Un niño estrena zapatos y se va al río a merendar. Por el camino, descubre el mundo que lo rodea: calles, casas, paisajes, personas y animales. Sus zapatos van acumulando experiencias y él, poco a poco, crece. El tamaño de los zapatos nos acompaña en el transcurso de los años. El tamaño mide el pie, pero también la edad, las vivencias, la forma como caminamos por la vida. Pasan los días, los años y las cajas de zapatos: pequeñas, medianas, grandes… Este espectáculo parte de un hecho local (una tradición de Vinaròs, un pueblo mediterráneo) para llegar a lo universal: un pequeño viaje iniciático, de aprendizaje, de descubrimiento y de vínculo con la naturaleza.
Para los niños este montaje es una aventura y a los adultos les ayuda a conectar con su infancia: las canciones populares, la relación con la naturaleza, el paso del tiempo… El objetivo de esta delicada pieza, apta para niños, padres y abuelos, es convertir el ratito que estaremos juntos en una vivencia más.
A partir de 3 años.