Por Álvaro Vicente
Fotos: Tristán Pérez-Martín
Ración doble de Mal Pelo en este Festival de Otoño, después de que hace dos años presentaran Highlands en coproducción con el propio festival y de que el año pasado pudiéramos disfrutar de su colaboración con otras compañías como Baro d’evel o artistas como Federica Porello. La compañía radicada en Girona que dirigen el mallorquín Pep Ramis y la valenciana María Muñoz desde hace casi ya 35 años, recibió en 2022 la Medalla de Oro de la Academia de las Artes Escénicas de España y el Premio Ciutat de Palma Margaluz, reconocimientos que vienen a sumarse a todo lo que han cosechado en estas décadas, bien en solitario o bien en colaboración junto a figuras del pensamiento o la creación como John Berger, Erri de Luca, Cesc Gelabert, Àngels Margarit, Faustin Linyekula, Leonor Leal o los citados Baro d’evel. Precisamente los directores de este último colectivo circense, Blaï Mateu y Camille Decourtye, son colaboradores en la primera de las dos piezas de Mal Pelo que vamos a ver este año, junto a Jordi Casanovas, Leo Castro y Piero Steiner. Se trata de The Mountain, the Truth & the Paradise, un solo que Pep Ramis creó y estrenó en 2017, apoyado en textos de Erri de Luca, de quien reproducimos algunos versos en este programa.
Para Pep Ramis, este trabajo nació de la necesidad de construir una ficción personal, de poner al día la experiencia de los últimos trabajos realizados e investigar sobre los intereses artísticos del momento. Trabajar en solitario es una forma de hacer acopio y balance de todas esas herramientas acumuladas por el oficio de creador escénico durante tantos años. Aludiendo a la montaña, la verdad y el paraíso del título de la pieza, Ramis construye un universo poético que se pregunta sobre el sentido de lo divino y de lo vulgar, sobre la espiritualidad y la ignorancia, sobre la belleza y la banalidad, dualidades sobre las que, como un tren sobre dos raíles, discurren los días del ser humano. Como escribía Roberto Frattini para la presentación de la obra, es “otro dúo ‘elíptico’, que aparenta ser el más solitario de los solos. Porque la misma elipsis, sustracción, ausencia y espera que vertebran toda la parábola de Mal Pelo convierten también esta pieza en una víspera de algo, una noche en vela, el frágil conjuro de una presencia, una soledad dual. Afirmando que «dos no es el doble, sino el contrario de uno», Erri de Luca deja claro que lo que no está nos acompaña más que toda presencia”.
The Mountain, the Truth & the Paradise es una mirada muy particular sobre la especie humana y sus derivas que no renuncia al humor, a la ironía punzante. Ramis se multiplica en movimientos y gestos precisos en busca de la cima. Infra-levedad o ultra-ligereza, dice Roberto Frattini que dice Marcel Duchamp. La capacidad de transformación del intérprete en un espacio blanco y desnudo que también se transforma con él, con su cuerpo y su voz entregados a un viaje cambiante y emocionante de una hora, termina por compactar una ceremonia sutil de ascesis. Vagabundo beckettiano, rey shakesperiano destronado y errante, Quijote o Edipo, Ramis, mucho más que un bailarín, mucho más que un actor, deja hablar a cada parte de su cuerpo con la misma densidad emocional y existencial, en busca de una belleza en la que poder seguir viviendo.