Foto de portada: Micaela Portillo, Paula Gironi y Sáhara Peña en De sexual e-idad
De dónde viene Incierta Incertidumbre, quiénes sois y como queréis trasladar vuestro mensaje al público…
Daniel Guerro: Somos un colectivo artístico formado por Claudia Abad, Paula Gironi, Daniel Guerro, Raquel Fuentes, Marta Oltra y Andi Pan Ye. Todas íbamos juntas a clase en el Laboratorio William Layton y ya desde ahí empezamos a tener una misma visión sobre las Artes Escénicas en función de lo que hacíamos o veíamos. A partir de ahí ya tuvimos claro la línea que queríamos seguir, teníamos claro que queríamos hacer textos propios, porque sentíamos que teníamos mucho dentro… Nos ha costado mucho arrancar porque hemos ido bocetando varias cosas hasta dar con el hilo del que hemos tirado al final, que ha sido este montaje. Paula entró en el Master de Creación Teatral de la UC3M, dirigido por Juan Mayorga, y fue el empujón definitivo para crear esta propuesta.
¿Cuál es esa visión en la que convergíais todas? ¿Cuál es ese tipo de teatro?
Daniel Guerro: Todo tiene que ver con la incertidumbre vital en la que nos movemos, y de ahí el nombre que le hemos puesto a la compañía. También están siempre los temas que nos preocupan a nosotras mismas, no tanto a nivel artístico, sino personales y fue la sexualidad el tema que nos tocó más a todas y que tomamos como punto de partida. También nos interesan temas muy apegados a nuestros lugares de origen que tienen que ver con la tradición y el folclore.
Paula Gironi: Al final, cada una tenemos inquietudes que convergen pero que también son muy diferentes desde dónde nacen y al ser nuestro primer trabajo, estamos en esa búsqueda también de nuestro propio lenguaje y sobre todo el querer ir un poco más allá de lo que veíamos habitualmente en los escenarios o ver algo que realmente nos impactase y sentir que era un camino parecido a ese el que queríamos coger. En eso es lo que estábamos de acuerdo.
¿Me podéis poner algún ejemplo de algo que os impactase mucho? Para ubicaros en ese camino…
Paula Gironi: De la manera de hacerlo nos impactó Los hijos de Grecia, de Los números imaginarios, una compañía que siempre ha sido como un referente. Fueron 12 horas de propuesta y se me pasaron en un suspiro y me llevó a pensar en que hay formas de hacer teatro que verdaderamente funcionan y es a lo que aspiramos nosotras.
Daniel Guerro: Paula y yo fuimos juntas a ver esa obra y salimos de allí extasiados.
De sexual e-idad es vuestra primera propuesta, una obra que habla de sexo, pero lo habéis tratado de una forma valiente y novedosa, no es una obra de texto al uso sino que jugáis con otros lenguajes más cercanos a la danza o al teatro físico. ¿Es esa la forma en la que queréis construir?
Paula Gironi: Yo, personalmente sí, así es como quiero trabajar. Yo he hecho mucho deporte toda la vida y el cuerpo siempre ha estado presente. Mientras estudiaba siempre me decían que sacara la fuerza y la energía del cuerpo. Yo me centré en eso y ahora no concibo otra manera de transmitir.
¿Por qué ha sido el sexo ese primer tema elegido?
Paula Gironi: Porque es un tema que me inquietaba desde hacía meses, para empezar porque yo estoy descubriendo mi propia sexualidad y porque conocí un caso cercano de abuso infantil que me impactó mucho y no era consciente de todo lo que eso conlleva. Todas esas cosas empezaron a bullirme por dentro, el cómo me relacionaba yo con el sexo, el cómo me afectaban las cosas y quería hacer algo con eso.
Sáhara y Micaela formáis parte del elenco, pero no de la compañía. ¿Cómo llegáis a esta propuesta?
Sáhara Peña: A ellas yo las conocía de clase, aunque no teníamos relación. Fue en una fiesta en la que coincidimos cuando empezamos a hablar sobre el teatro, sobre lo que nos gustaba, sobre lo que querríamos hacer.
Paula Gironi: Y algo importante que también nos unió es que ambas teníamos claro que queríamos vivir de esto, que íbamos a muerte en nuestra carrera dentro de las Artes Escénicas.
Sáhara Peña: Sí, eso es algo en lo que también coincidimos, que teníamos ese compromiso y que estábamos dispuestas a sacrificar cosas por conseguirlo, algo extensible a todas las que estamos en esta mesa. Y en eso que nos dimos cuenta que había muchas cosas en común, esa misma energía y nos enamoramos. Y a partir de ahí, Paula ya me comentó la idea que tenía, me invitó a los primeros ensayos y aquí estoy.
Micaela Portillo: Yo llegué un poco más tarde al proyecto, cuando ya estaba todo un poco más esbozado y me enamoré de lo que se estaba gestando.
Porque tú, Paula, ¿ya tenías el trabajo esbozado en tu cabeza?
Paula Gironi: Yo tenía claro de lo que quería hablar pero no sabía ni el cómo ni con quien hacerlo. Entonces, gracias a hacer el Máster de la UC3M, tenía un espacio gratuito para ensayar y hacía sesiones abiertas con gente que venía y así fuimos creándolo todo.
Sáhara Peña: En esos ensayos abiertos ya se veía el enorme trabajo de Paula con el cuerpo y me encantaba. Yo no soy bailarina y fue muy guay ese proceso corporal, de ir creando cosas con nuestro cuerpo y daba igual que no fuéramos profesionales del baile o del gesto, era cuestión de ser nosotras y expresarnos como somos en realidad. Queríamos investigar cómo se mueve cualquier cuerpo, porque al final todas nos movemos.
Micaela Portillo: Yo sí he hecho baile, pero tampoco soy bailarina y también me sentí atrapada por la propuesta de Paula y la forma de contarlo. Esto que cuenta Sáhara tiene mucho que ver con la sexualidad, a la que tú te acercas sin tener ni idea de lo que es, sin conocerte a ti misma, y eso es lo que queríamos transmitir al movernos sobre el escenario.
La verdad es que parece que las cuatro acabáis de salir de una escuela de baile, porque los movimientos son precisos…
Sáhara Peña: Fue y es un trabajo de investigación, de escucharnos mucho, de dejarnos llevar, pero hay mucho trabajo detrás, claro. Es una propuesta valiente porque sabíamos que no era el vehículo de expresión en el que nos podíamos sentir más cómodas, pero al final nos permitimos escuchar al cuerpo y dejar que se moviese para transmitir lo que queríamos.
Creo que valiente es una palabra que define muy bien vuestro proyecto, para ser el primero… ¿Cuánto de vosotras mismas hay en la obra? Porque a ti, Raquel, hay un momento en el que sales de escena y yo te vi muy emocionada.
Raquel Fuentes: hay mucho de cada una de nosotras como mujeres, por supuesto, pero también de vivencias que ha tenido gente a nuestro alrededor y que al final todas comprendemos y sentimos de la misma manera. También es verdad que yo soy una persona muy sensible (risas), pero es verdad que hay temas que te tocan más por lo que has vivido y eso se nota también a la hora de hacer la obra.
Sáhara Peña: Cuando te pones a hablar de sexo muchas veces cuesta contar las cosas complicadas que te han pasado, esas cosas que te han dado vergüenza no es fácil compartirlas. Y nosotras hicimos un trabajo de abrirnos entre todas y contarnos todas esas cosas. Y lo mismo con toda la gente con la que hemos hablado en el proceso y que nos han permitido conocer su sexualidad de forma más amplia y aunque al final todas las personas vivimos nuestra sexualidad de manera única sí que nos dimos cuenta que hay muchos puntos que convergen con el resto de personas.
Paula Gironi: El proyecto, de hecho, nació por eso, por yo darme cuenta de que mis problemas eran muy comunes y mis cosas raras eran muy comunes y mis cosas buenas también lo eran. Y en esta obra, lo que hemos hablado muchas veces es que cualquiera de las cuatro puede hacer cualquier papel. Nos sentimos identificadas las unas con las otras en todas las situaciones.
Micaela Portillo: aunque todos los textos los ha escrito Paula, creo que ha tenido la capacidad de reflejar cosas por las que todas hemos pasado. Es verdad que somos cuatro mujeres de una edad parecida, que hemos crecido en una cultura que nos ha educado de la misma manera y hay muchas cosas que compartimos porque si algo de lo que se cuenta en la obra no te ha pasado a ti le ha pasado a alguien que conoces, con lo cual empatizas de una manera tremenda con ello. Había un interés en abrir melones y generar debate, no con la idea de resolver nada, sino para que la gente -sobre todo las mujeres- se mire, piense y hable sobre su sexualidad.
Esas lágrimas que vi en Raquel cuando se sienta fuera de la escena representan un poco la sororidad de las mujeres, de lo que tenéis que vivir con respecto al cuerpo y al sexo muchas veces.
Paula Gironi: En el caso de la escena de Raquel sí que hay algo con lo que la mayoría de gente se siente identificada y conecta, porque ¿a quién le gusta 100% su físico? ¿quién se siente totalmente cómodo con su cuerpo?
Esa escena es tremenda…
Sáhara Peña: Pero hay algo que tratamos en la obra que es no señalar con el dedo o culpabilizar al público, que es algo que no nos gusta nada cuando lo hemos visto, porque es una manera de acercar determinados temas que al final acaban generando rechazo en los espectadores. Nosotras hemos planteado una realidad y queremos que el público conecte con ella y entren en la historia de la manera que quieran. No queremos señalarles. Solo queremos que nos acompañen a lo largo de varios temas que suceden alrededor del sexo y del cuerpo, pero sin entrar en nombres concretos o casos concretos.
Y luego hay una cosa que también ha trabajado mucho Paula que es con el contraste, porque le recordaba mucho a cuando mantienes una relación sexual, ese acercamiento sexual en el que entran en juego cosas malas, cosas buenas, cosas conocidas, cosas desconocidas…
Paula Gironi: Es que en un segundo cambia todo, hay una línea muy fina entre estar muy a gusto con alguien y de repente que todo se vaya a la mierda.
Sáhara Peña: Sí, y de repente es muy íntimo y de repente muy incómodo…
Eso sí que lo dejáis patente en la obra.
Paula Gironi: Esa era la idea (risas).
Daniel Guerro: Creo que también hay algo que se ha trabajado mucho el ver de qué forma el discurso que teníamos sobre el escenario cómo lo podíamos expresar para que no causara ese rechazo al que hacía referencia Sáhara. Hemos debatido mucho y hemos pulido mucho desde dónde se dice el texto, qué es lo que queremos contar y cómo se quiere contar. En todos los ensayos abiertos que hemos tenido hemos recibido muchas impresiones de muchas personas que han ayudado a nutrir el texto y eso se nota también en la propuesta. Paula ha escuchado muy bien y desde su perspectiva y su sensibilidad ha sabido transmitir cosas, que como venimos diciendo, a todas nos resuenan.
Sáhara Peña: Y también porque tenemos claro que esta obra va a generar ciertos prejuicios desde el principio, es una obra en la que cuatro mujeres van a hablar de sexualidad, entonces se esperan cosas.
Micaela Portillo: Está implícito. Nosotras no tenemos intención de hacer apología de nada, pero es que el cuerpo femenino ya es político en sí mismo.
¿Es una obra que sigue viva?
Sáhara Peña: La obra, desde que se estrenó en el Máster, ha cambiado. Vino muy bien hacer la muestra en ese momento para ver qué cosas funcionaban mejor y cuáles no.
Raquel Fuentes: El proyecto ha evolucionado mucho desde esa primera puesta en escena.
Paula Gironi: También nosotras.
Micaela Portillo: Sí, eso quería apuntar, que la obra no ha cambiado tanto en forma desde esa primera representación, pero sí en fondo. Desde junio hasta ahora somos nosotras las que hemos cambiado. Para mí tiene mucho que ver con el sexo, cuando más vamos haciendo la función más la vamos entendiendo, más te vas conociendo a ti misma y más compenetrada estás con las demás.
Podéis hacer como Pablo Remón, que tiene la idea de ir revisitando sus textos en función del paso del tiempo como ya ha hecho con Barbados en 2022.
Sáhara Peña: Pues no es coña, lo estamos valorando también (risas). Hemos hablado de cómo sería la sexualidad dentro de 10 años.
Micaela Portillo: Claro, nosotros ahora tenemos vientitantos años y nos preguntamos cómo será hacer esta función con 40.
Sáhara Peña: Y la sexualidad ni siquiera es igual con una misma en cada relación que tienes.
Paula Gironi: Ni siquiera es igual la relación con tu cuerpo a cada momento, así que todo va cambiando, pero sí, estaría muy bien ir revisitando esta obra a medida que cumplimos años para ver cómo nos seguimos relacionando con la sexualidad.
La obra está estructurada en cuatro partes que abarcan cuatro temas alrededor de la sexualidad: abuso, el disfrute, los cánones de belleza y el porno cuestionando e interpelando su propia relación con ellos. ¿Por qué el sexo tiene tanta importancia en nuestras vidas y por qué algo que debería ser una forma de expresarse libremente y de disfrute suele ser un foco de conflicto y de dolor?
Sáhara Peña: Básicamente porque el sexo es un elemento de control. El sexo es algo maravilloso, es algo natural, disfrutable… el sexo es lo mejor, pero desde siempre lo han utilizado como una herramienta para controlar a las personas y lo han desnaturalizado. Eso genera que el sexo se haya corrompido y deje de ser algo bueno y algo propio y libre.
Raquel Fuentes: El sexo es algo que pertenece a nuestro instinto animal, cosa de la que hablamos en la obra. Y algo que nace de ahí, natural y libre, acaba siendo una cosa que te paraliza y que no te permite hacer o sentir lo que quieres en ese momento porque te han dicho que eso no lo puedes hacer o porque tú no te puedes sentir de una determinada manera.
Micaela Portillo: El sexo es la razón por la que estamos aquí, que es una de las cosas que decimos en el texto, y se pervierte.
Paula Gironi: El sexo sigue siendo un tema tabú del cual no podemos hablar en libertad.
¿Ni siquiera vosotras que tenéis 15-20 años menos que yo?
Paula Gironi: No del todo. Seguro que ha cambiado muchísimo con respecto a tu época o la de nuestros padres y abuelos, pero sigue siendo un tema complicado del que hablar y en mi caso siento que ha sido un tabú.
Micaela Portillo: Es verdad que hay una gran diferencia entre nosotras con 20 años y tú con 20 años. Se habla más, pero el sexo es un gran reflejo de la sociedad y en el sexo reproducimos esos patrones de desigualdad, de abuso de poder, de machismo… esas mismas dinámicas de las que bebemos en la vida se acaban reflejando en el sexo. Y por eso se sufre mucho, porque el sexo es algo tan propio y tan natural que cuando se pervierte de esa manera nos hace sufrir mucho. Y al ser consciente de muchas cosas, y para eso la obra ha sido un gran viaje de desarrollo personal en ese sentido aunque no haya nacido de la autoficción propiamente dicha como ya te hemos comentado, me apena que no hayamos cambiado tanto, que no hayamos sido capaces de subvertir el orden de las cosas y adueñarnos de nuestro sexo. Aunque podamos hablar de sexo con nuestras amistades no se ‘habla’ verdaderamente de sexo, porque no nos damos cuenta de hasta qué punto reproducimos conductas que nos hacen daño.
Paula Gironi: Dejando siempre de lado lo que tú quieres realmente.
Micaela Portillo: Y es que la idea de que uno de los primeros contactos que se tenga con el sexo en la vida sea a través del porno ya es demencial. ¿Cómo voy a desarrollar mi sexualidad de una forma sana, natural y libre si mi primer contacto con el sexo es ver porno? Es imposible.
Sáhara Peña: Y todo se retroalimenta, reproduces las conductas que ves en el porno en tus relaciones sexuales, eso lo trasladas a tus relaciones sociales, esas conductas sociales las trasladas al sexo… y así se construye un sistema de pensamiento muy cruel e insano en la mayoría de los casos.
Uno de los motivos de mi entrevista, además de para hablar de vuestro trabajo, era por ver cómo las nuevas generaciones os relacionáis con el sexo y me da pena constatar que el sexo sigue sin estar en la conversación, que sigue dejando mucho que desear la educación sexo-afectiva tanto en casa como en la escuela.
Paula Gironi: Pero es que encima cuando se habla tampoco está bien, porque nos está pasando que la obra no la quiere nadie…
Daniel Guerro: Yo recuerdo que la única vez que nos hablaron de sexo en clase fue en 4º de la ESO y fue una charla de sexo heterosexual, con lo cual a mí no me sirvió para nada.
Micaela Portillo: Y la penetración como única cosa existente, y no vayas a quedarte embarazada y miedo, miedo, miedo…
Sáhara Peña: Y nunca nos enseñan a cómo disfrutar de nuestro cuerpo.
Paula Gironi: Es la negación siempre por delante.
Raquel Fuentes: Y a nosotras siempre nos dicen que tengamos cuidado de que no nos violen, en vez de decirles a los hombres que no hay que violar.
Seguimos arrastrando los mismos problemas de siempre…
Raquel Fuentes: Desgraciadamente así es.
Sáhara Peña: Hay una cosa que ha marcado mucho y es cuando mi padre vino a ver la función nos fuimos después de tomar algo y me vi tomándome una cerveza con él y mi padre empezó a abrirse conmigo con respecto al sexo y empezó a contarme cosas y fue un momento maravilloso en el que mi padre por primera vez me hablaba de sexo. Y fue una conversación natural y no pasó nada. También otro día vino un grupo muy grande hombres cis-hetero y coincidimos en el bar tomando algo también y yo les escuchaba hablar y decían que ellos, siendo amigos de muchos años, nunca habían hablado de estas cosas y coincidiendo en aspectos que les pasaban a ellos y sus parejas… Y es algo muy bonito que nos pasa con la obra, que podamos propiciar este tipo de conversaciones más profundas sobre sexo.
Daniel Guerro: El temazo más fuerte de esta obra es la recepción en los padres y madres, claro. Era un reto ver cómo se han acercado al texto y como lo han sentido. Y luego vernos tras la representación.
Paula Gironi: A mí es algo que me daba bastante miedo, la reacción de nuestras familias, porque asumo que no es una obra complicada en muchos aspectos. Pero al final ha sido un regalo hacerlo.
Es que os exponéis muchísimo a nivel emocional.
Sáhara Peña: Además, como es un trabajo en el que estamos constantemente interaccionando con el público a mí me da mucho vértigo cada vez que salgo a escena, ya no solo por todo lo que nos exponemos, como dices, por todo lo que transitas sino porque todo eso lo hacemos entablando un contacto visual cercano con los espectadores y en cada función es alguien distinto.
Paula Gironi: El pase al que tú viniste fue de los más duros que hemos tenido. Lo pasamos bastante mal. Fuisteis un público muy duro.
Raquel Fuentes: Nosotras bebemos mucho del público, de esa energía que nos transmite y ese día no teníamos ni idea de lo que se os pasaba por la cabeza. Había cero reacción ese día.
Paula Gironi: En otra función vinieron todas mis amigas y también fue muy duro porque yo las veía a todas llorar, pero bueno, en el fondo sabías que algo estabas provocando, pero la función que tú viniste a ver a exlímite nos costó por lo contrario.
Micaela Portillo: Y luego hay funciones en las que la gente se harta de reír… nunca sabemos. Sabemos que es una función en la que se tratan muchas cosas, en la que también bailamos y hay lugar para la fiesta y da para todo.
Sáhara Peña: Es una obra que te tiene en tensión todo el rato, porque no sabes lo que te va a llegar a cada momento.
Y también os exponéis a nivel corporal.
Micaela Portillo: La propia obra sigue viva cada día como te hemos comentado ya. El trabajo con el cuerpo está muy medido, pero también hay algo de improvisación, de movimientos que se sienten en una misma. Antes de cada función nos preguntamos las unas a las otras: “¿qué tal el cuerpo?”, para ver qué onda llevamos.
Sáhara Peña: Y hay días que hemos hecho funciones estando malas, con fiebre o algo así, y esa exposición se nota más.
Paula Gironi: Porque al final estamos en ropa interior y claro, puede pasar que tengamos la regla o que te pueda bajar justo en ese momento y es algo que nos hemos preguntado, que puede pasar que se vea un manchurrón ahí.
Raquel Fuentes: Y estamos sudando y se puede ver el flujo y empiezas a pensar: joder, a ver si me voy a manchar y se va a notar, pero luego es cómo, cariño, que estamos hablando de sexo, no pasaría nada.
Paula Gironi: Pero es una conversación que sale.
Sáhara Peña: Igual que sigue saliendo cada vez la conversación de salir en ropa interior, algo que no nos resulta fácil a ninguna de las cuatro, pero por eso la obra está viva cada día, porque nuestras pulsiones van cambiando, pero para eso está la red que hemos construido las cuatro sobre el escenario y fuera en la que nos sostenemos las unas a las otras.
Mi sensación es que llega un momento en el que no se ve cómo vais vestidas, a pesar de todo esto, porque creo que se mira más allá con vuestro trabajo, lo que estamos viendo es un retrato de vuestra alma, del alma de muchas mujeres que se sienten como vosotras las representáis.
Sáhara Peña: De hecho, se trabajó mucho el no sexualizarnos si no era necesario, porque se planteó el hecho de ir desnudas.
Raquel Fuentes: No había que sexualizar nuestros cuerpos más de lo que el público pudiera hacer.
«Nunca nos enseñan a cómo disfrutar de nuestro cuerpo»
Creadoras jóvenes que tenéis un mensaje que transmitir muy importante.
Raquel Fuentes: Eso es lo que queremos. En mi caso, cuando mi madre vino a ver la obra, su pareja se echaba las manos a la cabeza por las cosas que decíamos y mi madre le soltó que es que así es como se dicen las cosas, así es como se habla de sexo.
Micaela Portillo: Todo el mundo nos dice que esta obra debería verse más, que tendríamos que hacerla más, llevarla a institutos… pero claro…
Paula Gironi: Nos está costando poder transmitir ese mensaje porque nadie la quiere programar de momento. También es verdad que nuestro primer trabajo, pero no sé, está siendo complicado.
Sáhara Peña: A mí me interesaría mucho que la vieran jóvenes, pero no va a ser el caso me da.
Paula Gironi: Es que hablamos muy explícitamente de sexo y así no es fácil que la programen ni en institutos ni en ayuntamientos, pero al final es lo que defendemos, poder hablar así de claro.
Nosotros en la intimidad hablamos así, conocemos y usamos el lenguaje del sexo y mientras se haga en libertad y todo con consentimiento…
Paula Gironi: Ya, y eso transmitimos en los monólogos del principio, pero aún así son complicados, lo sabemos, pero queremos hacerlo así.
Micaela Portillo: Sí, hay gente que lo pasa mal en ese rato. Una amiga mía vino y se moría de la vergüenza en uno de esos monólogos, aunque luego fuera tomando unas cervezas podamos hablar de sexo de la misma manera o peor, pero que alguien te lo diga mirándote a los ojos en una sala de teatro pues no es fácil, pero ya te digo que queríamos romper así.
Paula Gironi: Es por lo que apostamos.
El otro día escuché a una referente como es Henar Álvarez en uno de sus momentos maravillosos en Buenismo Bien hablar del amor romántico, de cómo es una idea del sistema capitalista que se le vende a la mujer como forma de control, al igual que el sexo. ¿Cómo os sentís las nuevas generaciones con respecto a esta idea del amor romántico? ¿Seguís viviendo bajo esas premisas o ya estáis interiorizando eso que llaman el amor líquido u otras formas de relacionaros?
Daniel Guerro: Yo justo he tenido hace poco una charla con una persona para aclarar lo que nos estaba pasando y yo no lo tengo muy claro. No sé si lo que me pasa o lo que estoy haciendo es lo que me apetece de verdad o lo hago porque tengo que hacerlo para seguir unos patrones y tengo que hacer un ‘check’ en todas esas cosas como el amor romántico, no lo sé.
Micaela Portillo: Para mí es importante diferenciar el amor romántico como estructura relacional o el amor romántico como simplemente amar a una pareja. Yo estoy a muerte con el amor de todos los tipos libres que haya. Con lo que dices de amor líquido yo no sé si es un concepto que tenga sentido, porque no sé si eso es amor… pero dentro de eso y de la educación que hemos recibido hay cosas que seguimos reproduciendo en parte, pero intentamos desmarcarnos un poco de la posible toxicidad que hay en esa idealización del amor romántico.
Sáhara Peña: Yo creo que hay una búsqueda de ser honesta contigo misma, y creo que como mujer eso es algo primordial.
Paula Gironi: Creo que estamos desaprendiendo muchas de las cosas que tenemos en la mochila y estamos buscando aquello que nos hace bien o nos interesa o queremos con respecto al amor. Estamos a muerte con el amor, como dice Micaela, aunque en la obra no hablemos de ello.
Daniel Guerro: De hecho, tenemos en la cabeza como compañía otro proyecto sobre el amor romántico y tratarlo desde ahí, porque en esta obra hablamos de la sexualidad desde el cuerpo, pero no del amor.
Lo que pasa es que el amor también puede ser un limitante a la hora de vivir el sexo, puede que muchas veces esa estructurada de pareja va en contra de eso que habláis que es lo de escuchar al cuerpo y sentir lo que te apetece, por eso os preguntaba, si vuestra generación viene a subvertir muchas de esas reglas sobre las que estamos construidos, pero que no sé hasta qué punto es un constructo que nace del deseo personal o es un constructo social para limitarnos como individuos.
Paula Gironi: Sí, creo que estamos en eso. Nosotros al menos lo estamos, también es verdad que depende del círculo social en el que te muevas, porque luego a lo mejor vamos a nuestros pueblos, por ejemplo, y son pensamientos totalmente distintos entre gente de nuestra edad. Pero nosotras sí estamos en eso y el monólogo que hacemos sobre el LIDL va un poco por ahí.
Micaela Portillo: Creo que aunque nosotras estemos tratando de ser honestas con nosotras mismas y aunque podamos rechazar las cosas que nos parecen opresivas de la idea de la estructura relacional del amor romántico, obviamente el temazo es tener el respeto para que cada persona, igual que vive el sexo de una forma individual y libre, pueda vivir el amor de la misma manera. Por eso digo que no tenemos nada en contra del amor, en ningún sentido.
Sáhara Peña: Lo importante es descubrir con lo que tú verdaderamente te sientes cómoda y tener ese respeto que dice Micaela por las otras personas, da igual su condición.
Daniel Guerro: En mi círculo lo que más prima ahora mismo es la comunicación y el entendimiento entre las personas implicadas en una relación.
Paula Gironi: Y el respeto también y el cuidado y saber lo que a una misma le apetece y saber comunicarlo.
Micaela Portillo: No lo hablamos como tal, pero también hay gente que no quiere relacionarse con su sexualidad y es igualmente respetable. El audio del final de la obra lo que recoge es eso, que la sexualidad es una cosa polifónica y válida mientras haya respeto y libertad entre uno mismo y para con los demás. Pues con el amor básicamente lo mismo.
Sáhara Peña: Ya te contaremos cuando hablemos del amor (risas).
Por la cercanía y el respeto que le tenemos a la labor que hace MACOMAD, quiero mencionar que formásteis parte del Mentoring y Acompañamiento a la Creación emergente, dentro de los III Encuentros Iberoamericanos Macomad. También habéis formado parte del maravilloso proyecto que tiene exlímite. ¿Cómo valoráis esas experiencias?
Daniel Guerro: Lo primero es que estamos muy agradecidos por la oportunidad que nos han brindado desde los dos sitios. Acabamos de salir del huevo, es nuestra primera pieza y fue genial formar parte de dos proyectos así. Macomad nos dio la oportunidad de conocer a otras creadoras y creadores y eso es muy bonito, porque al final estamos metidos en nuestros proyectos, en nuestras ideas y no miramos muchas veces lo que hay alrededor y está guay conocer a gente que está pasando por situaciones parecidas a la nuestra. Fueron muy enriquecedoras esas charlas.
Sáhara Peña: Sobre todo se daba mucha importancia a generar una red sana, una red de respeto entre compañías, entre trabajadores del sector, ver que estamos todas en lo mismo, que sea un trabajo creativo a mayor escala, que nos apoyemos a nivel artístico y que nos cuidemos.
Micaela Portillo: Esos cuidados de los que te venimos hablando en nuestras relaciones afectivas, trasladarlos también a nuestro entorno laboral, no sólo con gente que crea, sino también con gente que produce, con gente que distribuye, con los medios de comunicación…
Lo que estáis diciendo es muy importante ya que formáis parte de una generación que va a recorrer un largo camino juntas dentro de las Artes Escénicas, que tiene que venir a renovar el sector, así que mejor hacerlo buscando puntos en común y sinergias. Tenéis que crear sector, no solo centraros en crear obras.
Paula Gironi: A mí algo que me marcó fue que me dijeron que cada persona con la que trabajamos y trabajaremos en el futuro, todos, tienen un proyecto, igual que vosotras, así que tenemos que valorar el trabajo de todo el mundo, tenemos que conocer su trabajo y poder crear así una red de contactos que nos enriquezca.
Daniel Guerro: Eso genera empatía, conocer a los demás, ver que son personas que sienten como nosotras dentro de esta industria, genera un acercamiento muy necesario. Todos estos consejos que me dieron allí me transmitió como fe en el sector, me di cuenta que no es todo tan frío como parece desde fuera.
Y tenemos también el trabajo de exlímite, que yo creo que hacen una labor muy buena. El espacio que dan a gente que está empezando es maravilloso. A nosotras nos dio la oportunidad de impartir un taller, que de todo lo que nos ha pasado ha sido de las mejores cosas y más impactantes, porque teníamos mucho miedo, no sabíamos si se iba a apuntar alguien y si se apuntaba alguien que serían amigos y conocidos, y no, todo el mundo era ajeno a nosotras. Se apuntó gente a la que le interesaba el trabajo que se viene haciendo en exlímite, pero, a raíz de eso, nos pudieron conocer también a nosotras, y al revés, gente que puede venir a vernos y pueda descubrir todo lo que se hace en exlímite.
Sáhara Peña: Fue muy guay poder enseñar el proceso de nuestro trabajo a gente ajena, gente a lo mejor que estaba simplemente interesada en la sexualidad, fue fantasía.
Raquel Fuentes: Y que se pudieron poner en nuestra piel y experimentar todas las dudas que hemos tenido nosotras durante el proceso de creación.
exlímite ha venido a hacer las cosas de otra forma y es de agradecer. No significa que otros modelos sean malos o peores, pero está muy bien ver que se pueden hacer también proyectos así.
Paula Gironi: Para nosotras ver que modelos así pueden funcionar es genial, la verdad.
Micaela Portillo: Nosotras no hacemos nada sin salas, pero las salas tampoco hacen nada sin las compañías, así que volvemos a lo mismo de generar tejido y de cuidarse unas a otras. Y para mí es guay pensar que Juan (Ceacero, impulsor de exlímite) me dio clase en primero en la escuela de Nave 73 y ver que ahora estaba sentado viendo la función el día que tú viniste y que nos ha acogido en su espacio es algo muy fuerte.
Sáhara Peña: Y volvemos a los cuidados que decíamos antes. En exlímite se nos cuida mucho, se cuida mucho la labor creativa y se preocupa por los proyectos que se están desarrollando. Y eso a los creadores nos motiva y es un aliciente extra. Así que gracias exlímite.
Hay una frase que decís al final sobre la realidad…
Micaela Portillo: La digo yo en la obra sí. «Te das cuenta de que la realidad a la que tuviste acceso no era la realidad que creías, no era la realidad que querías, no era tú realidad», esa es la frase.
Para terminar esta maravillosa charla, ¿me podéis contar cuál es vuestra realidad como creadoras o a nivel personal? Lo que queráis.
Daniel Guerro: A mí personalmente y a nivel profesional, lo que me está dando esta obra es ganas de ser valiente y de lanzarme sin pensar en lo que está mal, sin medir tanto, ni esperar al momento exacto o tener el conocimiento adecuado para crear o conocer a alguien o disfrutar con mis amigos. Quiero lanzarme y vivir.
Sáhara Peña: Yo tengo ganas de seguir creando de la forma en la que hemos empezado a hacerlo que, bajo mi punto de vista, creo que es muy honesto. Hay algo de transparencia que me agrada. Y a todo lo que ha dicho Dani, que comparto, también este proceso me está haciendo sentir que mi trabajo es válido y quiero dejar de autoboicotearme constantemente. Quiero seguir creyendo más en nosotras y en nuestro trabajo porque tenemos derecho a estar aquí (se emociona).
Micaela Portillo: Yo quiero seguir creando, con este grupo y en general. Todas estamos aquí porque tenemos claro que esto es lo que queremos hacer con vuestra vida, tanto el poder expresar lo que llevamos dentro como poder compartir proyectos con otras personas que tengan inquietudes y necesidades parecidas. Esto es lo que nos mueve.
Paula Gironi: Yo, por mi manera de ser, siempre tiendo a quedarme con lo negativo y esta obra me está cambiando a todos los niveles, personal y profesional y estoy muy feliz de conectar así con ellas. Ya no tenemos más funciones previstas y esa incertidumbre te atenaza y da miedo, pero gracias a esa red que estamos tejiendo y a la que ya hemos hecho alusión, puedo mirar más allá y seguir, porque esto es lo que quiero.
Raquel Fuentes: Yo quiero seguir descubriendo todas las cosas nuevas y bonitas que espero que esta profesión tenga para mí y para ellas.