Paola Matienzo (gestora de AZarte) puso la semilla de Kjell Askildsen en Jorge Sánchez para que el dramaturgo y director construyera una obra a partir de los excelsos relatos del escritor noruego. Tras un año de preparación, creación colectiva y ensayos ve la luz En tus ojos siempre será verano, la nueva producción de la Compañía Azarte que está interpretada por Álvaro Roig, Rober Pascual y la propia Paola Matienzo.
En tus ojos siempre será verano podrá verse todos los sábados de octubre y por este motivo hemos querido hablar con los dos grandes impulsores del montaje que, por separado, nos dejan sus impresiones de este largo viaje que comenzó hace un año, allá por septiembre de 2021, cuanto tras el fallecimiento del escritor noruego se propusieron investigar sobre él y levantar esta especie de homenaje teatral. Askildsen es considerado como un gran conocedor del alma humana, y en esta obra se plasma muy bien su forma de entender la vida desde el punto de vista de tres generaciones que se reflejan y dialogan entre sí a través de sus deseos.
En tus ojos siempre será verano
Por Sergio Díaz
Fotos: Álvaro Serrano Sierra
Paola Matienzo
¿Cómo ha surgido esta propuesta, es idea tuya, de Jorge, conjunta…?
Hace 20 años José Sanchis Sinisterra nos puso en contacto a Jorge y a mí, por alguna razón él pensó que debíamos hacer algo juntos. En aquella época Jorge estaba comenzando un proyecto sobre Bioy Casares, autor que me encanta, ese proyecto no salió y hace un par de años retomamos la idea de hacer algo juntos. Estuvimos un año leyendo cosas y yo le propuse a Kjell Askildsen, a quien conocí hace mucho tiempo y siempre releo y disfruto como si fuera la primera vez.
¿Askildsen es un escritor que te conmueve a pesar de tener una forma particular de escribir?
Lo conocí de casualidad hace más de 10 años y desde entonces sus historias me acompañan describiéndome mucho de lo que no entiendo. Él es un maestro presentando piezas pequeñas y concisas que en tu cabeza se van ordenando hasta montar una bomba que te explota en el momento menos pensado, algunas veces, varios días después de leer su historia.
¿Qué sentiste al leer el guion de Jorge por primera vez?
A mí me encanta la mirada de Jorge y siento que en muchas cosas coincidimos y nos entendemos, leer el guion fue emocionante porque sentí que se juntaban cuatro mundos: el de Askildsen con toda su crudeza y particular sentido del humor, el de Jorge con su honestidad y ternura, el del lector que va construyendo la historia en su cabeza y llenando los huecos con su propia experiencia y el del trabajo actoral, puesto que es una obra metateatral.
En el dossier, las fotos, el título… hay un aire muy luminoso, a pesar de que leer a Askildsen te lleva a lugares algo sombríos a veces, no solo por su procedencia, sino por su forma de expresarse. ¿Esa luminosidad ha sido buscada, es una obra luminosa?
Sí, creo que es una obra luminosa, teñida de su sentido del humor y de su forma de tratar de entender, en última instancia, lo que realmente está sucediendo. Yo no creo que Askildsen sea sombrío, sino todo lo contrario, creo que las circunstancias muchas veces son adversas, pero él va encontrando en su día a día pequeñas cosas que le salvan y de alguna forma embellecen todo y dan un sentido. Hay una frase suya que está en la obra: «Todo tiene su lógica inherente, pero no siempre resulta fácil descubrirla».
Paola, ¿tú también pones en juego en esta obra parte de tus propias vivencias para dar vida a tu personaje?
A mí me resulta inevitable, cuando actúo, escribo o dirijo, poner en juego lo que estoy viviendo o sintiendo, ya sea a nivel personal, social o político. De hecho hay una sinopsis breve que escribí hace tiempo, que me podría servir para todas las obras, aunque no tengan nada que ver ni en la temática, ni en el estilo. Creo que siempre hablamos de lo mismo, de lo que nos confronta y nos emociona.
Me siento muy identificada con Askildsen y gracias al proceso de ensayos de esta obra, descubrí por qué no puedo sacármelo de la cabeza desde que lo leí por primera vez. Siempre me pasa, incluso cuando la obra es mía, en los ensayos entiendo por qué la escribí y de dónde salió la historia. Lo inconsciente sabe esconderse muy bien y aunque lo pienses y busques, aparece cuando quiere. Haber entendido eso que me une a su obra, me da una base en la que confío para construir el personaje.
Más que una representación al uso de un texto sin más, ¿podemos decir que en esta obra hay altas dosis de exposición emocional de los tres intérpretes que la lleváis a cabo?
¿Tú has venido a los ensayos? (risas). Algo de eso hay, pero sin querer revelar nada, te diré que, sin salirnos del imaginario del autor, conectamos con cosas muy personales, que están ahí y nos emocionan cuando las vemos en los compañeros. En una obra en la que se ensaya e investiga durante un año, evidentemente se pone un amor y un compromiso en el proceso, que no pones en todos los trabajos.
¿Es quizá el deseo el nexo de unión entre cada una de las historias que componen En tus ojos siempre será verano?
Creo que es uno de los motores del autor, de las historias y de la obra. Se habla del deseo desde el punto de vista de tres generaciones que se reflejan y dialogan entre sí, desde el joven y la narración de los primeros amores, temores ilusionantes y actos heroicos, que se cuenta con una interpretación más energética y corporal, desde la adulta, envuelta en su contradicciones y balances de expectativas cumplidas, contada con una interpretación más reflexiva y de estados emocionales y desde el mayor, que lucha a base de ironía, en esa empecinada batalla por vivir eso que aún está sin cumplir, con una actuación más afilada y de mayor composición de personaje.
¿Cómo ha sido el proceso de trabajo para dar forma a este proyecto?
Ha sido un proceso placentero y tranquilo, completamente diferente a cualquier otro, sobre todo porque lo planteamos sin plazos, como una obra en constante cambio y evolución en todos los aspectos artísticos y técnicos. En septiembre del 2021 Jorge comenzó a plantear el texto a partir de nueve cuentos de Askildsen. En octubre y noviembre probamos esos textos dentro de una serie de ejercicios escénicos y estrenamos el resultado de ese primer proceso en AZarte. En enero de este año comenzamos una nueva etapa de estudio y análisis pero ya no sobre los textos específicos de Askildsen, sino sobre el material escénico resultante de la etapa anterior. Este nuevo punto de inspiración, llevó a Jorge a la re-escritura de la obra, a los intérpretes al estudio del nuevo material y al esfuerzo por dejar atrás el anterior, a la re-elaboración del lenguaje escénico y la redefinición de los conceptos sonoros, lumínicos y plásticos. El resultado de esta última etapa es lo que se puede ver ahora en AZarte.
¿Qué premisas te ha dado Jorge para llevar a cabo esta interpretación?
Jorge es un director que te da una gran libertad para llevarte el material a tu universo y darte tiempo para que lo asimiles. Con él todo siempre es a favor del trabajo, de que probemos y arriesguemos, esto es de agradecer, porque nos lleva a estar relajados y confiados, a no temer al error y a atrevernos a ir a sitios nuevos y esto es muy divertido. Jorge muchas veces cierra los ojos para escuchar y conectar con el trabajo desde un lugar que va más allá de lo que vemos en escena. Luego su propuesta siempre es muy física, el no suele tirar ideas, el te propone una acción y tú en la realización y repetición de ella vas encontrando un impulso que imagino será el que busca. Yo soy muy intuitiva trabajando y aunque soy muy analítica en la etapa de estudio del texto, en los ensayos intento olvidarme de todo y no estar en la cabeza, sino dejarme sorprender por el texto a cada momento en la relación con mis compañeros, me gusta ensayar con la energía en ellos y transitar cada día los cambios que surgen. En este sentido la forma de abordaje de Jorge me queda muy natural y a favor y hace que lo pasemos muy bien trabajando.
Igual que puede hacer tu personaje en un momento de su vida en el que tú también estás, esa etapa de madurez, ¿qué balance haces de tu carrera como actriz y gestora cultural?
Pues sí, justamente estoy en una etapa de balance en lo profesional. Me ilusiona haber montado un espacio cultural tan vivo como AZarte y poder darle la primera oportunidad a tantas compañías y artistas que comienzan allí su carrera, pero después de 12 años trabajando para la sala de lunes a lunes y llevándome el trabajo de vacaciones, necesito cambiar la dinámica, para tener más tiempo para actuar que es lo que más disfruto y siento que me enriquece. Por suerte en la sala también está Isidro (Romero) que es un gran compañero en este viaje.
Ahora mismo estamos en búsqueda de un gestor cultural para poner en marcha un nuevo proyecto y mi objetivo a medio plazo es poder delegar ciertos parcelas de la sala y la compañía para por fin dedicarle más tiempo a la interpretación. La verdad es que nada me hace más feliz que cuando me llaman solo para actuar.
Ya no va a poder ser, pero jugando a imaginar, ¿crees que a Askildsen le gustaría vuestra propuesta?
Deseo con todas mis fuerzas que así sea. Arrancamos este proyecto justo cuando falleció y siempre decimos que de alguna manera el está en los ensayos y que vendrá al estreno.
Es inevitable siempre que tengo oportunidad, preguntarte por AZarte. ¿Qué temporada 22/23 nos habéis preparado?
En nuestra programación continuaremos trabajando en tres líneas: promover el trabajo de directoras, directores y compañías que nos interesan, apoyar y dar visibilidad a creadores que están comenzando y producir trabajos que reflejen nuestras inquietudes artísticas, sociales y políticas. Esta nueva temporada viene con muchas novedades, la primera es que estamos a punto de arrancar con tres talleres muy potentes de montaje teatral que estrenarán sus obras en AZarte; uno dirigido por Fernando Sanchez Cabezudo, otro por Jorge Sanchez y el de Benja de la Rosa. Seguimos con las residencias, que este año hemos abierto para que las compañías o grupos puedan presentarse durante todo el año, estamos en pre producción de un nuevo cortometraje, continuamos con el ciclo de directoras de cine y en noviembre estrenaremos una obra que vi en Argentina y me enamoró, Lo que quieren las guachas de Mariana Cumbi Bustinza, una de las obras revelación del teatro alternativo porteño, que bebe de la danza-teatro y del musical, para adentrarnos en una historia tan salvaje como tierna, donde se mezclan el deseo, la violencia y el miedo a lo distinto, con los prejuicios, los mandatos sociales y lo clandestino.
La verdad es que estamos muy ilusionados con todos los nuevos proyectos de la próxima temporada y esperamos poder seguir sumando historias y compañeros de viaje, podría hablarte dos horas más sobre talleres, programación y actividades paralelas, pero de momento voy a volver a En tus ojos siempre será verano, que en menos de una hora tenemos ensayo…
Jorge Sánchez
¿Cómo llegas a la obra de Askildsen?
Realmente no conocía a Askildsen hasta que Paola me habló de él cuando hace cerca de un año buscábamos un punto de partida común para iniciar una experiencia creativa colaborativa. Su lectura me atrapó y me recordó a Raymond Carver, otro de mis autores favoritos con el que realicé ya hace mucho tiempo un procedimiento creativo similar. Conectar con la experiencia vivida anteriormente y el saber que nos habíamos encontrado en un material común, me motivó de gran manera para iniciar el proceso creativo.
Se dice de él que era un gran narrador del alma humana. ¿Te veías reflejado en las cosas que escribía?
Me vi muy reflejado, fundamentalmente, en su manera de contar. Su capacidad para contar desde la observación y sin juzgar a sus personajes. También me admira su capacidad para encontrar en situaciones oscuras o desesperanzadas, ese contrapunto de belleza y humor que nos rescata. En otro orden, él muchas veces ubica sus cuentos en espacios al aire libre y donde la naturaleza está muy presente algo que, sin duda, me remite a mis primeros años de vida.
Se le ha comprado con Beckett, Kafka… pero sus libros apenas se han llevado al teatro, por lo menos aquí. ¿Es una labor muy complicada teatralizar su escritos?
Que su literatura sea tan desconocida es una de las motivaciones para llevar adelante este proyecto. Sería maravilloso que a partir de este montaje muchas personas se acercaran a sus relatos y cuentos para disfrutarlo de primera mano. En cuanto a su ‘teatralización’, es importante aclarar que en este trabajo no he buscado dar una respuesta a ello, sino que es simplemente un punto de inspiración. No creo que En tus ojos será verano se trate de un Askildsen teatralizado, sino simplemente una excusa para que un grupo de personas se ponga a pensar en los temas que toca y a mezclar algunos de sus personajes para crear nuevos.
¿Con esta obra has querido hacer una especie de homenaje a su figura?
Sin duda el hecho mismo de tomarlo como fuente de inspiración para este proceso es un homenaje. Pero también siento que por el hecho de haber leído toda su obra tan de golpe -desde sus cuentos escritos en la adolescencia hasta los de sus últimos días de vida-, ha sido sobretodo acompañar el devenir de sentimientos y experiencias amorosas de personas que responden a la generación de mi padre y mi madre. Ello me ha estado acompañando a lo largo de todo este proceso de escritura y puesta en escena. También es un homenaje a ellas y a toda una vida en compañía.
¿A qué hace referencia el título de la obra?
Es una confluencia de varias ideas. Por un lado he querido rescatar algunas palabras claves que utiliza el autor. Pero sobretodo hace referencia al deseo que todas tenemos de permanecer junto a aquellos sentimientos luminosos que nos acercan.
¿De cuántos relatos de Askildsen te has nutrido para dar forma a la obra?
He leído y releído y vuelto a releer cerca de cuarenta relatos y cuentos. De cada uno de ellos he ido extrayendo reflexiones, imágenes, pequeños acontecimientos según me iban atrayendo como disparadores de escritura o de momentos escénicos. No obstante ello, si hiciéramos un seguimiento narrativo de lo que finalmente derivó la trama dramatúrgica, podríamos adivinar entre ocho y nueve cuentos que se van entrelazando y mutando de uno en otro.
¿En tu dramaturgia has conservado el tono desasosegante característico de la obra de Askildsen?
Es una dramaturgia bastante compleja pues, he querido que ella misma fuera siguiendo el devenir del mimo proceso creativo. Por ello, en un principio pareciera que fuera una obra medianamente sencilla en donde tres historias van pidiendo la vez y se van desarrollando. Pero en un segunda instancia, esa ‘vez’ se ve alterada por la misma necesidad de los actores de reflexionar sobre lo que están contando. Esto sin duda, altera el orden original y entonces pasamos a una obra de orden no tan narrativa como confesional. Por lo que la obra quizás allí da con ese ‘tono’ Askildsen del que comentas. Sólo que, el hecho que los actores y la actriz se ‘conozcan y reconozcan’ en esos hechos confesados, hará que las tres historias iniciales se replantean en una nueva para poner de manifiesto esa mirada positiva que tanto Paola como yo vemos en el universo del autor.
Siempre pensamos en algo poético como lleno de lirismo y belleza, lo contrario de lo que escribía Askildsen, pero ¿crees que hay poesía en su obra?
Absolutamente. En cada frase del autor hay una imagen poética. Creo que ya lo he contestado anteriormente. Si es algo me ha conmocionado y de su obra es su capacidad para descubrir en lo cotidiano un hilo de belleza.
Sin embargo, por lo que he podido deducir, es una obra muy emocional… ¿Cómo has elaborado la propuesta escénica?
Acompañándome mucho de las personas que han formado parte de este proceso creativo. Hemos leído cuentos originales juntos, luego los bocetos y propuestas intermedias. Hemos improvisado y ensayado a partir de elementos que se desprendían del imaginario de los cuentos pero que no eran narrativos. He dejado hablar mucho a mis compañeras en la escena e intentado rescatar sus motivaciones, sus miedos, sus necesidades y, de alguna manera, todo ello incluirlo en la puesta en escena.
El montaje se ha construido gracias a un gran trabajo colectivo en el que tú has ido coordinando todos los aspectos. ¿Es tu forma favorita de trabajar, con mas horizontalidad, dejando que cada elemento del proceso creativo aporte sus soluciones o a veces toca ser más vertical y diseñar tú cada aspecto del montaje para que luego ejecuten?
Totalmente. En estos tiempos hablar de procesos horizontales pareciera ser casi imposible pero sin duda, son los que a lo largo de mi experiencia me han dejado más huella en lo profesional y personal. Desde ya que la horizontalidad no va reñida de la necesidad de asumir roles para ejecutar y llevar adelante de manera armónica y efectiva el proyecto.
La obra está interpretada por tres personajes. ¿Qué nos puedes decir de cada uno de ellos?
De alguna manera, en cada uno de ellos he querido representar las etapas de la literatura de Askildsen: Joven, Adulto, Mayor. Y desde esas perspectiva afrontar la problemática del deseo sexual y los sentimientos amorosos.
¿Por dónde les has hecho transitar para que dieran forma a lo que tú tenías en la cabeza inicialmente?
La obra no estaba escrita cuando comenzamos a ensayar, por lo que tanto el elenco como mi trabajo de dirección y dramaturgia ha ido muy de la mano. He rescatado cuestiones que tenían que ver con la propia corporalidad y sensibilidad del equipo. Creo que no se ha tratado que que nadie vaya a ningún lado, sino de dejar que los personajes se configuraran a partir de nosotras mismas.
Háblanos de la importancia de la música. ¿Es el cuarto intérprete de la obra?
Hemos ido probando muchas cosas. Al leer a Askildsen yo escuchaba mucha música pero no sabía muy bien cómo y de qué manera debía funcionar en la propuesta escénica. Po ello me interesaba que, tanto en este aspecto como en lo escenográfico, también se viviera un proceso de ‘cero a cien’ desde el primer día de ensayo/escritura. El trabajo en estos aspectos ha ido evolucionando y teniendo diferentes etapas a lo largo de estos meses. Desde propuestas que se elaboraban fuera del espacio escénico para que luego, a manera de impulsos, se probara en los ensayos para que luego siguiera evolucionando, hasta alguna sesión en donde se improvisó la música en vivo o se trajeron elementos para que los actores y la actriz los manipularan y así encontráramos su teatralidad. Todo ello fue derivando en lo que finalmente es nuestra propuesta musical y escenográfica
En el dossier decís que es una obra de teatro en permanente proceso de creación. ¿La obra irá evolucionando solo desde dentro, desde vuestra propia visión como equipo artístico, o también en función del feedback del público que vaya a verla?
Nada está más vivo que una obra de teatro. Hay una etapa de creación que se realiza a puertas cerradas, pero sin duda la etapa más excitante de creación es cuando personas que no ha tienen El publico modela la obra. Será muy entretenido y motivador ver cómo a lo largo de estas próximas funcionas (y las que en el futuro vayan llegando) el material vaya incorporando esas miradas, esos silencios, sus risas y sus perplejidades. Los interrogantes que queden suspendidos en los pasillos de los teatros y esas comentarios que nos hagan descubrir que estamos trasmitiendo o contando mucho más de lo que en principio creemos que haremos. Todo ello nos irá haciendo crecer y transformando la obra.
Ya no va a poder ser, pero jugando a imaginar, ¿crees que a Askildsen le gustaría vuestra propuesta?
«Soñar es solo soñar», se dice en la obra. Claro que sí.
Formas parte de La Cantera, una compañía muy prolífica en cuanto a creaciones y acciones pedagógicas se refiere. ¿Qué tipo de teatro os interesa?
Con La Cantera nos interesa poner en movimientos proceso creativos que pongan el trabajo actoral en primer término sin que por ello, dejemos de desarrollar un lenguaje escénico en dónde lo plástico y lo sensorial tengan un espacio de investigación importante. Por ello siempre abordar procesos creativos muy similares a los que he hecho en este caso con el equipo de AZarte (Raíces Trenzas, Nadar Abraza, La masa neutra, El Desmadre…). También buscamos obras de autoría contemporánea que no sabemos muy bien cómo abordar pero que nos atraen por lo temático y formal (Guillermo Calderón, Daniel Veronese, Roland Schimmelpfennig, María Velasco) y, por otro lado, nos interesa muchísimo poner nuestra modalidad de trabajo de manera colaborativa junto a colegas que admiramos (Famélica con Juan Mayorga, Ocupa Teatro con una veintena de autores/as de nueva y vieja generación de Madrid, Barcelona y Buenos Aires). El espíritu es explorar, investigar y mantenernos lo más inquietas posibles y en la permanente búsqueda de nuevos desafíos.
¿Cómo ves la salud de las Artes Escénicas en nuestra ciudad?
Desde hace casi veinte años comparto el devenir del teatro en Madrid y desde aquellos años a estos siempre he pensado que aquí la formación técnica actoral y autoral es muy alta. También veo que ha habido un cambio muy positivo en relación a las dinámicas de creación y producción. En su momento era todo muy ‘departamentizado’ pero ahora ya es muy común ver dramaturgxs que son intérpretes y que también dirigen… Algo que sin duda le hace muy bien al entramado de la profesión y a la búsqueda de un teatro que haga comulgar diferentes lenguajes escénicos.
En el ‘debe’, yo vería una gran necesidad por parte del Estado de fortalecer a las salas de teatro alternativas o independientes pues allí es dónde se cuecen las dramaturgias, las estéticas, las actrices y actores del futuro. En ellas, se debería hacer un esfuerzo aún mayor no sólo por fomentar plataformas de exhibición sino de investigación y producción. Es necesario concebir este espacio también como un ámbito profesional.
¿Y en qué cosas aún nos toca aprender de un país como Argentina a nivel escénico?
Cada país tiene sus características positivas y sus idiosincracias y compararlas o intentar trasladarlas una en otra, no funcionan. Pero sin duda lo que más habría que pensar aquí es en encontrar fórmulas para la generación de público. Sobretodo joven y joven/adulto. En esto, sin duda hay una diferencia abismal. El teatro es un arte muy divertido, que nos puede permitir hablar de todo lo que queramos, de expresarnos de unas mil formas, de encontrarnos y compartir momentos personales y grupales conmovedores. Tanto desde el Estado como de los mismos profesionales deberíamos hacer un esfuerzo para acercarnos a ellas y hacerles ver lo tan placentero, motivador y sanador que hacer, ser, estar en el Teatro.