Fotos: Susana Martín
En esta versión los intérpretes que participan en el montaje penetran en el pasado de los personajes de Tío Vania cargados de emoción y de un dolor que no siempre se muestra explícitamente, jugando a que el público descubra un movimiento interno de acuerdo con el espíritu de la obra. Es la intención, insistir con un sentido del humor que penetra profundamente. Al final de la obra, descubriremos que, en la infelicidad de las personas, siempre aparecen circunstancias felices que estaban escondidas.
Una propuesta de Juan Pastor para tres actrices y tres actores. Respetando escrupulosamente el texto de Chéjov, pero buscando una nueva perspectiva, la compañía se propone abordar una comedia sobre el sentido trágico de la vida.