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Sopa de tomates sin tomates, un gatillazo, un miércoles impar, veinte años de rutina…disparan la imaginación. ¡Todo es posible en Verduras Imaginarias!
Matilde y Carlos son una pareja de clase media, de edad media y parte de la media social, que en la sociedad en la que vivimos, es lo mismo que decir de la nada, que no son nada. Su vida hace tiempo que está instalada en la más absoluta rutina y monotonía. Una noche, algo tan normal como no tener tomates para cenar, desencadena un extraño juego ajeno a todo lo concreto, real y cotidiano de su existencia, que les hace enfrentarse a sí mismos y que les llevará a descubrir, que imaginarse lo que no tienen es la única forma de afrontar el hecho de que nunca lo tendrán.
Si puede imaginarse puede crearse, o al menos jugar a crearlo, y la historia de Matilde y Carlos involucra al espectador en su juego a través de situaciones disparatadas, absurdas, y llenas de comicidad, pero tan reales como la vida misma.
