Trilla surge del encuentro entre Le Parody y Luz Arcas. Una indagación en los mundos que comparten el folk y la electrónica; y la necesidad de cuestionar las estructuras verticales que nos dominan históricamente.
La propuesta es puramente intuitiva, un sucederse de imágenes, bailes y paisajes sonoros relacionados con lamentos (el agua como elemento clave del folclore universal, de las lágrimas al sudor, del erotismo al mal presagio, del nacimiento a la muerte), la guerra (la global y la privada que hace huella en cada cuerpo) y referencias marianas desde una perspectiva pagana.
El título hace referencia a una de las piezas clave de la obra, que desarrolla el concepto de trabajo para acercarse a una propuesta del folk del siglo XXI, un homenaje al cuerpo actual, donde el trabajo es al capitalismo lo que el rezo al cristianismo: una forma de asegurarse el paraíso, el ascenso, el éxito. La producción como religión, el sometimiento como forma de vida; pero, como en el folclore, la autocompasión es suplantada por la fiesta, la miseria ‘se celebra’ en nombre de la vitalidad y la potencia que alcanzan los cuerpos mientras soportan el peso del mundo.