«Pretérita mutare non possumus, sed futura providere debemus». No podemos cambiar el pasado, pero debemos prever el futuro.
Mirar al pasado para entender el presente. Bajo esta premisa, Ernesto Caballero nos invita a reflexionar sobre ética, moral, justicia y convivencia, guiados por el célebre orador Cicerón. Una de las figuras fundamentales de la política y el pensamiento de la antigua Roma, quien mantuvo la coherencia de sus convicciones políticas incluso en las circunstancias más adversas. El espectáculo sitúa al espectador en la Roma Antigua, una etapa de la cual la sociedad actual es inevitablemente heredera, para descubrir a un Cicerón humano, un intelectual que analizó las diferentes dimensiones de la vida en sociedad desde la razón y el sentido común.
Viejo amigo Cicerón es una obra centrada en la figura del célebre orador romano, protagonista destacado de las intensas luchas y las violentas transformaciones acaecidas en el siglo primero anterior a nuestra era. José María Pou es Cicerón personificando la integridad moral de quien mantiene la coherencia de sus convicciones políticas aún en las más adversas
circunstancias.
Marco Tulio Cicerón se nos presenta, pues, como un político excepcional en un mundo de mezquinas ambiciones personales, deslealtades y pequeñas componendas tan propias de la vida pública desde entonces. Político, jurista, orador, filósofo, divulgador, podría encarnar la célebre máxima de Terencio pues nada de lo humano le resultaba ajeno. En cualquier caso, nuestra propuesta participa de características propias del mundo del hombre y la mujer de nuestros días, tanto es así que en el texto aparecen expresiones próximas al lenguaje conciso y coloquial de nuestro tiempo presentando una obra cuya principal intención es, al modo ciceroniano, suscitar el debate cívico de nuestro momento histórico, tan inquietantemente similar al que vivió Marco Tulio Cicerón. Le acompañarán en este fascinante viaje su incondicional secretario Tirón, su amada hija Tulia y su fiel amigo y consejero Ático.