Retrato emocional de una época
Por Sergio Díaz
Ocupados como estamos con el Covid-19 parece que hemos dejado de lado, e incluso olvidado, otros temas que hace unos meses nos ocupaban y preocupaban sobremanera, como los nacionalismos, yihadismos, independentismos y demás luchas intestinas entre identidades que quieren imponerse sobre las demás. Desgraciadamente, tras los luctuosos hechos acaecidos en Francia recientemente con la horrible decapitación de Samuel Paty, y la llegada de un gran número de pateras a nuestras costas estos días, hemos vuelto a poner el foco en esas luchas fratricidas que se larvan al amparo de la religión/la política/el dinero y que están muy lejos de acabarse. Porque no, amiguitos, sufrir juntos esta pandemia del Covid-19 no nos va a unir una mierda, ni nos va a hacer mejores como sociedad en ningún caso.
Y justo ahora nos llega -por fin- este texto de Lola Blasco que aborda este tipo de cuestiones, desde la ilusión generada por la primavera árabe -que luego no fue tal-, el terrorismo, los ajusticiamientos públicos, las guerras en Oriente Medio, los refugiados que intentan llegar a las costas de Europa…
El montaje, dirigido por Marta Pazos (Voadora), se compone de ocho escenas en las que tres personajes diferentes viajan por el Mediterráneo. Tres personajes en un barco, tres civilizaciones, tres formas de entender la religión y el mundo que se encuentran en alta mar con unas balsas llenas de niños refugiados. Este encuentro propiciará una reflexión acerca de los contextos sociopolíticos en los que nos movemos.
Siglo mío, bestia mía es un texto con el que la dramaturga y directora alicantina obtuvo el Premio Nacional en Literatura Dramática en 2016. Es una obra que examina la historia actual y expone la necesidad de promover el amor y la solidaridad. También nos ayuda a entender cómo poder mantener la calma y la cabeza en su sitio ante tanta incertidumbre (muy pertinente también para estos momentos). Partiendo del yo, desde una mirada muy personal, desde sus anhelos, deseos y búsquedas, Lola Blasco realiza un retrato de la época que nos está tocando vivir, un acercamiento a esta crisis que tenemos encima. Una crisis de valores, empatía y humanismo que condena a la pobreza y a la muerte a millones de personas y que se ceba con los más débiles -como siempre ha ocurrido-, las mujeres y los más pequeños. ¿Y todo en nombre de qué? ¿En nombre de quién?