«Creo que la soledad será la gran ‘pandemia’ de los próximos años, sino lo es ya»
Hablamos con esta dramaturga y directora de cine y teatro que cuenta con una larga trayectoria poniendo en pie obras de teatro y cortometrajes. Se trata de piezas comprometidas en las que aborda las relaciones entre los series humanos y todos los tipos de violencia (no solo física) que esas interacciones generan.
Además, Mónica Negueruela López es Licenciada en Medicina, habiendo hecho las especialidades de Psiquiatría y Anatomía Patológica, lo que le otorga un gran conocimiento del alma y la mente humana, y así lo plasma con acierto en cada uno de sus trabajos. Ahora mismo podemos ver su última creación teatral, El lugar más peligroso en Sala Tarambana, una obra sobre cómo se relaciona una pareja y que se representará todos los jueves hasta el 2 de junio.
El lugar más peligroso, en Sala Tarambana
Por Sergio Díaz
Foto de portada: El lugar más peligroso
Estarás harta de que te lo pregunten, pero eres licenciada en Medicina y dramaturga y directora de cine y teatro… y no conozco muchos casos. ¿De dónde nacen ambas inquietudes?
Soy médica porque me gusta diagnosticar. Soy dramaturga por lo mismo. Al fin y al cabo ambas ciencias buscan un conato de eso que se llama ‘verdad’. Algo tan sencillo y tan complicado a la vez de encontrar. La verdad en Medicina y en Dramaturgia es algo que nos reconforta.
Eres especialista en Anatomía Patológica. ¿Fue por el interés de ir hasta la raíz de todo, de llegar a comprendernos a nivel celular?
Vine a Madrid a hacer la especialidad de Psiquiatría. Trabajé durante algunos años como psiquiatra. Durante la residencia de psiquiatría estudié Cine en la Escuela de cine y TV Septima Ars donde aprendí mucho. Después, por razones que no vienen al caso, hice una segunda residencia: Anatomía patológica en el Hospital Clínico San Carlos. La verdad es que la medicina y las artes siempre me han acompañado.
¿Sigues compaginando tu labor médica con la creación escénica y audiovisual?
Compagino la labor asistencial de Patóloga con la dirección de cortometrajes y la dramaturgia. Es una necesidad poder hacer ambas cosas, pero a veces se vuelve una labor casi como hacer malabares.
¿Resulta muy complicado vivir de una pasión como la de escribir y rodar?
Yo ‘como’ de médico, es así. Escribir teatro y cortometrajes y dirigirlos por ahora no me renta a nivel económico. Pero es cierto que hay que hacer un trabajo de ‘picar piedra’ y ser muy constante si quieres llegar a escribir o dirigir algo de calidad.
¿Cómo te ayuda tu formación médica en tus creaciones artísticas?
Como psiquiatra siempre hay vivencias que sólo puedes encontrar en esa especialidad. Como patóloga, aunque estás más desapegada del paciente, hay un momento de máxima intimidad y es cuando haces autopsias. Ese es un momento donde te das cuenta que, en realidad, la vida es un suspiro.
Te podemos ver en Tarambana con El lugar más peligroso. Háblanos un poco de lo que podemos encontrar en este montaje…
El espectador que vaya a ver El lugar más peligroso se va a encontrar con unos actores en estado de gracia (María José Monroy, Laura Lúa y Pablo Hunter). Aunque la pieza no está en clave de comedia, es cierto que hay momentos verdaderamente hilarantes. La obra trata sobre lo que no debemos olvidar en esta sociedad donde se nos ‘infotoxica’ constantemente.
¿Cuál es ese lugar más peligroso al que aludes en tu obra? ¿Es el amor quizá?
¡Sin duda el amor es el lugar más peligroso! Sin embargo, será el espectador el que tendrá que responder a esa pregunta.
Tu anterior obra era Un juego diferente (2021), sobre las relaciones de pareja. El lugar más peligroso es también un retrato sobre las relaciones y las decisiones que se toman. Aparentemente hay bastantes similitudes entre ambas, aunque puede que me equivoque. ¿Te quedaste con ganas de seguir ahondando en el tema de las relaciones?
Un juego diferente (con Sabine Lane y Sergio Jaráiz) trataba sobre la dificultad de mantener una relación a flote cuando las cosas van aparentemente bien (y esto es paradójico). En El lugar más peligroso la trama versa sobre cómo hay signos de apariencia inocente que permean en nuestra sociedad (como los personajes de Disney) y otros signos (como los campos de concentración) que, por no estar presentes, pueden llegar a ser olvidados.
¿Crees que es necesario revisitar las bases ideológicas y morales de cómo nos relacionemos los seres humanos? Bajo tu punto de vista, ¿nos relacionamos de forma sana?
No sé muy bien qué es una relación ‘sana’. Entiendo que es una relación donde impera el respeto y la empatía. Antes de juzgar a alguien hay que intentar pensar que cada uno de nosotros lidia con su ‘trauma’ personal todos los días.
En 2017 estrenaste Mujeres hasta el coño. Ahora, cinco años después, ¿de qué siguen las mujeres hasta el coño? O para no generalizar, Mónica Negueruela…
Leo que en Estados Unidos quieren derogar la ley del aborto. Da la sensación que, las mujeres, estamos en un bucle temporal de retirada de derechos. Yo estoy hasta el coño de muchas cosas.
Todas tus creaciones tanto para cine como para teatro son trabajos comprometidos que abordan temas sociales. ¿Es así como entiendes las Artes? ¿Y es así cómo entiende la vida una médica?
Creo que en mis piezas de teatro y guiones siempre hablo de violencia, quizás no la física pero sí la simbólica, la instrumental, la institucional. La muerte de las cosas también suele estar muy presente…
Este año 2022, cuatro creadoras con un largo bagaje os habéis unido para formar la Compañía Attraverso. ¿De dónde nace esa inquietud de formar compañía juntas?
La Compañía Attraverso nace de la inquietud de tres creadoras: Sabine Lane como coreógrafa, Laura Lúa como actriz y María José Monroy como actriz, para mostrar cosas que pueden resultar interesantes dentro de las Artes Vivas.
¿Cómo ves y vives la escena teatral independiente madrileña?
La última obra que fui a ver fue una pieza de Antonio Esteban llamada Cúrame, donde se trata la vida diaria de una pareja gay donde uno de ellos es tetrapléjico. Es una pena que este tipo de obras no se vea en circuitos más comerciales.
¿Te resulta muy difícil mover y visibilizar tus trabajos? ¿Y sacarles rendimiento?
Siempre me he movido en la escena Off de Madrid. He estado con mis piezas teatrales en varias salas como Lagrada, Tarambana, La Usina, Plot Point, DT Espacio Escénico, La Encina Teatro…. Es un espacio que te permite ofrecer espectáculos ‘periféricos’, pero es cierto que no suelen ser especialmente rentables. Te tienes que armar de un equipo que confíe en tus textos.
En toda tu trayectoria estudiando el cuerpo y la mente humana y ahora que se está visibilizando la salud mental, ¿cuál es el miedo más recurrente que te encuentras en las personas con las que tratas?
Hay un miedo que me gustaría explorar y es el de la soledad. Creo que será la gran ‘pandemia’ de los próximos años, sino lo es ya. Gente más mayor gracias a la ciencia, seremos muchos más pero estaremos más solos.
Ya que el peso de las decisiones en tu obra es tan importante, ¿son esas decisiones equivocadas las que, mayoritariamente, nos provocan desequilibrios emocionales?
Yo creo que una obra ya sea de teatro, de cine… empieza siempre con una mala decisión que acaba trayendo consecuencias.
¿Debería enseñarse inteligencia emocional en los colegios?
Deberíamos ser más respetuosos con nuestros cuerpos, el cuerpo de los demás, el medio ambiente, los animales. Y todo debería empezar desde bien temprano. La familia ya no basta para convertirte en una persona razonablemente amable.