¿Tiene la mayoría razón?, ¿Quienes suponen la mayoría en el sufragio, los estúpidos o los inteligentes? La mayoría no tiene razón hasta que no obra con razón.
Con estos contundentes planteamientos, el enemigo del pueblo, el Doctor Tomás Torres, hace tambalear los valores morales establecidos, llevando la ética al límite, y rompiendo ese muro que nos ciega, viendo que quizá todo aquello que damos por nuestro, que adquirimos por «herencia social», no nos pertenece, que hay que ganárselo.
Con un detonante como es la infección de las aguas públicas del pueblo, la lucha del Doctor por la verdad se convierte en el motor de la historia. Se enfrenta a un pueblo, políticos incluidos, corrompido, que antepone sus intereses particulares a un bien común.
«La base de la sociedad está corrompida por la mentira», como el agua -elemento conductor del conflicto- lo está por las bacterias infecciosas.
Este luchador acérrimo, con el apoyo de su familia, buscará la verdad aunque eso signifique que se queden solos, con la resiliencia por bandera.