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Impulso y acompañamiento para la danza

Laura Kumin: “El interés del Certamen Coreográfico de Madrid sigue estando en apoyar el potencial creativo”

Todo empezó en 1987 con una cita en la Plaza Mayor entre Margaret Jova y Laura Kumin que habían llegado de Estados Unidos a nuestro país para estudiar danza. Se hicieron preguntas sobre la creación y montaron el Certamen Coreográfico, dirigido en solitario por Kumin tras catorce ediciones de codirección. La cita, un referente de la historia de esta disciplina en España, cumple su edición número 38 y se desarrollará del 4 al 8 de diciembre en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque.

 

Foto de portada: Guy Nader y María Campos en el 26º CCM 2012.

 

El nombre de Laura Kumin (Cleveland, Ohio, Estados Unidos, 1956) está ligado a la historia de la danza contemporánea en España de una manera concluyente. Tanto, que es imposible leer la trayectoria de una sin la otra. Por supuesto, en la ecuación intervienen los 38 años que cumple el Certamen Coreográfico de Madrid en esta edición, que se celebra del 4 al 8 de diciembre en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque. Pero también lo que se ha conseguido en estas décadas por las que han pasado la mayoría de creadoras y creadores de danza del país. Desde un inicio, cuenta Laura Kumin que el Certamen es más que un concurso donde optar a premios (cada años más amplios y diversificados, por cierto, donde colaboran otras entidades y asociaciones); se trata de una plataforma, ubicada en el proyecto Paso a 2, que hace de paraguas para otras iniciativas, y que funciona como impulso para la exhibición y la creación. “La idea era aportar un aliciente, una visibilidad y un lugar de conexión, aunque este último aspecto se empezó a desarrollar más tarde”, cuenta Kumin a esta revista.

Era el año 1987 y junto a Margaret Jova, actual directora del Certamen de Coreografía de Danza Española y Flamenco (dirigieron juntas el Certamen durante catorce ediciones) decidieron montar esta iniciativa mientras tomaban un café en la Plaza Mayor (“mucho antes de que esta frase adquiriera otro sentido”, aclara divertida). “Margaret Jova y yo vinimos a España por la danza española, pero teníamos una formación de danza contemporánea y echábamos de menos más programación y más oportunidades para la nueva creación. Ya existían festivales grandes como Madrid en Danza, pero los creadores más jóvenes lo tenían difícil. Teníamos contactos en Estados Unidos que podrían ofrecer oportunidades. Pero fue absolutamente fundamental nuestra reunión con Guillermo Heras y Paz Santa Cecilia. Tener la Sala Olimpia para celebrar el Certamen fue el detonante para todo el resto de los apoyos.  Sin su voto de confianza no habría nacido”.

 

Impulso y acompañamiento para la danza en Madrid
Laura Kumin

¿Qué recuerda de aquella  primera edición?

Laura Kumin: Una vez que teníamos la confirmación del teatro, iniciamos una ronda de instituciones para pedir apoyo. En esa época no existían las convocatorias así que dependía de nuestra capacidad para convencer a las personas de que valía la pena apostar por la danza contemporánea y la nueva creación. Recibimos un apoyo inmediato de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, pero aún esperábamos la respuesta del Ministerio de Cultura.  Escribimos, llamamos, todo sin respuesta. Al final me fui una tarde para hablar con la funcionaria que recibió nuestras cartas. Terminé llorando en su despacho. Teníamos 40 y pico inscripciones y la selección hecha y el jurado, pero a un mes de celebrar el Certamen aún faltaba saber si teníamos toda la financiación necesaria. La presión era enorme. Al final llegó una carta del Ministerio confirmando su apoyo.

La gran incógnita fue si el Certamen interesaría al público. La primera edición tenía la entrada gratuita. Por la tarde el primer día, Margaret y yo fuimos a la taquilla para saber cómo iba la retirada de entradas. Había una larga cola. La energía en el teatro fue increíble. El equipo de la Olimpia nos cuidaba muy bien. La sala estaba llena y había una gran expectativa. La respuesta del público fue muy cálida. Éramos dos extranjeras, casi nadie nos conocía y teníamos la sensación de haber conseguido algo importante.

 

¿Qué diría que ha permanecido a lo largo de todas estas ediciones?

Laura Kumin: El interés en apoyar el potencial creativo. El deseo de aportar y conectar. El interés por ayudar a posibilitar nuevas creaciones y apoyar a creadores al inicio de su trayectoria o en un momento de transición artística.  Aunque hay premios y jurados, la mirada del Certamen está enfocada en lo que se ve en el escenario, en lo que se escucha en los diálogos y lo que se intuye como el potencial creativo. Es un proyecto que mira hacia el futuro de los y las participantes. Intentamos cuidar y hay una mirada de acompañamiento desde una perspectiva casi pedagógico.

 

¿Qué cualidad diría que comparten todas las iniciativas de Paso a 2?  

Laura Kumin: Todos los proyectos de Paso a 2 están enfocados hacia el crecimiento de las personas, sea profesional o personal, a través de la danza y los procesos de creación. Los proyectos que hacemos con Territorio Social: Esto no es un Selfie, en los institutos de educación secundaria y bachillerato; La Colé, el proyecto para jóvenes mujeres movientes y creadoras, tienen este enfoque. Y cada proyecto tiene un punto de conexión con el Certamen. Lo mismo ocurre con nuestros proyectos europeos. La comunidad de Performing Gender: Dancing in Your Shoes sigue en activo porque hemos extendido el proyecto más allá del fin del proyecto de Creative Europe. Es un espacio de cuidado y crecimiento a través del cuerpo en movimiento que está muy cuidado gracias al equipo del proyecto y de la misma comunidad. También participa en el Certamen.

 

Mirar la historia de este Certamen es mirar también la historia de la danza contemporánea en España. ¿Cómo cree que se ha conseguido este paralelismo?

Laura Kumin: Reconocer y alentar el potencial creativo es más que repartir premios. Es ver a creadores y sus obras, prestarles atención, ofrecer tiempos para el diálogo. Para algunos las becas y residencias son sus primeras salidas internacionales.  Al ofrecer estas oportunidades para darse a conocer en otros entornos, participamos en la trayectoria de las personas que participan en el Certamen. Y también porque invitamos a estas personas a volver al Certamen para involucrarse en los procesos de nuevos creadores. Se genera una sensación de conexión y responsabilidad.

 

¿Cómo funciona el proceso de selección y posteriormente cómo se elige y trabaja el jurado?  

Laura Kumin: La pre-selección se hace por vídeos de las obras inscritas. Yo nunca formo parte del jurado pero sí participo en la preselección. Invitamos al jurado a ver los vídeos y participar en la pre-selección pero a veces sus calendarios no lo permiten. En este caso, podemos optar para enviarles una selección reducida para que nos ayuden a llegar a 12 coreografías participantes. La selección también depende de las condiciones técnicas que podemos ofrecer en el contexto del  Certamen. Nos importa que las coreografías se vean de la mejor manera posible.

Yo hago la selección del jurado. Busco a profesionales que tienen una mirada que va más allá de sus gustos personales, que pueden identificar las cualidades futuribles que se intuyen a la hora de ver las coreografías y de hablar con les creadores, que trabajan en contextos que pueden ser interesantes para el futuro de les participantes y saben trabajar en equipo. Hay mucho tiempo dedicado al diálogo. Las obras finalistas se ven dos veces, hay dos reuniones grupales y un tiempo para diálogo individual con el jurado. Siempre hay tres personas internacionales y dos de España. Es también una oportunidad para que estos profesionales se conozcan. Salen muchas nuevas colaboraciones de esta experiencia, más allá de los premios.

¿Qué suele premiarse, por parte del jurado oficial, en los certámenes? ¿Han ido cambiando los criterios con los tiempos?  

Laura Kumin: Cada certamen tiene sus criterios. En nuestro caso, nos interesa poder incidir de forma positiva en el futuro de los participantes. Hay muchos premios que son residencias y becas y sólo un premio en metálico.  El jurado premia la coherencia entre lo que plantea la coreografía y la manera de utilizar los medios a su alcance, y de trabajar con sus intérpretes. Diría que para los jurados del Certamen una voz de autoría es importante. En este sentido creo que el Certamen tiene un enfoque muy particular.  Es una inversión en el futuro de la creación coreográfica contemporánea en España.

 

El Certamen, de alguna o varias maneras, puede ser reflejo de una actualidad de la danza, ¿en qué momento diría que se encuentra ahora la danza contemporánea hecha en nuestro país?

Laura Kumin: Hay que tener en cuenta que el Certamen selecciona entre las coreografías enviadas a cada convocatoria. Hay creadores muy interesantes que no se inscriben en la convocatoria porque no van a estar disponibles en esas fechas. Dicho esto, se nota, por un lado el impacto de la formación reglada en la danza contemporánea en España y la inquietud de jóvenes creadores recién graduados. Necesitan un tiempo para liberarse un poco de los cánones de su formación para poner al servicio de su propia voz las herramientas que han aprendido. Por otro lado están quienes tienen una formación más ecléctica. Me parece muy interesante la cantidad de proyectos y espacios independientes que se están creando. Hay un gran deseo de comunicarse y dialogar con diversos públicos, y está claro que hay temas candentes, como la desigualdad, el medioambiente, la identidad.

 

La oferta siempre sobrepasa las oportunidades habitualmente disponibles. La danza contemporánea sigue buscando su sitio en España, pero creadores y compañías son más proactivas. Si estos sitios no se presentan, o si son escasos, se buscan nuevas oportunidades para crear proyectos y espacios propios. Estas iniciativas son esperanzadoras.

 

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