Los viernes de marzo se está representando en Nave 73 ‘Escoria’, un grito ahogado de la adolescencia de este país. Tras ver la función, tengo la oportunidad de charlar con Juan Frendsa, dramaturgo y director de este Thriller político con el que terminamos reflexionando si somos o no un fracaso como sociedad. El montaje que bebe de la influencia de su paso como actor por La joven compañía es una historia contada por adolescentes que refleja el estado actual de nuestro país. Una historia en la que sin prejuicios por la edad a todos nos llegará de una u otra forma.
Por Ka Penichet/@KaPenichet
¿Qué sucede para que un chaval de 27 años decida mojarse con un drama político?
Creo que hay como una mezcla de razones. Empiezo a escribir Escoria a la vez que como actor empiezo a ensayar Punk Rock, un montaje de La Joven Compañía que hace que me reencuentre con el adolescente que era yo 10 años antes. Esto me genera un pulso y empiezo a conectar con todo aquello y me empiezo a plantear cosas de los adolescentes hoy en día en España. Entonces, mi cabeza estaba como llena de información de la guerra civil y de la guerra mundial pero consideraba que se hablaba muy poco de la guerra que estamos viviendo ahora, que, nos puede gustar o no, pero de alguna manera estamos en guerra y de ahí me surge la inquietud.
En Madrid no parece que estemos acostumbrados a ver sobre los escenarios obras que traten sobre la independencia de Cataluña
El tema de Cataluña para mí está muy latente porque yo soy catalán y es una cosa que he vivido desde un lugar muy concreto, que es el barrio desde el que sucede la obra, un barrio de doce mil habitantes de Barcelona que en su mayoría está formado por personas inmigrantes del sur de España, con lo cual, no se sienten catalanas, se sienten españolas, que eso en sí mismo es un debate. No digo que esté bien ni que esté mal pero es un debate, en fin, todo un conflicto.
¿Por qué sucede en una nave?
Porque posteriormente al ataque terrorista de las Ramblas de Barcelona desmantelaron una red yihadista en el pueblo donde yo vivo y a tres portales está el taller de mi primo. Cuando esto sucedió, él me contaba que no había notado nada y yo me pregunté, qué pasaría si unos adolescentes estuvieran tramando una atentado para matar al presidente de España y nadie se estuviera enterando. Con todas esas preguntas, me lo llevo a la ficción y monto Escoria.
Aunque el hilo argumental transcurre sobre cómo un grupo de jóvenes deciden asesinar al Presidente de España, ahí no reside la intencionalidad del montaje…
No es una obra sobre cómo matar al presidente de España. Para mí lo interesante es que unos chavales, bajo unas circunstancias X llevadas al extremo hacen que tomen esa decisión porque si todo estuviera bien entre ellos no lo harían. Lo interesante es que los protagonistas sean menores de edad porque es una edad donde la gente no se cuestiona. El discurso que pueda tener un menor no le parece interesante a nadie, como si no supiera nada de la vida.
¿Crees que en la actualidad la juventud está lo suficientemente informada para tener una ideología definida?
Cuando empezó a ser más latente el tema de la independencia de Cataluña, recuerdo salir a la calle y me volvía loquísimo con tantos puntos de vista, así que, de golpe decidí empezar a informarme. Creo que a partir de hechos como ese, los adolescentes empezamos a documentarnos y gracias a los distintos frentes de la oposición, la política de este país ha cambiado y ha favorecido a que más chavales se interesen por lo que está pasando.
Tratas con respeto, pero sin pudor el tema de E.T.A. también en el montaje…
Es curioso porque cuando comparas con la ficción de teatro inglesa el problema está en que ellos tienen muy poco pudor en hablar de su mierda, y en España parece que no se puede hablar de determinados temas. Ahora mismo hay un rapero en la cárcel, el teatro es libertad de expresión, entonces, por qué no puedo hablar de esto, al final es historia de España. Me pude haber inventado una banda pero al final es historia de España. Nuestra historia.
Háblanos de los personajes femeninos a los que les has dotado de mucha fuerza, algo poco habitual hoy en día
Yo me planteo una función donde hay una jerarquía y que en sí misma esté presidida por una mujer con la finalidad de hacer una crítica a cuando una mujer está en el poder es mucho más cuestionada que un hombre. Esto sucede mucho entre hombres, es decir, la directora de la empresa es una mujer y el siguiente es un hombre, entra uno nuevo y se dirige al hombre. Las mujeres que tienen poder son cuestionadas todo el rato.
A mí el tema de la mujer como dramaturgo es como una lucha porque intento que estén siempre ahí, pero inconscientemente es un mundo desconocido porque cuando me pongo a dialogar con mujeres me cuesta más que dialogar con hombres. Por eso en los ensayos me gusta mucho consultar con ellas, porque estoy abierto a la escucha y porque conozco mis limitaciones.
¿Escoria bebe de las referencias de la Joven Compañía?
Evidentemente, yo no hubiera escrito Escoria si no hubiera pasado por La Joven Compañía. De alguna manera me ha cambiado la visión que yo tenía del teatro. Toda la función de Escoria está teñida de cosas que yo he vivido con La Joven. Hay mucho del ritmo, de la pulsación, del texto, de lo gamberro, de lo político, de lo entrañable, de la revolución joven… que todo viene por haber pasado por ahí.
Nave 73
Viernes a las 20h