¿Qué es la Asociación ALFA?
La Asociación ALFA en una asociación sin ánimo de lucro que surge en 1998 con dos claros pilares: viviendas tuteladas para personas con discapacidad intelectual y la investigación del binomio Artes Escénicas-personas con discapacidad intelectual. Todo ello desde el modelo centrado en la persona y la activación de los derechos culturales. En la actualidad la asociación trabaja para 38 personas en 5 viviendas tuteladas. Para el desarrollo de la faceta de arte, cuenta con un taller de arte y artesanía de lunes a viernes en el que se trabajan las artes escénicas, plásticas y artesanía. En el año 2010 formamos el grupo de teatro CorralArte y una muestra anual de arte y diversidad, ‘muestrARTE’, que este año cumple su XIV edición y que se desarrolla en distintos escenarios de la Región de Murcia. En nuestro equipo de trabajo de teatro partimos de las siguientes premisas: que el arte responde a necesidades humanas fundamentales -siendo parte integrante del individuo-, que toda persona es capaz de desarrollar la capacidad artística encontrando el entorno adecuado, y que es un derecho que todos tenemos. Porque el arte, como afirma Lucina Jiménez en el Manifiesto por una Cultura Inclusiva, forma parte de los alimentos básicos que cualquier persona debe tener en la construcción de su posibilidad de vida.
Y dentro de la Asociación tenéis una compañía de teatro, CorralArte Teatro. ¿Sois una compañía 100% inclusiva?
Nos gusta pensar que sí. Trabajamos desde el Paradigma de la Inclusión en el que el concepto de Teatro Integrado matiza la forma de relación de las personas en los procesos de trabajos escénicos. Esta idea parte del mapa conceptual que la coreógrafa e investigadora de procesos creativos Marisa Brugarolas desarrolla, ya que, si bien su discurso está centrado en la danza, sus ideas las podemos extrapolar al campo del teatro.
Aunque tenemos claro que la inclusión total es muy compleja y amplia, nosotras nos centramos en investigar y crear desde el imaginario de una cultura que trabaja en post de la accesibilidad cognitiva que ayude a establecer un puente entre el público y el escenario. Desde esta perspectiva nos planteamos el desafío de explorar nuevos vínculos dentro del hecho teatral entre la expresión dramática convencional y las nuevas necesidades expresivas que muestran las personas con discapacidad que comienzan a precisar su espacio dentro del mundo escénico, y ya no únicamente como algo anecdótico, sino como parte de su desarrollo personal y del desarrollo de la sociedad. Intentamos crear vínculos entre lo que ofrecemos en escena y el público, participando todas de una catarsis única, personal y grupal a la vez, intentando crear resultados que sean atractivos para el mayor espectro de público imaginable y evitando, en la medida que podemos y conocemos, crear contextos incapacitantes que puedan entorpecer el diálogo de emociones y sensaciones que se da durante el hecho escénico.
¿Qué tipo de formación ofrecéis en la compañía?
La asociación cuenta con un taller estable de arte y artesanía de lunes a viernes de 9 a 14 horas en las que se trabaja formación en artes escénicas. Hay un taller de teatro intergeneracional formado por un grupo de mujeres del Centro de Personas Mayores de Ceutí y un grupo de las personas que están de la asociación. Y por último tenemos el grupo de teatro CorralArte, en el que hay una mayor exigencia a nivel artístico y personal.
¿La compañía tiene un enfoque únicamente formativo para lxs alumnxs o tiene también una mirada profesional?
Nuestro principal objetivo es la visibilización de las Artes Escénicas con y desde la diversidad, y la formación de formadores de teatro, formación realizada en varios proyectos europeos. Si bien tenemos un claro enfoque formativo en los talleres que impartimos, la compañía lo tiene profesional, pero no tenemos muy claro que es ser ‘profesional’, ni que esta profesionalización ayude a la expresión artística de las personas con discapacidad intelectual. La estructura de creación, producción, exhibición… de una obra teatral convencional, si eso existe, se aleja y va en contra de los procesos de creación de los montajes que nosotras realizamos, al necesitar otros tiempos. Igualmente, por nuestras características, se precisa de tiempo de ensayo y adaptación a nuevos lugares, mayor en los espacios de exhibición, y otras cuestiones similares que hacen que se nos complique la ‘profesionalización’.
Sentimos que en ocasiones esta profesionalización se hace como sinónimo de cierto virtuosismo mal comprendido que desde algunos estamentos culturales se les pide a las personas con diversidad cognitiva, en post de una mal entendida ‘normalización’. Debemos saber aprovechar la oportunidad que tenemos para amplificar la concepción del arte sabiendo oír, ver y sentir nuevas formas y propuestas. Evitar que las personas con diversidad tengan que hacer en escena lo que ya estaban haciendo, y como lo estaban haciendo otros actores y actrices sin diversidad, en un juego absurdo y empobrecedor que parece acallar nuevas formas de sentir y de ser en beneficio de esa falsa normalización que se acerca más bien a un intento de alienación y maquillaje de lo diverso. La idea consciente o inconsciente de “sé una persona distinta, pero haz lo que hacemos todas, y a ser posible que no se note tu particularidad”, ha dado como resultado espectáculos que, en algunos momentos, siento que rozan el exhibicionismo comercial de la diversidad, montajes en los que no se cuidan los procesos que precisan las personas en una nueva forma de crear, pensados para los teatros convencionales, cuando lo que estamos buscando y necesitando son nuevas fórmulas y nuevas visiones.
¿Crees que, en general, en las escuelas de Artes Escénicas hace falta más especialización para atender a cada persona y sus diversidades y trabajar mejor la inclusión?
Hace un tiempo que estoy alejado de las escuelas de Artes Escénicas, pero por lo vivido, hace falta mayor especialización y conciencia de la otredad y de la activación de unos derechos culturales y una cultura inclusiva que no se estaba teniendo en cuenta. No es fácil, ni sencillo, pero eso no puede ser una excusa para mirar hacia otro lado y mantener una visión paternalista y arcaica del arte. Y mucho menos en la formación reglada que debe de velar por la educación y desarrollo de todas las personas. Y sé que no es fácil hacer el cambio.
Ahora llegáis al Festival Visibles con vuestra obra Viájame. ¿Qué nos puedes decir del montaje?, ¿qué nos queréis mostrar con ella?
Viájame es una propuesta de teatro de creación capaz de adaptarse para ser representado en casi cualquier espacio, realizado por un grupo de actores con y sin diversidad intelectual, que a través de su cuerpo crean imágenes a las respuestas que durante 7 años el público que ha asistido a la muestra de arte y diversidad ‘muestrARTE’, han dado a siete preguntas relacionadas con el arte.
Es una pieza que se fragmenta en varios cuadros que tienen sentido de forma independiente y que todas juntas crean un todo en relación al arte. Se adapta, se transforma al igual que el arte, es capaz de estar viva durante su proceso de creación y expandirse, contraerse, crecer junto a las personas que formamos parte de este proyecto.
Esta pieza viva se basa en la investigación continua de las posibilidades de la pieza en sí, cómo entendemos la creación en diferentes momentos y con distintas profundidades, apostando en todo momento por buscar el equilibrio entre nuestra forma de entender el arte y la forma en la que el arte se entiende en circuitos más estandarizados. Para ello nos valemos del cuerpo, música, algo de clown, introspección… y mucha verdad.
¿Te parece interesante y necesaria una iniciativa como Visibles?
Me parece imprescindible y poco valorada la labor de la dirección y de todas las salas que apuestan por este Festival, ya que da visibilidad a algunos de los trabajos en Artes Escénicas inclusivas que se realizan en el territorio español con mucho mimo y cuidado, hecho que no se da siempre en los denominado circuitos o espacios ordinarios. De esta forma podemos darnos a conocer y disfrutar de algunas de las propuestas que se están haciendo y cómo se están haciendo. Y no es únicamente el tener de un espacio concreto para llevar tu pieza lo que hace del Festival Visibles una iniciativa tan querida por nosotros, también hay que sumar, el que se tengan en consideración las necesidades que tienen nuestros grupos de creación que en otros espacios no se tiene en cuenta, en ese juego de falsa normalización. Y sobra señalar el trabajo de creación de cultura inclusiva real que hacen.
¿Crees que las Artes Escénicas son una buena herramienta de transformación social?, ¿esa debe ser su labor?
Desde sus orígenes las Artes Escénicas han sido una gran herramienta de transformación social, y depende del momento esta cualidad ha sido utilizada para la transformación en un sentido o en otro. Desde nuestro trabajo la entendemos como herramienta de transformación social necesaria y elemento de cambio desde el compartir y comunicar, desde la alteridad bien entendida y desde un espacio que sirva para transformar y crear algo en comunión entre el público y lo que pasa en el escenario. Nos gusta pensar que cualquier hecho escénico se debe concebir como un acto de transformación social, ya que partimos de la premisa de que el teatro debe modificar, de alguna manera, tanto a los encargados de la creación de la obra, como al receptor. Consideramos que existe un diálogo entre ambos agentes cuyos resultados deben pasar por un cambio a nivel individual que se traducirá a nivel social, hablamos de un teatro donde la catarsis sea un elemento más, donde tienen espacio todos los ciudadanos como parte de un desarrollo integral del ser.
¿Crees que el mundo de las Artes Escénicas es inclusivo?
Me gusta pensar que las Artes Escénicas son inclusivas per se, pero también siento que hay una mercantilización de la diversidad y de lo inclusivo, fruto de una moda que esperamos sepamos aprovechar, en la que no tengo claro que ganen los procesos creativos, ni la entrada de nuevas formas de entender el mundo y el arte. Podemos ver montajes que buscan la etiqueta de inclusivo como un punto más para ser programados y que no tenemos claro que sus procesos de creación y puesta en escena lo sean. Es más, ¿dónde estamos buscando en las Artes Escénica la inclusividad, únicamente en el escenario o también en el público?
¿Sentís que tenéis el apoyo necesario para poder desarrollar vuestro trabajo?
En nuestro grupo de teatro sabemos que tenemos el privilegio de estar bajo el paraguas de la Asociación ALFA, que apuesta por una forma de generar cultura inclusiva en la que se tienen muy presentes otras formas de hacer y crear, que nos permite ser muy respetuosos con los tiempos y el estilo de creación que pensamos que se precisa para esta forma de entender las Artes Escénicas. Pero somos muy conscientes de que, si a cualquier compañía de teatro le cuesta levantar y mantener un espectáculo, a nosotras nos cuesta más.
¿Tenéis facilidades para actuar en cualquier teatro? ¿Os programan mucho dentro de programaciones regulares?
Cuesta que se apueste por estas nuevas formas de entender el teatro, y por supuesto que no tenemos facilidades. Es cierto que sentimos en los últimos años un mayor acercamiento y cariño en el trato, más curiosidad por saber qué se está haciendo y desde dónde, pero si no es fácil para una compañía convencional, para nosotras menos. Cada vez nos sentimos más cómodo fuera de las programaciones regulares, ya que en los espacios no ‘regulares’, de alguna forma nos aseguramos de un nivel de cuidados que precisa nuestra forma de expresión artística y aleja de la comercialización de un virtuosismo en el ‘incluido’, que no nos interesa y que a la larga pueden hacer mucho daño a la cultura inclusiva.
¿Crees que los medios de comunicación sabemos tratar estos temas de integración escénica? ¿Le dedicamos suficiente espacio a iniciativas como la vuestra?
Todavía hay un exceso de paternalismo y mirada desde la caridad en demasiadas ocasiones. No se tratan desde otra forma de estar en los escenarios, desde la necesidad de activar derechos culturales y poder ver en escena otras formas de entender la vida, unas formas tan válidas y dignas como la de cualquiera otra persona. No se nos reconoce como reflejo de la vida tal como es hoy, y más concretamente en el caso de las Artes Escénicas desde la diversidad intelectual no se nos tiene en cuenta como público, no se habla de cuáles son las barreras que se deben eliminar para que la inclusión sea posible y real. Y sí, consideramos que en estos momentos precisamos de más espacios en los medios de comunicación y en los medios dedicados a las Artes Escénicas. Si no se nos ve, si no se nos nombra, no existimos.
¿Realmente estamos cerca de lograr la plena inclusión escénica?
No, ni de lejos. El camino es muy largo y arduo. Lo que me temo es que se convierta en una moda, o en una etiqueta que haga de las actores y actrices diversos objetos de mercantilización. Pero reconozco que se está caminando y que hay cambios.
Si cada ser humano es único y diferente, ¿por qué vivimos en una sociedad que no tolera nada bien la diversidad?
Por el miedo a la otredad, por falta de empatía, por noticias manipuladas que hacen que lo diferente sea nuestro enemigo, por que habrá a alguien que le interese, porque no siempre lo diverso está cerca nuestra y lo podemos ver, humanizar y hacer real…
