Casi cincuenta años median entre la composición de La espera (1909), de Arnold Schönberg (1874-1951), y La voz humana (1958), de Francis Poulenc (1899-1963), dos obras protagonizadas por mujeres desquiciadas por el dolor punzante de una separación, el desamor, los celos y el miedo a la soledad… y al silencio. En la nueva producción del Teatro Real las dos óperas se sucederán en orden inverso al de su creación: primero la tragédie lyrique de Poulenc y después el monodrame de Schönberg, ya que el director de escena Christof Loy propone un viaje del realismo de la primera al expresionismo de la segunda, situando ambos dramas en el mismo inmenso espacio doméstico hogareño, lo que refuerza la percepción de sus distintos lenguajes musicales y dramatúrgicos, articulados por el dolor corrosivo e inconsolable de una ruptura amorosa. Para Loy, son «dos piezas radicalmente diferentes pero que comparten la misma temática: la separación, la soledad, el sufrimiento. Vemos hasta qué punto la misma experiencia revela, a la hora de la verdad, la enorme diferencia entre las personalidades de estas dos mujeres. La utilización del mismo espacio escénico para ambas obras quiere subrayar lo que comparten ambas, ese algo común que tienen pese a sus estilos de vida y personalidades tan antitéticas. Es el hecho de encontrarnos en el mismo espacio lo que enfatiza lo diferentes que son, porque ambas lo han adaptado a sus respectivas personalidades y convertido en algo con su sello propio respectivo».
POULENC Y SCHÖNBERG
Desde su estreno en la Comédie Française en 1930, La voz humana, de Jean Cocteau (1889-1963), ha sido interpretada por grandes actrices, tanto en el teatro como en el cine. Pero fue sin duda la ópera de Poulenc la que mejor logró expresar el vertiginoso caleidoscopio de emociones que experimenta la protagonista, interpretada en esta ocasión por Ermonela Jaho, en la última conversación telefónica que mantiene con su expareja, que se casará al día siguiente con otra mujer. Su música logra acompañar, con una orquestación refinada y casi camerística, a la protagonista –y también a su silente interlocutor– en su intento desesperado de atar a su amante con el hilo que les unió –ahora débil como la línea telefónica llena de interferencias, interrupciones y silencios que los conecta– fingiendo, confesándose, recordando, divagando, chantajeando, seduciendo, gritando, llorando, con las frases entrecortadas con las que se va desnudando en su deriva hacia la muerte.
Si en La voz humana la protagonista mantiene la conexión con la realidad, pese al efecto turbador de las pastillas y a su angustia extrema, en La espera, la mujer abandonada, a la que dará vida Malin Byström, pierde la razón en la tormentosa búsqueda del amor que la traicionó, hasta encontrar su cuerpo muerto. Su discurso confuso, entrecortado y delirante evoca ya un estado patológico, con ráfagas de locura y la emergencia de estados del consciente y del subconsciente en sintonía con las tendencias científicas, intelectuales y artísticas de la Viena de Sigmund Freud y Josef Breuer, tan cercanos a Arnold Schönberg. De hecho, el libreto de Marie Pappenheim (1882-1966), entonces una joven poeta y brillante estudiante de medicina -más tarde feminista y autora de una de las primeras publicaciones en defensa del aborto-, parece inspirarse en los casos clínicos de enfermedades mentales, que transformó en materia literaria. Su libreto, escrito en tres semanas, fue transformado en música por Arnold Schönberg, judío como ella, en apenas 17 días. Esta brevedad y emergencia en la creación de la obra puede haber beneficiado la intención del compositor, que buscaba una música fluida, atemática, atonal, libre de corsés formales y con un único y débil apoyo polifónico orquestal, que parece marcar el tiempo de acuerdo con su intención de “representar a cámara lenta todo lo que sucede durante un único segundo, estirándolo hasta media hora”.
Como nexo entre ambas óperas, Rossy de Palma -que participa también en La voz humana- estrenará e interpretará el monólogo Silencio, con textos de Oscar Wilde, Bertolt Brecht y también suyos.
La dirección musical será de Jérémie Rhorer, que volverá a dirigir la Orquesta Titular del Teatro Real casi 20 años después de su debut en el Real, en 2005, cuando se alternó con Marc Minkowski en las funciones de La flauta mágica, con puesta en escena de La Fura dels Baus. Guadalupe Holguera, junto al propio Christof Loy, firma la escenografía, mientras el vestuario corre a cargo de de Barbara Drosihn y la iluminación de Fabrice Kebour.
ACTIVIDADES PARALELAS
12 de marzo, a las 20.15 horas. Teatro Real, Sala Gayarre.
Enfoques: encuentro con Jérémie Rhorer, Christof Loy, Luis Gago (traductor y crítico musical) y Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real.
13 de marzo, a las 21.00 horas / 14 de marzo, a las 19.30 horas. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Biblioteca Nacional de Españ.a
Ciclo de cuartetos de cuerda del Teatro Real. Cuarteto Meta4. El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y la Biblioteca Nacional de España ofrecerán, los próximos días 13 y 14 de marzo, respectivamente, el tercer concierto del Ciclo. Los dos recitales estarán protagonizados por el reconocido cuarteto finlandés Meta4, con la participación de la soprano Tuuli Lindeberg. En el programa, común en ambas citas, se interpretará el Cuarteto nº 2, Op. 10, de Arnold Schönberg, y la Suite lírica de Alban Berg.
17 de marzo a las 11.00 y a las 13.00 horas | Real Teatro de Retiro, Sala Pacífico
¡Todos al Real Teatro! Talleres musicales para toda la familia, con dirección y presentación de Fernando Palacios. Problemas de cobertura: una señora tiene dificultades para hablar por teléfono con su pareja. Con la mezzosoprano Begoña Gómez y la pianista Belén Castillo.
24 de marzo, a las 12.00 horas. Sala principal del Teatro Real.
Los Domingos de cámara: concierto con solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real. Programa:
J. González Granero: Cuarteto de cuerda nº 2, In times of confinement. Estreno mundial.
J. Costa: Hacia la luz
F. Poulenc: Sexteto para piano, flauta, oboe, clarinete, fagot y trompa
E. Dohnányi: Serenata para trío de cuerda, op. 10
M. Weinberg: Trío con piano, op.24
27 de marzo, a las 19h30 en el Círculo de Bellas Artes.
El Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes proyectará El amor (L’amore), la gran película que Roberto Rossellini rodó con Ana Magnani en 1948, basada en su primera mitad en el mismo monólogo de Cocteau en el que está basada la ópera de Poulenc, y que para su segunda mitad contó con la colaboración de Federico Fellini en el guión y en la interpretación.