Homenaje a la profesión
Por Sergio Díaz
Fotos: marcosGpunto (fotos de ensayo)
En este 2018 se cumplen 40 años desde que Adolfo Marsillach tuvo la iniciativa de crear el Centro Dramático Nacional, siendo el Teatro María Guerrero su sede principal. Al hilo de este aniversario, el actual director del CDN, Ernesto Caballero (director del montaje también), ha querido rememorar esa fecha. Para ello encargó un texto a José Ramón Fernández con la premisa de que se recogiera, de alguna manera, la larga trayectoria escénica de este maravilloso teatro.
Y como es imposible hablar de todas las obras que han pasado por su escenario, tuvieron una idea brillante, poner en el centro de la acción la popular cafetería del María Guerrero, un espacio que, desde que abrió sus puertas en 1970 hasta que cerró a finales de siglo, fue el rincón más importante del teatro. El nexo de todo, el lugar de encuentro, donde todos se reunían antes, después y durante (había un camino secreto que comunicaba el bar con el escenario) de cada representación. Así que ese es el bar bajo la arena que da nombre a la obra. Un rincón inigualable que acogía con gusto a toda la ‘fauna’ que te puedes encontrar alrededor de un teatro y en el que todo el mundo compartía sus experiencias, a veces desnudos ya de todo atrezzo, a veces sin quitarse la máscara… Esta obra sirve de homenaje a todos los que por aquí han pasado en estos 40 años derrochando esfuerzo y trabajo para que ir al teatro fuese una de las mejores experiencias de nuestras vidas.
En el año 2000 comenzaron unas importantes obras para renovar el María Guerrero y la antigua y popular cafetería fue transformada en la Sala de la Princesa, que es el espacio en el que se representará este montaje, que por unos días volverá a su esencia primigenia. Hemos ganado un teatro -con todo lo que ello supone-. Pero hemos perdido un bar, y menudo bar -con todo lo que ello supone también-.