¿El confinamiento es un estado de Facebook? Pensamientos jugosos para jugar con las palabras. Una nueva entrega de la serie de piezas urgentes bajo la consigna ‘Coronavirus: ¿comedia o tragedia?’

 

CINCO HORAS CON VARIOS

 

Por Álvaro Vicente

 

 

Estado de Facebook: tengo hambre

Estado de Facebook: tengo cáncer

Estado de Facebook: tengo sangre

Estado de Facebook: ¡cuánto tiempo, Mari Carmen!

 

Estado de Facebook: tengo ganas

Estado de Facebook: tengo mantas

Estado de Facebook: tengo canas

Estado de Facebook: tengo sarna y almorranas

 

Estado de Facebook: demencia

Estado de Facebook: incoherencia

Estado de Facebook: Plasencia… qué bonita Plasencia

Estado de Facebook: carencia de esencia, impotencia, paciencia, impotencia, paciencia, impotencia, paciencia, impotencia, paciencia, silencio

 

Cuando salgamos de casa: ¿apagaremos los móviles? ¿Nos quitaremos de Facebook Twitter Instagram Tinder Grinder Netflix Spotify HBO Meetic Youtube 888 Soundcloud Amazon Walapop CocinaFácil Glovo Aliexpress Uber Pinterest Movistar Forocoches Codere Cabify y Whatsapp?

O qué…

 

Cinco horas con Mario

Cinco horas con varios

Cinco horas con Larios

Cinco humores contrarios

Cinco bocas con caries

Cinco locas con madre

Cinco huesos sin padre

Cinco pollas en vinagre

 

Hay una historia para un argumento y para un Estado de Facebook.

 

Si te dijera, amor pío,

Que temo a la más drogada,

No sé que mierdas son estas

Que huelen como metralla,

Ni sé qué ladra la cuna

Al sino de su guadaña.

Me siento a mirar la noche

Viendo que la noche amarga

Quiero que no te demores

Amor mío: Alarma

Alarma Alarma

Alarma Alarma

Los hijos que ya tuvimos

Se mueven como cobayas

Comen las últimas coles

“Parece que adivinaran

Que el día que se avecina

Viene con hambre atrasada”

 

Hay un libro de porqués para niños y esto no sale.

No sale por qué las pandemias.

Por qué el pan es el alimento básico sí sale.

Por qué obedecemos tanto no sale.

Por qué nos dan miedo las películas de miedo no sale.

Por qué el topos, el tropos, el trompo, el tiempo, no sale.

Por qué los datos son el nuevo petróleo, no sale.

 

No tires más datos.

Aquí hay dato encerrado.

¡Yo por mi Visa DA-TO!

Eduardo Dato for president.

 

“Miles de buitres callados

van extendiendo sus alas.

No te destroza amor mío,

Esta silenciosa danza,

Maldito baile de muertos

Pólvora de la mañana”

 

Hay un pueblo en Italia, Bertinoro, en Emilia-Romagna. En su Plaza de la Libertad hay una columna, principal atractivo turístico del paese, la Colonna degli Anelli, también conocida como Colonna dell’ospitalità. Esta columna tiene doce anillos de los que se usaban antiguamente para amarrar a los caballos. En Bertinoro había 12 familias principales. Hablamos del siglo XIII. Cuando llegaba un forastero, se peleaban entre ellas, entre las 12 familias, por llevarlo a su casa y agasajarlo, porque en aquel tiempo, la única fuente de noticias del exterior llegaba con los visitantes ocasionales que pasaban por un pueblo. Las familias estaban ávidas de saber qué se cocía más allá de las murallas de Bertinoro. Para no pelear más entre ellas, decidieron levantar una columna con 12 anillos, uno por cada familia. Cuando llegaba alguien de fuera y dejaba su caballo amarrado a uno de los anillos, el azar disponía y el viajante era acogido por la familia que tocaba. Con el tiempo, esa columna se convirtió en símbolo de la hospitalidad y ha seguido erguida en la Piazza della Libertà de Bertinoro hasta hoy. La hospitalidad se terminaba traduciendo en libertad, porque las 12 familias del pueblo disfrutaban por igual del tesoro más preciado entonces: la información, las historias, las costumbres ajenas, los valores de otras culturas, las otras formas de vivir, las otras maneras de ser, alternativas a un estar único en el mundo.

 

Hay otra historia para un argumento y para un timeline de Twitter

 

El hilo

El muro

El like

El lol

El trol

El gol

El sol

Scroll

 

Hay una plaga de langostas avanzando ahora mismo por África, dejando mermada la fuente de alimentación principal de muchas personas. Resulta que la plaga podría llegar a la Península Ibérica, con lo que todos los medios de comunicación y todos los estados de Facebook se llenarían con el tópico de la dimensión bíblica. Dejando esto a un lado, la cuestión es que Barajas es el barrio más delicado de Madrid en lo que a saltamontes y langostas se refiere, porque como aquí está el aeropuerto, una eventual plaga de langostas atraería a muchísimas aves que comen saltamontes y esto comprometería muy mucho la seguridad aérea. Por eso hay una gente en el entorno del aeropuerto que fumiga sistemáticamente para que los saltamontes mueran y no pongan en peligro las maniobras de despegue y aterrizaje. Hay vida más allá del confinamiento. Hay un enorme saltamontes en mi terraza. Lo acabo de ver, justo después de leer lo de las langostas y los fumigadores del aeropuerto. Estaba en el hueco que queda en el vano cuando la ventana está abierta, así que la he cerrado con extrema contundencia para asegurarme que aplastaba al saltamontes. Soy un ciudadano ejemplar.