluye el creador. Nosotros podremos finalizarla nuevamente cuando lleguemos a nuestros hogares, tal y como sucedía con Quijote y Sancho.