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Flores, haikus y circo para La Quinta en flor de Espacio Abierto

«Este tipo de proyectos son un reto para cualquiera. Te exigen mucho y se crean grandes expectativas que no puedes defraudar»

Hablamos con Javier Jiménez, director artístico de la Escuela de Circo Carampa, sobre el evento de Espacio Abierto La Quinta en Flor, que tendrá lugar el 24 y 25 de febrero. Carampa, que ya fue responsable del espectáculo creado en septiembre para La Quinta Cosecha en el mismo lugar, volverá este mes a crear, bajo el título de Flores, haikus y circo, una experiencia festiva para celebrar la floración de los almendros del Parque de la Quinta de los Molinos que alberga el espacio municipal dirigido a la infancia y lxs jóvenes.

Conoceremos a Bashuo, un sabio poeta japonés, que compone haikus en su granja acompañado de su familia, amigos y discípulos. Junto a él, viviremos un ritual maravilloso, impregnado con aromas poéticos llegados del lejano oriente, para expresar nuestro respeto a la naturaleza y celebrar la alegría del ciclo de la vida.

 

 

Decía Carlos Gardel que 20 años no eran nada. Y 30, para Carampa, que los cumple este año, ¿qué son?

30 años es la confirmación de que nuestra idea de crear la escuela era acertada y que hemos sabido llevarla a cabo con rigor y profesionalidad a pesar del poco reconocimiento institucional hacia nuestra labor. En muchos países de Europa nuestro proyecto tendría un reconocimiento y un apoyo sólido por parte de las diferentes instituciones, cosa que en España no ha sucedido.

 

¿Cómo anda de salud últimamente el circo en general y vuestra Escuela, y compañía, en particular?

El circo siempre ha tenido buena salud aunque desde siempre nos han querido ver en la UCI, con afirmaciones como las de que el circo está muerto, o el circo vive sus últimos coletazos… El circo lleva renovándose desde la década de los 80 del siglo pasado, pero en el imaginario colectivo sigue anclado en una visión caduca y llena de prejuicios y lugares comunes. Yo soy de los que piensan que el circo actual es el arte escénico más vanguardista de todos y que sus nuevas propuestas han revolucionado la manera de hacer y ver el circo.

 

Esta temporada habéis recibido el encargo por parte de Espacio Abierto de realizar las producciones de La Quinta Cosecha, que ya hicisteis en septiembre, y La Quinta en Flor, ahora, el 24 y 25 de febrero. Pero tu relación con el espacio viene de mucho más atrás.

Tuve la suerte de que, la directora de Espacio Abierto me llamara para hacer una creación en su pequeño auditorio también inspirado en los almendros. El espectáculo se llamó Mándorla y lo exhibimos durante la pandemia por lo cual tuvimos la oportunidad de programarlo de nuevo más tarde. El espectáculo reunía música en directo, magia, ventriloquía y circo. Tuvo mucho éxito, aunque por las circunstancias del momento y el tamaño del auditorio nos vio poca gente. Todo el equipo artístico, la dirección de Espacio Abierto y yo mismo quedamos muy satisfechos con el resultado.

Espacio Abierto es un lugar excepcional y la programación está muy cuidada y tiene muy buen gusto. Yo conocía el lugar precisamente porque los espectáculos que se programan son muy de mi agrado, ya que mi formación, además de circense, tiene que ver con las marionetas y el teatro de objetos, que son como algunos de los espectáculos que se pueden ver ahí.

 

<i>Flores, haikus y circo</i> para La Quinta en flor de Espacio Abierto en Madrid
Foto: Álvaro Reinhardt / Madrid Destino. Imagen de La Quinta Cosecha de septiembre de 2023.

 

¿Cómo fue la experiencia de septiembre? ¿qué montasteis para la ocasión?

En septiembre la idea era hacer una fiesta popular, algo festivo y circense para toda la familia. Que tuviese humor y fuese participativo. Se nos ocurrió que el propietario de la Quinta podría ser un marqués enamoradizo que había organizado una gran fiesta en su palacio para festejar la cosecha. En la gran zona de los almendros representábamos la cosecha de las almendras. El fruto de los almendros se desperezaba simbólicamente con una pareja de verticalistas que realizaban un número sobre lo que llamamos pulls; cuatro zancudos vareaban coreográficamente los almendros y para llegar a lo más alto un aldeano se subía a un mástil realizando un número cómico. Una joven moza se paseaba entre los almendros subida a un cable de equilibrio mientras los demás miraban embobados. Todo ello aderezado por la música en directo de un trío formado por violinista, violonchelista y guitarra; y una escenografía de cestos de mimbre y utensilios de labranza.

En la pradera cercana al palacete es donde representamos la fiesta del marqués. Dos maestros de ceremonias, dos payasos, se encargaban de conectar con el público y dar paso a los diferentes números de circo: dos aerealistas aparecían desde dentro de unas telas que subían y bajaban al compás, un trío de mano a mano realizaba unos increíbles ejercicios acrobáticos y el mismo marqués hacía sus piruetas subido a una bola gigante. Además, los niños y niñas que participaron en los talleres de circo presentaron sus coreografías con cariocas y telas de paracaídas. Todo se remató con un pequeño almuerzo ofrecido por Espacio Abierto y preparado por La Quinta Cocina.

 

¿Cuáles son las pautas que os han dado en Espacio Abierto para La Quinta en Flor?

Más o menos las mismas que para La Quinta Cosecha, es decir, pocas. Nos han dado bastante libertad. Por motivos de aglomeraciones de público en un parque histórico, como es La Quinta de los Molinos, el espectáculo queda reducido de nuevo a dos espacios: la zona de los almendros y la pradera que está a un lateral del palacete. Es una lástima pues me hubiera gustado contar con otros rincones del parque, pero no ha podido ser. Las pautas que Beatriz de Torres nos ha dado son, principalmente, que cuidemos mucho la estética y que todo lo que hagamos lo realicemos con gusto y con cuidado. Por lo demás, ella siempre está dispuesta a sorprenderse y se entusiasma enseguida, así que eso me ha ayudado a entusiasmarme con el proyecto y a idear estos dos nuevos espectáculos.

 

<i>Flores, haikus y circo</i> para La Quinta en flor de Espacio Abierto en Madrid
Foto: Álvaro Reinhardt / Madrid Destino. Imagen de La Quinta Cosecha de septiembre de 2023.

Te he leído afirmando: “El circo es lo que tiene, es un salto al vacío, andar sobre un cable y mantener el equilibrio, realizar una acrobacia y caer de pie, como si nada”. ¿Este tipo de proyectos, que son tan abiertos a la creatividad, encajan muy bien en esa afirmación?

Este tipo de proyectos son un reto para cualquiera. Te exigen mucho y se crean grandes expectativas que no puedes defraudar. El circo me sirve de metáfora, tanto por la dificultad, como por el riesgo que conlleva meterse en un proyecto de estas características. Pero también reivindico el circo como acción, las diferentes técnicas circenses son un vehículo para conseguir emociones y provocar el asombro.

 

A ti, personalmente, ¿qué es lo primero que te vino la cabeza, a nivel creativo, al pensar en esos almendros en flor de la Quinta de los Molinos?

En este caso lo primero que se me vino a la cabeza fue Japón, porque llevo ya un tiempo pensando en un espectáculo relacionado con Japón, los haikus, el zen y los modales y rituales tan exquisitos que tienen los japoneses. Así que, me dije: ¿por qué no usar algo de lo que ya tenía en la cabeza para esta ocasión? Los japoneses son más de la flor del cerezo, pero toda la estética y la filosofía encajaba perfectamente. Además, vislumbré la rendija por donde podía colar una marioneta -y eso me entusiasmó- y todo comenzó a encajar como un puzzle.

 

Entonces. ¿de esas primeras ideas podremos ver mucho?

Yo soy de los que piensa que hay que guiarse por las primeras intuiciones y perseverar con ellas. Hay, lógicamente, algunas cosas que tienes que cambiar por la naturaleza -nunca mejor dicho- del espacio y las características del proyecto, pero en líneas generales se va a ver lo que imaginé en un principio. No hemos podido volar cometas porque se enredarían con los almendros o lanzar linternas voladoras porque hay bastantes restricciones para hacerlo, pero hemos sabido sustituir estos detalles con otros efectos que nos sirven igual para la idea general.

 

¿Qué otros elementos, temas o filosofía os han servido de inspiración?

Algunos de los que he mencionado antes, todo lo relacionado con el Japón o la cultura oriental: los haikus, los jardines japoneses, los bonsáis, el minimalismo, la filosofía oriental, el zen y el budismo, esa manera tranquila de ver la vida, un humor sutil… También me he inspirado en algunas de las propuestas de los artistas que hemos elegido para el proyecto como, por ejemplo, Celso y Frana de la compañía eia. Su manera de hacer y de entender el espectáculo encajaban perfectamente con mi idea. Solamente tenemos que adaptarlo a las circunstancias específicas del lugar y del proyecto. La inspiración también me viene, indudablemente, del propio Espacio Abierto y el maravilloso parque que nos acoge por unos días.

 

¿Con qué equipo te has rodeado para crear esta producción?

He contado, como en La Quinta Cosecha, con Prisca Salvadores, directora de Bambolea Producciones, para todo lo relacionado con el vestuario y la escenografía. Me gusta rodearme de gente a la que conozco y que sé que lo van a dar todo con generosidad, alegría y mucho talento. No quiero estrellas o divos que puedan crear un mal ambiente. Para mí lo fundamental es trabajar a gusto con gente que sabe escuchar y a las que dejo espacio. Si dejas espacio al equipo al final todo suma. El equipo de producción es el de Carampa con los que comparto una gran confianza mutua desde hace mucho tiempo. Los artistas son todos amigos míos, con un buen porcentaje de exalumnos de Carampa o compañeros de mis tiempos como manipulador de marionetas. Para mí, es importante tener la seguridad de que no voy a tener sorpresas, ni actitudes que rompan la armonía que necesita un proyecto de estas características.

 

¿Qué es lo que se van a encontrar las familias o cualquier persona que se acerque a disfrutar de la experiencia que habéis montado para La Quinta en Flor?

Se van a encontrar con dos espectáculos delicados, con alguna sorpresa que no quiero desvelar, una experiencia que pretendemos que sea poética a la vez que divertida, con mucho circo -portes acrobáticos, aro aéreo, suspensión capilar, verticales, hula hoop, diábolos-, música en directo -una violinista y un acordeonista- y un maestro de ceremonias muy singular. Queremos que las flores del almendro sean una metáfora de la delicadeza y fuerza expresiva de la poesía e invitaremos a todo el público a escribir sus propios poemas para seguir disfrutando de la fiesta una vez acabadas las actuaciones. Recibiremos el feedback en forma de poemas.

 

¿Cómo se estructura cada día? ¿hay un itinerario?

Los dos días se realizan el mismo espectáculo: la primera parte en la pradera cerca del palacete y, la segunda, en el terreno donde están los almendros en flor. Cada uno de ellos dura aproximadamente unos 40 minutos. Entre uno y otro, Espacio Abierto invita a un pequeño ágape. No hay un itinerario por exigencias de los que gestionan este parque histórico. Tienen que cuidarlo y evitar que el público corra para ver algo y buscar el mejor sitio, y que esto pudiera provocar algún destrozo en el parque. Me parece bien y comprensible. Tengo alma de jardinero y yo, si fuese el responsable del parque, haría lo mismo. De esta manera se controla al público y se le acomoda lo mejor posible.

 

¿Cómo se relacionan los talleres que impartís el fin de semana anterior en Espacio Abierto con lo que pasará el 24 y 25 de febrero?

Esta actividad es una propuesta de Espacio Abierto que siempre está muy pendiente de que los niños y niñas que asisten a sus talleres participen activamente, así que nosotros los hemos incorporado al espectáculo, al igual que ya hicimos en La Quinta Cosecha. Para nosotras, que estamos acostumbradas a trabajar con chicxs de estas edades, es un placer que participen en el espectáculo porque siempre es algo entrañable y que suma. Los veremos manejando diábolos y cariocas, y a sus familiares aplaudiendo a rabiar.

 

¿Qué es lo más satisfactorio y lo más complicado de realizar estas producciones específicas para un entorno o institución?

Lo más satisfactorio es que confíen en nosotros después de nuestras anteriores colaboraciones. Esa confianza te da seguridad y alimenta tu imaginación. Después, si todo sale bien, la satisfacción de los artistas, del público y del equipo y dirección de Espacio Abierto te multiplica tu propia satisfacción. Ver al público deseando ser sorprendido y a los niños y niñas atentos a todo es un regalo que tenemos los que nos dedicamos a esto. Lo más complicado es tener que montar y desmontar cada día a pesar de hacer el espectáculo dos días seguidos. Eso nos consume mucha energía y recursos, pero ya lo hemos hecho una vez y hemos comprobado que podemos con ello. El equipo de Espacio Abierto es amable, entusiasta y son trabajadores incansables, siempre a favor, así que trabajar con todos ellos y ellas es un lujo.

 

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