“Tío Vania es completamente enigmática y humana a la vez. Si se ha montado tantas veces es porque permite mil acercamientos diferentes”. Lo que dice Pablo Remón es cierto, como lo es también que nunca se había montado una versión así del clásico de Chéjov. Dos obras, el mismo texto del que partir, pero en dos direcciones diferentes. Así es Vania x Vania, esta apuesta de Teatro Español en coproducción con Teatro Kamikaze.
Vania x Vania son dos obras muy distintas entre sí, y también muy diferentes de su texto de referencia. Pablo Remón pretendía en un principio que una de ellas estuviera más apegada a la obra de Antón Chéjov: “Conforme iba trabajando vi que las dos tenían que ser muy personales, tenía que vincularme con ellas para poder dirigirlas”. El reto consistió entonces en afinar estas dos versiones hasta diferenciarlas claramente, porque ¿cómo se cuenta dos veces la misma historia?
La versión 1 de Vania, que se representa primero, presenta una reescritura muy centrada en el texto y el trabajo de los actores: “Quería que fuera más teatral, que dejara más espacio a la imaginación del espectador sin mucha escenografía ni cambios de vestuario”. Posteriormente puede verse otra Vania completamente dispar a su compañera: esta segunda versión se asemeja más al teatro tradicional, casi a lo cinematográfico, con una Rusia del siglo XIX en la que el espectador tiene que ir armando la trama como un rompecabezas.
Ambas obras son completamente independientes y pueden verse juntas, por separado o en el orden que se prefiera. “Puedes ver una y no ver la otra, pero la experiencia completa está en verlas las dos el mismo día. Hacer un clásico siempre es una especie de palimpsesto: ver como se está reescribiendo una nueva cosa sobre lo escrito anteriormente”, dice el actor Israel Elejalde. Pero Chéjov no es solamente un clásico para Javier Cámara, el tío Vania protagonista de ambas versiones, que ve al autor ruso como uno de nuestros contemporáneos más vivos: “Cada frase de estas dos obras me interpela directamente a mí como persona, no solo como actor: los conflictos de los que habla, los fracasos, los amores, los deseos”.
Es cierto que Pablo Remón no pudo escoger mejor tío Vania para esta producción porque nunca pensó en otro: “Yo siempre escribo para actores concretos. Quería volver a trabajar con Javier Cámara, quería darle un papel clásico, y Tío Vania era muy potente”. El director también se muestra satisfecho con el resultado, que igual que la obra de Chéjov esconde detrás capas y capas de historia y trabajo. “Hacer de ello dos producciones fue un reto, un Himalaya. Y cuando acabamos la primera obra, todavía nos quedaba otro Himalaya”.
Los espectadores podrán dar cuenta de este esfuerzo en Naves del Español del 29 de febrero al 7 de abril, y existe un abono a precio reducido con el que disfrutar de ambas funciones el mismo día. El espectáculo también está sujeto al JOBO o Joven Bono Cultural. Vania x Vania promete ser toda una experiencia y, tal vez, un modo distinto de hacer teatro. Habrá que disfrutarlo mientras esté en cartel porque, como dice Pablo Remón, “Hacer dos obras así, dos versiones partiendo de la misma, esto es una vez en la vida”.