Este año dFERIA cumple 30 ediciones y desde el año 2000, si no me equivoco, contigo al frente. Tanto la feria, como tú profesionalmente, ¿qué dirías que habéis aportado al sector de las Artes Escénicas en general, y en el País Vasco y en Donostia en particular?
Lo que puedo garantizar que hemos aportado mucha dedicación, mucho trabajo y mucha ilusión edición tras edición. A las artes escénicas unos escenarios de libertad, una ‘ventanita’ donde asomarse al mundo, y acaso el aprendizaje de que esta profesión, como casi todo en la vida, es una carrera de fondo.
Tras tantos años, ¿cómo se logra innovar y seguir construyendo un evento atractivo y competitivo para profesionales y espectadores, teniendo en cuenta la cantidad de ferias y festivales que han surgido?
El sentido crítico, y sobre todo, ejercer la autocrítica con nosotros mismos y cuestionarnos cada edición, nos ha ayudado a avanzar. Paralelamente rodearse de un equipo altamente cualificado reforzado con agentes exteriores que lo complementen. Y estar en el mundo, en momentos tan complicados y con unos vaivenes tan drásticos, estar ahí te ayuda a no descabalgar y quedarte en tierra.
Uno de los aspectos que más impresionan de dFERIA es la cantidad de profesionales que consigue reunir cada año. Para los que no tienen por qué conocer cómo funciona un evento de estas características, ¿cómo es el trabajo durante el año para atraer su atención?
Durante todo el año participamos en muchos foros, en multitud de eventos, en festivales y mantenemos presencia y relaciones. Lo que creo que es el mayor atractivo para que los y las profesionales regresen a dFERIA reside precisamente en cada edición: cumpliendo sus expectativas y realizando ediciones que les dejen con las ganas de volver porque les ha servido para su trabajo diario.
En este ámbito profesional y de público. ¿Qué cifras puedes darnos del cierre de la edición pasada?
La edición pasada contó con 8.500 asistentes a las representaciones programadas y el nivel de ocupación medio rondó el 82%. Por disciplinas, el 39% de las propuestas fueron teatro, el 46% danza y el 15% otras disciplinas. De todos ellos el 64% fueron estrenos de una manera u otra, lo que denota la novedad que supuso.
Se acercaron a Donostia más de 150 actores y actrices trabajando en los distintos espectáculos programados, además de los 540 profesionales, de los cuales 209 fueron programadores. Entre ellos destaca la presencia de una importante representación de los programadores de los principales teatros y festivales del Estado, además de programadores internacionales, tanto europeos como latinoamericanos.
¿Qué actividades son las que mejor están funcionando para los profesionales en la actualidad?
Tal y como está concebido el Foro de Negocios se está convirtiendo en un referente por la meticulosidad a la hora de diseñar los contactos, cuidando la calidad de los partenaires y la idoneidad entre el producto y el cliente. Se trata de una actividad en la que se llevan a cabo rondas de conversaciones, encuentros de cinco minutos entre artistas y responsables de programación locales, nacionales e internacionales distribuidos en mesas, organizadas por afinidad de intereses. La economía del esfuerzo y la eficacia del mismo hace que los niveles de participación sean muy elevados y los resultados excelentes para todas la partes.
Apostáis por propuestas, podríamos decir, que se alejan un poco de lo llamado ‘comercial’. ¿Por qué se optó desde hace años por esta línea de programación?
dFERIA es un reflejo del teatro comprometido y contemporáneo que tiene calidad, más allá del teatro comercial. Esto no quiere decir que personalmente no valoremos las propuestas comerciales de calidad. Lo único que sus canales de comercialización son muy diferentes y van por otros derroteros. No necesitan un marco como éste para estar en el mercado.
A raíz de lo anterior, ¿cómo ha evolucionado la aceptación de esa filosofía en los profesionales?
Los y las profesionales no buscan en la feria productos comerciales. Buscan ese tipo de propuestas que sí necesitan ser chequeadas, o que sí necesitan darse a conocer, o que son emergentes, o buscan nuevos talentos. En ese sentido, hay confluencia de intereses entre dFERIA y los y las profesionales que se acercan.
¿Cuánto le ha costado al público en general, el de la propia ciudad y el que viene de fuera, acudir a ver este tipo de producciones? A priori, muchas de ellas, supusieron y suponen un riesgo a la hora de programarlas, ¿no?
Nos parecía muy importante que dFERIA no fuera un suceso a espaldas del público, a espaldas de la ciudad, únicamente para los y las profesionales. Hace unos años corregimos los mensajes dirigidos hacia la ciudad e introdujimos medidas y acciones positivas para que el público valorase que dFERIA también era para ellos y que ellos para dFERIA eran una parte fundamental. Y la verdad, que se le dió la vuelta y en este sentido también estamos muy satisfechos con la respuesta que recibimos por parte de la ciudad.
A las instituciones, patrocinadores y a la ciudad que apoyan dFeria, ¿cuánto ha costado que convencerles de esta línea programática y que se decidieran a acompañaros?
Bueno, hace ya bastante tiempo que todo ésto ya no se cuestiona. Ha habido que trabajarlo superando en cada momento los obstáculos que se presentaban.
¿Cuántas veces has tenido que escuchar cosas del tipo: “Es que hay que traer a actores y actrices conocidos” o “este tipo de propuestas la gente no las va a entender”?
Podemos programar actores o actrices conocidos siempre que presenten espectáculos en la línea programática de dFERIA. Al revés, desestimamos propuestas de actores desconocidos que presentan propuestas meramente comerciales o que no necesitan de la feria para llegar al mercado. Y sobre: “que la gente no lo va a entender”, diría que los artistas hacen sus espectáculos para el público. No hace falta estudiar teatro o danza para acudir a un espectáculo. Únicamente un espíritu curioso y saber que la interpretación que haga cada espectador es perfectamente válida.
En las últimas ediciones habéis hecho un esfuerzo muy grande por ir equiparando teatro y danza en la cita. ¿Cómo se encuentra ese equilibrio entre las dos?
Es un equilibrio muy proporcionado porque prácticamente ahora mismo están a la par.
No te vamos a pedir que destaques de esta edición unas propuestas por encima de otras (daremos buena cuenta de toda la programación aparte de la entrevista), pero nos gustaría que nos hablases de lo que supone este año la colaboración con el Instituto Italiano di Cultura.
Llevamos unos años donde nos marcamos como objetivo entrar a colaborar más con propuestas europeas. Gracias a la colaboración con el Instituto Italiano de Cultura de Madrid, Italia será el país invitado en esta edición, es un apoyo muy importante en esta línea porque esperamos que nos abra las puertas a colaboraciones con otros países europeos en el futuro. Como exponente principal el domingo, 10 de marzo, bailará en el escenario del Teatro Victoria Eugenia la prestigiosa compañía italiana Aterballetto / Centro Coreográfico Nacional (CCN), con sede en Reggio Emilia. Además participará otra compañía de danza italiana, Brian Scalini, otra de títeres, Fabiana Iacozzilli I Cranpi, y una de circo, Compagnia blucinQue.
¿Con qué compañías y artistas tiene la espina clavada de no haber podido todavía tenerlos en la feria?
Cada edición sucede que algo falla, o compañías que no pueden participar en la programación por los motivos que sean, pero realmente se me olvida pronto. Me gusta centrarme en lo que tenemos y disfrutarlo. Eso de lo que pudo haber sido y no fue es una entelequia porque, si no fue, nunca podía haber sido.
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