Del 11 al 28 de noviembre, esta imprescindible cita con la riqueza y diversidad de la creación contemporánea nacional e internacional, nos ofrece disfrutar del trabajo de 29 compañías en diversos espacios de Madrid y ocho municipios más de la Comunidad .
Recuperando una identidad escénica
Por David Hinarejos
Foto portada Julian Mommert (Transverse Orientation de Dimitris Papaioannou)
Organizado por la Comunidad de Madrid y dirigido por Alberto Conejero (que se estrenó el año pasado en plena pandemia), el festival supone todas la ediciones un encuentro con la creación híbrida, el teatro físico, el teatro de objetos y la danza.
Este año serán 29 compañías las participantes de una programación que recupera la apuesta por la presencia de espectáculos internacionales (especialmente latinoamericanos) y la atención a la última escena nacional con cuatro estrenos absolutos, siete estrenos en Madrid, un estreno en Europa y cuatro coproducciones del festival.
Para Conejero, de la indagación que plantean creadores y compañías de esta edición se suscita una pregunta sobre “cómo y desde dónde vamos a construir” un porvenir compartido. “En otras palabras, quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser al poner de nuevo unos cuerpos junto a otros”. Las respuestas a estas cuestiones se reparten en el festival alrededor de diferentes ideas que os vamos a desarrollar a continuación que, junto a otros apartados presentes en la edición, forman una más que estimulante muestra repleta de nombres de primer orden.
La importancia de la herencia y del vínculo
En este diálogo entre la contemporaneidad y tradición se sitúan las creaciones del griego Dimitris Papaioannou, Angélica Liddell, Guy Cassiers, Lorena Vega o Teatro delle Albe. El primero llegará al Canal con Transverse Orientation, en el que nos habla de como el ser humano ha abandonado su propio camino evolutivo al dar vueltas alrededor del concepto de divinidad. En el mismo espacio podremos ver Antígona in Molenbeek + Tiresias del belga Cassiers, en la que los personajes de Sófocles se trasladan al barrio inmigrante Molenbeek de Bruselas, donde vivían los terroristas que atentaron en Francia y Bélgica y otros que se unieron al Estado Islámico. Por su parte, en Conde Duque, una pieza de teatro documental es lo que nos presentará la directora, dramaturga y actriz Lorena Vega (Premio Konex 2021 a la Mejor Actriz de Teatro de la década) en Imprenteros. Los propios protagonistas de la historia, que no son actores, participan de esta reflexión alrededor de la pérdida de su negocio gráfico y la historia de Argentina. A Teatro de la Abadía llegará el trabajo de Teatro delle Albe, Fedeli d’Amore. Polittico in sette quadri per Dante Alighieri, que toma como eje a Dante y la actualidad. Por último, una habitual del festival, la inclasificable Angélica Lidell, estrenará en San Lorenzo del Escorial Terebrante, donde invoca a la figura del cantaor Manuel Agujetas y su dolor existencial, que explica el fundamento del flamenco.
El cuerpo como signo central de la existencia
Algunos de los creadores más relevantes que visitan esta edición realizan aproximaciones a este concepto. Al Canal llegarán los premiadísimos belgas de Peeping Tom con Triptych: The missing door, The lost room and The hidden floor, en la que reimaginan tres coreografías de Gabriela Carrizo y Franck Chartier para el Nederlands Dans Theatre (NDT). También podremos ver en el mismo espacio a la compañía española Mal Pelo, que se centrará en la música de Bach en Highlands; a Christos Papadopoulos –con quien conversamos a su paso por el MIT de Ribadavia– y su Larsen C, que coge el nombre para la pieza de un iceberg como metáfora para hablar del movimiento interior; a Pablo Messiez con su Cuerpo de baile, en la que busca a través del cuerpo no repetir las convenciones teatrales; y a Lisbeth Gruwez y Claire Chevallier con Piano Works Debussy.
En el Teatro de La Abadía veremos dos propuestas: la versión libre de Pinocchio que pone en escena Babilonia Teatri y Gli Amici di Luca y Criaturas del desorden de Elena Córdoba, un espectáculo que surge a partir de la observación de las flores. Todavía en Madrid, La Casa Encendida acogerá a Miet Warlop y la comedia surrealista que es After all springville y el Teatro Pradillo a La Chachi con Los inescalables Alpes, buscando a Currito, una propuesta que aúna confluencia de baile, cante y música digital.
Por último, en Pozuelo descubriremos a Jesús Rubio Gamo en solitario mostrando El hermoso misterio que nos une, donde la música de Purcell y Bach será protagonista.
De este interrogante nacen diversas propuestas. Bros, en la que el italiano Romeo Castellucci nos presenta en Conde Duque un sugerente montaje donde actores no profesionales vestidos de policía deberán ejecutar las órdenes que les son suministradas a través de unos auriculares. La Compañía Absoluta, o sea las argentinas Lucía Marciel y Paula Grinszpan, tratarán en el Centro Cultural Paco Rabal el tema de la inmigración en Paraguay, mientras que la sala Cuarta Pared será la sede para los chilenos de Bonobo y su Tú amarás, con el debate de unos médicos sobre las ayudas humanitarias a un grupo de extraterrestres. Por su lado, Teatros el Canal acogerá el tríptico Jinete Último Reino de María Salgado y Fran MM Cabeza de Vaca, un viaje entre el deseo, la norma, la represión y la rebeldía. La Calórica pondrá en escena en la Mirador y en Coslada Fairfly (Premio Max al mejor espectáculo revelación en 2018), un relato sobre cuatro amigos que intentan organizarse después de un ERE. Por último, Cómo hemos llegado hasta aquí se estrenará en Teatro del Barrio.
Vínculos con otros festivales
En este apartado destaca especialmente la colaboración con el Teatro de La Abadía para traer tres espectáculos que representan lo mejor de los diez años del Be Festival. Las propuestas que navegan entre disciplinas y géneros y proceden de países como Italia, Bélgica, Francia, y Reino Unido, ofrecerán coloquios posteriores y una serie de talleres. Los títulos: 40.000 centimetri quadrati de Claudia Catarzi, Levitaciones de Hannah De Meyer y The end de Bertrand Lesca y Nasi Voutsas, en colaboración con Laura Dannequin.
Además, en colaboración con el programa Ágora de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales llegan algunos de los más sobresalientes ejemplos de la creación contemporánea andaluza: One night at the golden bar de Alberto Cortés y Caliente azul de Laura Morales, ambas en Réplika Teatro.
Público familiar
Geólogie d´une fable del Colectivo Kahraba (Líbano) es un espectáculo para todos los públicos sobre fábulas persas, en las que Esopo halló inspiración para las suyas y que inspiró a su vez a las de La Fontaine y Marie de France. La obra combina la narración, la danza y la manipulación de objetos y sonidos, y su elemento central es la arcilla con la que se modelan personajes, animales, objetos y paisajes. Estará en la Sala Cuarta Pared, San Lorenzo del Escorial y Alcalá de Henares.
Ma biche et mon lapin de la compañía francesa Aïe Aïe Aïe Collectif (Francia). En torno a una mesa y utilizando pequeños objetos cotidianos narran para un público a partir de los nueve años, con música y sin palabras, el proceso de amor, desamor y reconciliación de varias parejas (un servilletero y una servilleta, una botella y una jarra, una cierva y un conejo…).
Otras experiencias
El Festival de Otoño, que este año está dedicado a la memoria de Ariel Goldenberg (fue su director durante quince años), recupera, en el apartado Otras experiencias, Pictura Fulgens, el encuentro de poesía y pintura con piezas de videocreación a cargo de jóvenes y celebrados poetas españoles en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Con Berta García Faet, Raquel Vázquez, Juan Gallego Benot, Mario Obrero, Cristian Alcaraz y Carla Nyman.
Además, se estrenará una nueva propuesta, Ágora, un espacio para la imaginación, el pensamiento y la escena, en colaboración con La Casa Encendida.
Información completa sobre la 39º edición del Festival de Otoño AQUÍ.