El creador de la nueva producción de La Estampida –Las princesas del Pacífico, Lo nunca vista– que abre la temporada de la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español -del 8 de septiembre al 9 de octubre-, nos habla en primera persona sobre La noria invisible, una historia de adolescencia, interpretada por Belén Ponce de León y Olga Rodríguez, con la que seguro vamos a identificarnos -¡nadie nos hemos librado de pasar por ahí!-.

Preparen su mejor sonrisa con regustito amargo.

 

 

 

La adolescencia invisible

 

 

Por José Troncoso

Foto de portada: La noria invisible ©Susana Martín.

 

Solo volvería a tener quince años porque entonces estábamos todos. Y todos estábamos bien y la enfermedad no era una posibilidad cuando todos éramos eternos, claro está. Todos éramos eternos, todos: Mis padres, mis abuelos, mis hermanas, mis tías… Y por supuesto, yo. Yo, el que más, yo era directamente inmortal.

No siento nostalgia alguna por la adolescencia. No siento nostalgia por lo que no me hizo feliz, no elijo lo malo. Quizá por eso me lanzo a escribir sobre ella en busca de la fricción auténtica que, con un poco de suerte, encienda el teatro.

Haciendo un curso junto a Belén Ponce de León, mi querida, libre y especialísima compañera, ella presentó un ejercicio en el que, vestida de gitana, regalaba libros, bailaba y se desnudaba a su manera en un clownesco acto de rebeldía y autenticidad. A la salida de clase comenzamos a hablar y “La noria invisible” empezó a dar sus primeras vueltas en nuestra cabeza. ¿Por qué?.

En palabras de... José Troncoso en Madrid
El actor, director y dramaturgo José Troncoso.

Siempre he pensado que las cosas más importantes se presentan ante nosotros de la forma más inesperada. Y así aparecieron Juana y Raquel, dos adolescentes que invocadas a su pesar, tendrían la misión, a partir de ese mismo instante, de representarnos en una de las etapas más complicadas de nuestras vidas. Al menos de las nuestras.

Y poco a poco decidí los tropiezos que padecerían en su historia y esos tropiezos fueron conformando irremediablemente su personalidad. Esto es así, nos conviene que a nuestros personajes les vaya lo peor posible, de esta manera el público las seguirá para descubrir cómo consiguen salir de la situación en la que se encuentran, no hay sadismo alguno, nadie las querrá nunca tanto como nosotros, esto es así. De esta manera Juana será la paria del colegio y Raquel, la expulsada, no encontrará en este nuevo más compañía que la de Juana.

 Con quince años todo se magnifica, también los mecanismos de escape de una realidad ingrata. Así, Juana, decide inventar una realidad paralela en la que ella y su amiga sellarán su amistad eterna con sangre y saliva. Para Juana la vida es un videoclip.

Ahora sólo queda la llegada del público, de ustedes, que también tienen asignado un papel en esta historia: No dejar de mirarlas y reíros de ellas o no.

 

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