El Centro Dramático Nacional acoge el estreno de El Golem, el nuevo montaje escrito por Juan Mayorga y dirigido por Alfredo Sanzol que está protagonizado por Vicky Luengo, Elena González y Elías González y se podrá ver en la sala principal del Teatro María Guerrero desde el 25 de febrero hasta el 17 de abril.
Las palabras salvan o matan
Por Javier López
Foto de portada: Luz Soria
Eran momentos de miedo, desesperanza e incertidumbre cuando Mayorga se sentó a reescribir El Golem. El 24 de agosto de 2020, el dramaturgo le envió por mail la obra terminada a Alfredo Sanzol. Lo que, según él, no esperaba era que un año y medio después se estuviera estrenando en el Centro Dramático Nacional habiéndola dirigido el mismo Sanzol. Mayorga define El Golem como “un cuento sobre las palabras, sobre lo que hacemos con ellas y sobre lo que ellas hacen con nosotros. Un cuento que quizá algo tenga que ver con la vida, vivida o soñada”.
La historia parte de una mujer enamorada aceptando un trato: a cambio de que su marido siga siendo atendido por el hospital en que recibe tratamiento, ella habrá de memorizar un texto. Poco a poco, esas palabras que empiezan a ocuparla afectan a su cuerpo, a sus sueños y a su vida.
Sanzol se dio cuenta que ese texto tenía que ver la luz encima de las tablas cuando, en la parada del autobús esperando a que llegara su hijo, pensó en que la forma en la que le hablara determinaría radicalmente su comportamiento.
Esa es la base de El Golem: el cómo usamos nuestras palabras para comunicarnos con los demás y cómo pueden cuidar -y no invadir- al otro. Los estímulos que crean las pantallas e imágenes en esta era digital han provocado que la comunicación oral y cara a cara sea más escasa que nunca, pero como dice Vicky Luengo “las palabras crean realidades”. La actriz ha reconocido que la primera vez que leyó el texto se sintió hipnotizada y sintió que Felicia era el personaje más difícil que le había tocado interpretar en toda su carrera. Ese reto que se le planteaba en forma de una gran montaña que escalar fue más que superado durante los ensayos, admitiendo que “tengo la sensación de que no he trabajado. No sé cómo lo ha hecho Alfredo, me ha dirigido sin darme cuenta y eso es mágico”.
La atmósfera de esa realidad extraña que el personaje de Felicia (y con ella el espectador) irá atravesando durante el espectáculo está creado muy sutilmente por Alejandro Andújar recreando, a nivel escenográfico, un hospital con tintes de thriller y misterio que provoca desorientación y una sensación de dimensiones inabarcables. A este ambiente se ha sumado la música compuesta por Fernando Velázquez y la coreografía del personaje de Felicia que ha marcado Amaya Galeote.
Elías González y Elena González solo han tenido palabras de agradecimiento por formar parte de este proyecto con un “equipo maravilloso”. Un texto que han definido como “extravío” y “perplejidad” y que ahora se presenta en forma de “laberinto” y “caos” para conmover a un espectador que, dados los tiempos convulsos que atraviesa la sociedad, no sentirá la historia tan lejana a su realidad.
